Capítulo 19: Una Nueva Especie.

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Al día siguiente, el ruido del televisor era audible en gran parte de la casa, ya que los residentes comían mientras escuchaban atentamente los testimonios dados por los reporteros en el noticiario.

-Según los oficiales, aun no se sabe el motivo de las explosiones de los laboratorios de la corporación Morarka en Unova y Kalos la noche pasada, pero se cree que fue un atentado contra dichos establecimientos, el presidente de la corporación, Aron Morarka aclaro esta mañana que ninguno de sus complejos estaba trabajando para el momento del incidente, por lo que no es posible que fuera una falla de sus trabajadores. Del mismo modo muchos niños que habían sido raptados, reaparecieron siendo entregados a la policía por una Gardevoir y una Gothitelle, los niños al parecer estaban bien, ellos afirmaron ser rescatados por el Vigilante encapuchado Zen-Aku mientras que el otro grupo, afirmo ser rescatados por una figura vestida como él, lo que confirma que él no trabaja solo, los oficiales se encargaron de que los niños regresaran sanos con sus familias, pero aún hay reportes de niños que no han aparecido, estará Zen-Aku detrás de todo esto? los mantendremos informados, desde la escena Sofía Clark.

-Se lavó las manos y la culpa. –Hablo con simpleza Arisa mirando la pantalla.

-Al ser el Presidente de todos esos complejos, debe tener muchos abogados, y cuartadas para quedar excluido de toda culpa. Si lo queremos atrapar, tendremos que ser más agresivos, para la policía podría ser alguien de un cargo alto de su corporación, y no sospechar que se trata del mismo dueño.

-Y ahora qué sigue Cielo?

-Lo de anoche le dio a entender que ya sabemos lo que está tramando y que lo vamos a detener. Los siguientes blancos en nuestra lista son Galar y Alola, ya que son los más lejanos de nosotros. –Explico el Muchacho antes de beber de su café.

-Nos estarán esperando Cielo.

-Lo sé, pero no creo que puedan hacer mucho.

-Ciertamente.

-Buenos días Sr. Los análisis que me pidió hacer ya están terminados.

-Ya voy para allá Siila, Albedo necesito tu ayuda en esto.

-De acuerdo. –Respondió la canosa mientras se estiraba con pereza. –Es hora de trabajar un poco la cabeza.

Siguiendo a su protector, la mujer bajo las escaleras con una pequeña sonrisa en su boca, dejando a las residentes de la casa en la sala.

-Cualquiera diría que ya se acostumbró a vivir aquí. –Comento Nirvana de mala gana mientras recogía las tazas de café.

-Está algo delicada de salud aún, además de que no tiene a donde ir, ya que la están buscando, el mejor lugar donde puedes estar segura, es aquí.

-No le molesta que este aquí Sra. Arisa? –Pregunto Nirvana con calma.

-La verdad no. –Respondió la mayor con normalidad. -Es tranquila y no hace ningún tipo de desorden. No sé cómo sería esa mujer antes, solo tengo lo que me has dicho tu Nirvana y lo que me dijo mi Ángel, pero creo que ha cambiado mucho a como era anteriormente. El escarmiento que él le dio fue suficiente para ponerla en su riel nuevamente, Aurora y sé que tú te has dado cuenta de eso.

-No puedo mentirte Mamá... aunque aún no puedo perdonarla.

-Ya verás que con el tiempo lo harás. Por ahora, vamos a despejarnos un poco de eso entrenando afuera, quiero ver que tal te mueves ahora.

-Ok Mamá.

-Hay que hacer ejercicio, si quieres que Allen te elogie debes esforzarte mucho.

-Si!

El Entrenador Distante.Where stories live. Discover now