Este es el primer fanfic de Naruto que escribo, ¡Así que espero que os guste y lo disfrutéis!
La historia contiene dos Oc's: Alice y Maica. Los demás personajes no son míos, pertenecen a Masashi Kishimoto.
El fic contendrá lenguaje grosero, y también, básicamente, de todo. Podéis aportar ideas en las review (cosa que espero que haya).
Espero que os guste.
***** ***** ***** *****
...
Llegué a casa bastante cansada del instituto. Todos esos estúpidos exámenes agobiarían a cualquiera, estaba más que claro. Era viernes y hacía calor, por lo que lo único que quería era relajarme en soledad sin molestias.
Dejé la mochila en mi cuarto, me cambié y me dispuse a hacerme la comida. Estaba sola en casa, gracias a los dioses. Así podría hacer lo que quisiera con total tranquilidad y disfrutar mejor mi nuevo capítulo de Naruto.
Pero justamente, cuando estaba enchufando el cable para poder ver el episodio en la televisión, sonó mi móvil. Ya imagino quien puede ser, que jodida suerte tengo...
— ¡Alice!—Exclamó una voz femenina al otro lado del teléfono. Casi me explotó un tímpano—¿No lo habrás hecho, no?
— ¿Hacer el qué?—Dije—No sé de que me hablas...
— ¡Sabes perfectamente de lo que hablo!—Gritó ofendida—¡Ibas a ver Naruto tú sola!—Seguía hablando fuerte, pero ésta vez, con unos cuantos pucheros—¡¿Y qué pasa conmigo?!
— ¡Argh!—Gruñí, ya hastiada de mi pobre oído—Tranquila, Maica. Aún no he empezado, todavía tienes tiempo de venir—Suspiré, ya resignada—. Lo ibas a hacer igualmente.
— Por supuesto. Quiero ver mi serie favorita con mi mejor amiga...¡No es tan malo!—Manifestó con resentimiento—Si no fuera por mí, ya haría siglos que la verías sola — Habló—. ¡Mala persona!
— Que sí. Cállate ya, cansina. Sabes que te voy a esperar, no sé ni para qué replicas.
— Vale. Estaré ahí a las cuatro y media—Sentenció con increíble alegría—. ¡Hasta ahora, my love!
Se despidió y colgó de una forma bastante entusiasta y emocionada.
Madre mía, y ella es mi mejor amiga...
My love, como siempre me llamaba. Aún sabiendo que odio que me digan esa clase de cosas, sigue haciéndolo a pesar de todo. Si encima la tengo que esperar...Más vale que se de prisa, si no verá.
Para distraerme un poco, puse el altavoz al máximo y la canción: Sweet Dreams, de Marilyn Manson. Cuando me quise dar cuenta el timbre ya había sonado.
Varias veces.
Muchas.
— Que si, que ya voy—Declaré abriendo la puerta, molesta.
— ¡Alicia!
Una rubia saltó encima de mí para abrazarme con gran fuerza y amor, haciendo que casi cayera al suelo.
— ¿Quieres que mi puerta se quede sin timbre, o qué?—Espeté.
— Con la música tan fuerte, yo no sé si te enteras o no—Respondió aún pegada a mí.
— Muy bien, pero suéltame ya—Refunfuñé—. ¡Qué no me gusta!—Dije, intentando caminar hacia el comedor con mi mono colgado de mi cuello.
— En el fondo sé que lo adoras...sólo que no quieres admitir que me amas con todo tu ser.
— Ajá...—Articulé, sin hacerle mucho caso—¿Vemos Naruto ya, por favor?—Me senté para ponerlo, a la espera de esta chica.
— Claro. Pero que impaciente llegas a ser...—Articuló con picardía— Seguro que quieres ver ya a tu Itachi y Madara...
Mis mejillas se tiñeron de un rojo tenue pero notable, mientras intentaba colocar bien el cable y no pararme.
— ¡Claro que no!—Me ofendí—¡No veo la serie solo por ellos!
— Es cierto...También por Deidara y Tobi—Dijo de forma provocadora, riéndose.
— ¡Oye!—Me quejé, girándome a mirarla—¡Qué no!
— Ya lo sé, ya...Pero sí son tus favoritos, sin lugar a duda—Habló mirándome de reojo—. No me muerdas. Bueno...muérdeme si quieres.
Maica respondió la última parte con un tono sensual. Miedo, mucho miedo.
— No hablemos de tu Neji y el chico perro...¡Dobe!—La acusé—Y ...ya te morderé cuando menos te lo esperes—Dije, en el mismo tono sensual que había dicho ella hace escasos momentos.
—¡C-Cállate!
Sabe que le puedo morder en cualquier momento. Mis mordiscos no es que se puedan decir que sean muy agradables.
Ella rió y se sentó en el sofá, al fin. Es muy alegre e hiperactiva, totalmente contraria a mí. Soy una persona tranquila y seria. No me gusta mucho relacionarme con la gente, si debo ser sincera. Somos tan distintas como el día y la noche...pero con algo en común.
Ser diferentes no fue impedimento alguno para que acabáramos siendo amigas. Dicen que los polos opuestos se atraen, ¿No? Pues fue justamente lo que pasó.
Es cierto que habían más cosas en las que coincidíamos respecto a gustos... Pero nos apasionaba el anime, y más, Naruto.
Maica adoraba Konoha. Con Kiba, Neji y todos los demás. Mientras que a mí, Akatsuki. Naturalmente que me gusta Konoha, pero más Kakashi, Naruto y Tsunade. Al igual que a ella también le gusta Akatsuki, sobretodo Hidan. Siempre dice que está, y cito textualmente: Como un tren, buenísimo, toma pan y moja...Y esas cosas que se dicen cuando te gusta un chico.
