Capítulo 08: Sombras en la Ciudad de la Luz.

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Allen enseguida llamo a Kanna y le pidió regresar al hotel donde se hospedaban, que por suerte quedo lejos de toda la conmoción y la destrucción ocurrida esa noche.

Con todo ya en más calma, pudo ocuparse de lo que consiguió hace poco tiempo.

-Parece que el daño ya está muy avanzado en ella, aunque no sabemos con exactitud qué tan elevados estarían sus poderes, sus cambios físicos son más que notorios, eso es seguro, y su personalidad por lo que pude ver, también cambio drásticamente... nunca creí que viera un Pokémon actuar de esa manera, tanta sed de sangre y gozo por la destrucción.

Allen se encontraba revisando a la Pokémon afectada acostada en su cama con cuidado y precaución.

-No veo marcas de operación en su cuerpo, dónde está la gema?

Tras buscar un poco, miro la pieza que salía de su pecho, toda la sangre que antes tenía se había secado, dejando opaco el color de esta.

-Se la implantaron en su pieza...

Había una parte cóncava donde resaltaba una gema un poco más gruesa que el resto del cristal.

-Es posible que esta Gardevoir ya esté en sus últimas, veamos que puedo notar en la gema.

Con una de sus hojas, hizo algo de fuerza para que la gema saliera volando de su lugar dejando una pequeña zanja en el cristal de corazón de la corrompida Pokémon.

-Está vacía, toda el aura que resguardaba, está dentro de ella ahora, y no es de extrañar dada su apariencia.

Al ver a la Pokémon con su visión de aura, noto enseguida los cambios en el aura misma. Comparada con la de Kanna, su aura era mucho más oscura, siniestra he inestable.

-Ya no le queda mucho.

-(Eso crees?)

Una profunda y ya muy conocida voz resonó en su cabeza.

-Arceus.

-(Usa tu aura en ella Muchacho, si de verdad quieres ayudarla.)

-Mi aura?

-(Así es, haz visto de lo que eres capaz con ella, Tu aura es diferente, si hay alguien que puede hacer algo, eres tú.)

-Nada perdemos con intentarlo.

Con la comunicación perdida, Allen miro a la durmiente Pokémon en su cama para enseguida hacer aparecer aura en su mano en forma de una llama que avanzo hasta su dedo índice.

-Esperemos funcione.

Toco la punta del cristal con su dedo, y enseguida el brillo de su aura lo cubrió por completo durante unos instantes antes de desaparecer, sin dejar ningún cambio.

-Tal vez ya era muy tarde?

Sin ver reacción ni en su estado ni en su aura, solo dejo a la Pokémon reposar allí mientras se quitaba parte del traje y avanzaba hasta la ventana para ver y escuchar un poco del ajetreo que aun venia de afuera, las patrullas y ambulancias se podían escuchar perfectamente aparte de los bomberos y la clara luminiscencia y humo provenientes del fuego.

Tras unos minutos, los ojos de la Pokémon se abrieron de golpe, y como un ser de ultratumba se levantó sobre la cama, para posar sus ojos sobre el Entrenador distraído mirando por la ventana.

Una gran sonrisa se formó en su cara, para en completo silencio ponerse de pie, y avanzar hasta estar detrás del chico.

-Ya despertaste, eso es bueno. Creí que había tardado demasiado. –Comento el Muchacho sin verla siquiera.

El Entrenador Distante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora