Capítulo 06: Un Largo Inicio.

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Con una larga noche acompañada de diversos ruidos y malestares estomacales para ambos habitantes de esa habitación, el día finalmente de partida finamente llego para ellos.

-Me duelen... las entrañas... -Susurro el Entrenador sentado en el comedor mientras veía como el antiácido se deshacía en el vaso de agua. –Condenas y deliciosas galletas... -Quejo para tomar el vaso y de varios tragos beberlo todo.

-Lo siento Cielo, no creí que les fueran a caer mal las galletas que hice con tanto amor y cariño! –Disculpo su Madre mientras acariciaba los cabellos de su hijo, en un intento de aplacar ese dolor.

-Nos hiciste comer el equivalente a dos cajas grandes de galletas, incluso Lux se enfermó.

El Pokémon estaba echado en el suelo, lanzando gruñidos de malestar mientras bebía de una tasa también antiácidos.

-Lo siento, pero qué se va a hacer? no puedes culpar a tu Madre por querer consentirte y mimarte mucho. Ya les di algo con lo que seguro se sentirán mejor en poco tiempo, y también les prepare un almuerzo a ambos por si les da hambre en el camino, ya que desayunaron tan poco...

-No quiero abusar de mi estómago.

-De acuerdo. De igual manera, no quiero que estén todo el día sin comer, de acuerdo?

-Descuida, en poco tiempo estaremos bien y con apetito.

-Perfecto!

-Repasemos. Dónde dejaste los documentos de la casa?

-En el primer cajón de mi mesita de noche.

-Bien. Tú identificación?

-Está en mi monedero, sé que no debo perderlo Cielo no te preocupes, si la policía me llegara a conseguir sin eso estaría en problemas.

-Es parte de lo que Arceus nos dejó, cada quien ya tiene sus identificaciones, pero no sé si estemos en el sistemas de registro del país, hasta no saberlo, lo mejor es mantener un perfil muy bajo.

-Soy una tranquila ama de casa, cuyo hijo se acaba de ir en un viaje para volverse un entrenador Pokémon, todos los documentos de mi hogar están al día.

-Lo tienes bien claro. Ya es hora de partir.

-Prométanme que tendrán mucho cuidado, y que no harán locuras. No se mucho aun de este mundo, pero por lo que vi, las cosas se pueden poner peligrosas si no tiene cuidado ninguno de los dos.

-Estaremos Bien Mamá, Lux y yo nos cuidaremos las espaldas, me asegurare de estar en contacto contigo, puede que en algún momento te envié mas Pokémon a casa, así que quiero que estés atenta, y recuerdes como usar la maquina para transportar a los Pokémon.

-Lo se Cielo. No te preocupes por eso.

Allen dirigió su mirada a la coneja junto a ellos y se agacho para verla de frente.

-Te encargo en que cuides de Mamá, puedes hacer eso por mí? –Pregunto el Entrenador para que ella asintiera y gruñera en respuesta. –Gracias. –Sonrió al acariciar un poco sus orejas. -Bien ya nos vamos.

-Un momento. No le vas a dar un abrazo a tu Madre?

-Cierto.

Rápidamente el joven se levantó y abrazo a su Madre con uno de sus brazos para la indignación de ella.

-Qué fue eso?

-Un abrazo.

-Allen Kurokiba. No pase 29 horas de mi vida pujando para que salieras de mi cuerpo, solo para ese abrazo mediocre. Ahora ven aquí, y dale un abrazo a tu Madre!

El Entrenador Distante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora