Capítulo 17: La Ciudad de los Dragones.

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Luego de haber llegado a la Ciudad, y de haberse separado de su acompañante, Allen tomo su propio rumbo a través de las grandes calles, en busca del Centro Pokémon de dicha Ciudad.

-Haa... sé que dije que me cambiaría el traje pero con el frío que hace aquí no quiero desabrigarme... bien tendré que llamar a Rusa.

Sin pensarlo mucho, tomo su teléfono para hacer un cambio rápido, dejando a Sam en casa y trayendo a Rusa con él.

-Debemos desaparecer del mapa mientras estemos aquí.

Dicho esto lanzo la esfera al aire, y su Pokémon salió para verlo antes de sonreír acercándose a su pecho para abrazarlo en buscar de calor.

-Hace frío verdad? Rusa recuerdas ese plan que hablamos antes de venir aquí? –Pregunto el con una sonrisa mientras acariciaba los cabellos de ella.

Un asentimiento fue la respuesta a su pregunta mientras gruñía tiernamente y se frotaba contra Allen.

-Bien es hora de activar la primera parte de ese plan.

Y solo eso basto para que la Pokémon supiera lo que su Entrenador quería, haciendo que sus ojos brillaran.

El espacio alrededor de Allen se distorsiono un poco en lo que su traje cambiaba de color y apariencia. Dejando una gabardina sin capucha pero con unos grandes pliegues del cuello, el color de todas las prendas cambio de color a uno tan negro como el vacío mismo, al punto que no se distinguía donde terminaba cada costura y empezaba la otra a excepción de ciertos lugares en los cuales líneas de color rojos resaltaban en la gabardina dándole un toque más civilizado, la apariencia de Allen también cambio notablemente, sus facciones faciales se detallaron un poco, sus ojos se tornaron rojos como la sangre y su cabello se hizo tan brillante como un lingote de plata con varios pinchos hacia arriba.

-Mucho mejor. Tienes buen ojo para esto Rusa, pero tú también debes camuflarte.

Luego de mirarse en el vidrio reflectante de un aparador, Allen continuo caminando para que Rusa se pintara de los colores típicos de un Zoroark mientras caminaba a su lado.

-Mucho mejor, ahora, solo queda hacer lo que falta en esta ciudad y conseguir algo de información. –Hablo el Entrenador al momento de subir el cierre de la gabardina para que los pliegues del cuello se abrieran cubriendo la mitad inferior de su cara. –No perdamos el tiempo.

Extendiéndola la mano a su Pokémon, la Zoroark sonrió al momento de como una niña tomar su mano y muy sonriente y contenta caminar a su lado. En su camino, Allen empezó a escuchar un canturreo en a sus alrededores, pero al ver que no se iba se dio cuenta de que el canturreo que escuchaba era directamente en su mente. Al buscar una posible fuente, lo más cercano a él era su Zoroark.

-Rusa, estas canturreando? –Pregunto algo inseguro de si se trataba de ella, pero la Pokémon al escucharlo alzo la mirada y le sonrió.

-(Si Allen... espera, cómo lo supiste. Pu-puedes escucharme?) –Pregunto ella al darse cuenta de que su canturreo pudo ser escuchado.

-Parece que sí, puedo escuchar tu voz en mi mente. Tal como con Kanna, o Amatista.

La voz de la Pokémon sonaba dulce y suave, como quien habla en suaves y lindos susurros calmados.

-(Que felicidad!) –Gruño ella al abrazar a Allen nuevamente frotándose contra él. – (Mi voz logro alcanzarte Allen.)

Algo sorprendido, Allen sonrió y acaricio la cabeza de su Pokémon con calma causando que ella lo viera con mucha ternura.

-Ahora que puedo entenderte, nos podremos comunicar mucho mejor, pero aquí no podemos hablar como es debido, hace mucho frío y no quiero que estés mucho tiempo expuesta a él.

El Entrenador Distante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora