¿Amor o amistad? Segunda parte. (Super Junior-Yaoi)

Capítulo 57 "¡Eh! ¡Tú!" (Heechul)

-Confío en ti. Adiós…-se despidió y le pasó el teléfono a la chica.

-¿Si?

-Eres Kiton ¿no?

-Si. Soy Kiton.

-Yo soy Kim Hee Chul.

-¿Su mejor amigo?

-¿Cómo lo sabes?

-Me he informado mucho de él.-se rio tranquila- La verdad es que he leído mucho sobre vosotros.

-Bien, entonces es más sencillo. Hangeng es muy importante para mí, así que te quiero pedir que… Cuides de él. Que lo hagas feliz. Ha sufrido mucho. Demasiado… No lo merece.-dije conteniendo las lágrimas.

-Claro… cuidaré de él. Te lo prometo.

-Entonces me quedo más tranquilo. Solo era eso.

-Es un placer conocerte. En serio.

-Gracias. Y adiós.

No dejé que dijese más. Colgué y me puse a llorar, desahogándome. Tenía asumido que no volveríamos, pero saber que estaba tan cerca y que ya no me ataba nada a él era duro. Pero por alguna razón, sentí un “algo” en mi corazón. Una sensación extraña que me decía que tenía que salir. Salir y despejarme. Y eso hice. Me lavé la cara y me empecé a preparar. Me miré y remiré en el espejo mil veces hasta que me di el visto bueno y entonces me largué a cenar yo solo. Fui al restaurante que más me gustaba y luego decidí ir de fiesta. ¿Cuánto tiempo hacía que no salía? Me apetecía distraerme.  Escribí un sms y se lo envié a los que quería a mi lado aquella noche. A mis mejores amigos. Hong Ki, Simon D, Jung Mo, Yunho y Jia.Recibí sus respuestas casi de inmediato. Cuando yo les necesitaba siempre estaban para mí. Y cumplían con su palabra.

Cuando llegué a la puerta de la discoteca, la primera en llegar había sido Jia. Me sonrió y me saludó con una sonrisa en la cara.

-Hola preciosa.-dije despeinándola.

-¡Eh! –se quejó riéndose.

-¿Y estos?

-Siempre llegan más tarde.

-La chica eres tú. Deberías tardar más por arreglarte y eso.

-¿Me estás diciendo que no me arreglo?-alzó una ceja.

La miré de arriba abajo y aunque iba muy guapa puse cara de indiferencia.

-Bueno…

-¡Idiota!

Al momento llegó Hongki que me dio un susto subiéndose a mi espalda. Casi me tira al suelo. Jia se rio de nosotros y aplaudió divertida. Luego llegaron Simon D, Yunho y Jung Mo. Juntos entramos a la discoteca. Yunho y Jung Mo se ofrecieron a ir a por las bebidas mientras nosotros tres cogíamos sitio en la zona VIP. En cuanto los tuvimos Jia me cogió de la mano y me llevó de arrastras a la pista de baile. Allí dentro, al ser una discoteca bastante reservada, nadie se fijaba en nadie y no hacía falta ir con tanto cuidado, así que se abrazó a mí y me dio un beso en la mejilla.

-¿Qué ha pasado?-inquirió en mi oído.

-Nada. No quiero hablar. Solo distraerme. Dejarlo atrás.

-Es él. ¿No?

Si, ella lo sabía. Era mi mejor amiga. Y era curioso que también ella fuera china. En realidad Miss A me caía bien como grupo, pero con Jia había conectado de una manera distinta.

-¡Señoritas, las copas!-gritó Yunho.

Le saqué la lengua y me aparté de mi amiga, sin responderle. Fuimos a por nuestras bebidas y entonces la vi. En el pódium. Simplemente mis ojos se fueron a ella. Era una chica preciosa, realmente guapa, con rasgos delicados y un encanto que no podía describir. Normalmente todas las chicas me parecían menos guapas que yo. Nadie estaba a mi altura en belleza, pero por alguna razón aquella chica me lo pareció.

-¿Heechul?-tiró de mi mano Jia.

-¿Eh?

-¿Es lo que creo que es? ¿Te estás fijando en esa chica?-la señaló curiosa.

-No está mal.

-Es la primera vez en la vida que te veo fijarte en una chica… ¿Te gusta?

-Tendré que comprobarlo. ¿No?-sonreí y me encogí de hombros.

Me sentía extraño. Era cierto, era la primera vez que me pasaba aquello con una chica. Siempre las veía como competencia. Pero a ella no. Y quería descubrir por qué me sentía de ese modo. Le di un empujón a mi amiga, alejándola de mí y me dirigí a la desconocida. Cuando llegué al pódium me quedé a su lado y cuando nuestras miradas se cruzaron le hice una señal para que se bajara, pero, me ignoró. ¿Me estaba ignorando a mi? ¿A Kim Hee Chul?

-¡Eh! ¡Tú!-grité por encima de la música.

Siguió ignorándome. Vale, ahora empezaba a sentirme humillado, y nadie me humillaba.

-¡¡Eh!! ¡¡Tú!!-insistí.

Puso los ojos en blanco, se bajó del pódium y poniendo una cara de cabreo se dirigió a mí, encarándome.

-¿Acaso soy tu perro? ¡Háblame con respeto!-me gritó en la cara.