Por fin, y después de tanta demora, pusimos el capítulo—el último que dieron—. Cogí mi peluche de Sasuke al momento que vi cómo salía el opening y una tableta de chocolate (sí, me gusta muchísimo el chocolate, ¿Problema?).
Me senté al lado de Mai, la cual se me acercó para estar más cerca y recostó su cabeza en mi hombro.
Mientras lo veíamos, Maica dijo algo sobre el capítulo que me molestó un poco.
— ¡Tobi y Madara son unos cabrones!
— ¿Cabrones?—Pregunté— Si supieras lo que les pasó no creo que dijeras eso tan a la ligera.
— Sé lo de Tobi, pero no toda la historia de Madara...Seguro que será algo como lo de Nagato. Y en algunas respuestas que él da, me recuerda a ti.
— Bueno, sí y no—Contesté mordiendo un poco el chocolate, para después suspirar— Itachi...Qué bueno llegas a ser.
—Y está—Sonrió. Puse los ojos en blanco.
Al acabar el episodio, puse un poco más de música como de costumbre. Empezamos a entablar conversación y con la tontería, se hicieron las ocho de la noche.
Justo en ese instante, la puerta se abrió.
— Ya estamos aquí.
Mis padres. Supongo que mi padre llega tarde porque fue a buscar a mi madre al trabajo, como pasaba casi siempre, por suerte.
— ¡Hola!
— Anda, pero si está aquí Maica. ¿Has venido a ver Naruto?—Preguntó mi padre.
— ¡Buenas noches!—Saludó felizmente—Sí, y si me llego a descuidar, lo ve sola...—Dijo con un puchero.
— No me sorprendería...—Comentó él—Bueno, Alice. Ya me contarás qué es lo que pasa, que hace tiempo que no lo vemos.
— Claro, el lunes lo vemos si quieres—Le respondí con una sonrisa sincera.
Mi padre y yo siempre vemos Naruto juntos. Empezamos cuando tenía 15 años, y desde ahí, hasta acabarla unas cuantas veces.
— Y bueno, Maica...—Habló mi madre, dejando el bolso a un lado—¿Te vas a quedar a dormir?—Preguntó—Ya es tarde.
— Bueno...a mí no me importaría. Pero tampoco pasa nada porque me vaya ahora, tengo diecisiete años ya.
Sí, aunque no lo parezca, ella tiene diecisiete años. Sólo unos 2 meses más joven que yo.
Mentalmente, diría que menos.
Maica me miró esperando una afirmación por mi parte. Yo ya imaginaba que se quedaría, casi cada viernes dormía aquí y a nuestros padres no les importaba.
— Da igual...Quédate, a mi no me molesta—Hablé al fin. Me encogí de hombros, yendo hacia mi cuarto.
— Si me lo pides así, tendré que quedarme. No quiero romperte el poco corazón que te queda, mujer de hielo—Me dijo riendo.
Le eché una mirada asesina y se calló al instante.
Vaya mote me han puesto...
Con todo esto arreglado, cenamos y, después, nos dirigimos a mi habitación. Una vez cerré la puerta tras de mí, me quité los pantalones y me puse unos culots negros. Me quedé solo con eso, más una camiseta grande para dormir.
Mi compañera hizo lo mismo, sólo que ella tenía una camiseta de tirantes y unos pantalones de pijama hasta la rodilla.
— Ali, por mucho que te pongas una camiseta grande, no podrás ocultar esos pedazo de melones que tienes—Se rió.
— Cállate, idiota. Para dormir siempre voy así, ya lo sabes.
Me tumbé en la cama y automáticamente me tapé. Seguida de Maica, que antes de ponerse al borde de ella gritó un ''boing'' mirando a mis pechos. Cogió mi peluche de Sasuke y me lo dio con un guiño acompañado.
— Gracias, Mai.
Tras sonreír y acomodarme bien, ella me abrazó y al sentir mi contacto, le entró un escalofrío al notar lo fría que estaba.
— Alice...—Me miró, a lo que yo le respondí de la misma forma—¿A ti te gustaría vivir en el mundo de Naruto?—Preguntó, con una mirada ilusionada y abstraída—¿Y conocer a Itachi y Deidara?
— ¿Qué pregunta es esa?—Le dije de forma apática—Claro que sí. ¿Cómo no iba a querer?—Pasé mis ojos por la ventana, observando lo de afuera. El cielo estaba despejado y albergaba una luna llena brillante y preciosa.
— A mí también me gustaría...—Admitió— Es más, me encantaría. Conocer a todos los de Konoha y Akatsuki —Rió, moviéndose —Ah...Hidan...—Susurró como una enamorada empedernida—Bueno, a Tobi no sé, me daría cosa.
— A mí no. Conocerlos a todos...Sería algo increíble—Entrecerré los ojos y bufé—. Pero no existen, ya sabes—Dije—. Soñar es gratis gracias a Dios.
— Desearía que no fuese solo un pequeño sueño, y que realmente existieran...—Expresó, antes de caer rendida.
Miré por última vez la perfecta luna llena que había esa noche antes de cerrar los ojos y dormirme. Tenía un extraño color rojizo y una estrella no paraba de parpadear cada vez más.
Pero el sueño me ganaba por momentos.
—Yo también, Mai. Yo también...
La luna comenzó a hacerse cada vez más brillante y roja, hasta que la habitación y cada rincón oscuro quedó iluminado por completo.