Capítulo 30: Debes Ser Fuerte.

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A la mañana siguiente luego de todas las preparaciones pertinentes, Allen terminada de despedirse de los Pokémon que se quedarían para hacerle compañía a su madre, y los que el consideraban ya estaban más que listos para el Campeonato.

-Ok Chicos cuento con ustedes, les encargo a Mamá. Diane se queda a cargo bien?

Asintiendo, Tea, Vibrany, Adamante y Elec sonrieron a su Entrenador con tranquilidad.

-Los veré en unos cuantos meses, pórtense bien mientras tanto, no hagan que Mamá se altere.

Ya con eso listo, regreso adentro para ver a su Madre.

-Bien Má, ya nos vamos.

-Está bien Cielo. Cuídate mucho y no hagas nada imprudente está bien?

-Tranquila estaremos bien. Después de todo, ellos están conmigo.

-Perfecto, Brazalete?

-Aquí. –Respondió activando la hoja de su mano derecha.

-Guante.

-Ya está. –Repitiendo el proceso en su otra mano.

-Ahora sí, que tengan muy buen viaje. –Despido abrazando a su hijo y dándole un gran beso en la frente.

-Eso planeamos, Kanna por favor.

-(Por supuesto Entrenador a dónde?)

-El Bosque Vetusto, hay una fantasma a la que tenemos que hacerle una visita.

Marcando su destino, enseguida desaparecieron, dejando en la sala a la mujer, la coneja y la gran Arcanine.

-Haaa... La peor parte siempre es verlo irse. -Suspiro pesadamente y miro a las Pokémon las cuales asintieron.

-Bueno chicas serán unos largos cinco meses sin ellos aquí, tendremos que buscar como distraernos. Es temprano aun, por qué no vamos a limpiar el frente?

Recibiendo unos gruñidos en respuesta, las 3 salieron a barrer y limpiar un poco el jardín frontal de la casa. El clima era tranquilo y despejado, solo unas cuantas personas paraban por el camino y la carretera que estaba no muy lejos de la casa.

Mientras tanto cerca de allí, una chica caminaba tranquilamente junto a un Absol y un Ninetales.

-Vaya... por fin terminamos de reunir las ocho medallas... –Suspiro mirando las relucientes medallas dentro de un pequeño cofre. –Solo tenemos cinco meses antes del campeonato, debemos entrenar muy duro para poder lograrlo.

Mirando a sus Pokémon, estos la alentaban para levantarle el ánimo, pero incluso ella era consciente de lo difícil que seria.

-Si tienen razón, podemos hacerlo, debemos hacerlo, por esa promesa que hice... -Respondió al tiempo de mirar su mano derecha. –Debo cumplirla acomode lugar.

En su camino pasaron cerca de la única casa por toda esa zona, donde una mujer y dos Pokémon estaban limpiando tranquilamente el frente, ya fuera barriéndolo y en caso de la gran Arcanine, usando su cola como escoba.

La chica al ver a las Pokémon creyó reconocerlas, ya que se aprecian mucho a las de cierto Entrenador que ella conocía.

-Diane y Lion?

-Hmmm?

Al oír los nombres de los Pokémon de su hijo, la mujer volteo hacia la chica, para reconocerla pocos segundos después de verla.

-Oh vaya, tú debes ser Megumi!

-(Quién es ella...?) –Se preguntó al ver a la mujer quien la miraba. – (Un momento ella es la Mamá de Allen!)

El Entrenador Distante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora