El Entrenador Distante.

Capítulo 40: El Cumpleaños de Aurora. El Nacimiento de Shi-Zune.

-C-Como puedes hablar eso tan raro, no se entiende nada.

-Por algo es otra lengua. La llevo años estudiando.

-Me enseñarías?

-No tengo problema, pero aquí no te será tan útil. Se podría decir que es una lengua muerta.

-Es cierto...

-Mejor sigamos con la serie.

-Sí, pero solo tengo una pregunta. Dónde están los Pokémon en todo eso?

Madre e hijo solo pudieron sonreír a esa pregunta sin decir nada más.

Eventualmente la hora de dormir llego para todos, y con los planes del día siguiente listos, solo era cuestión de esperar. La mañana llego y con ella el cumpleaños 18 de Aurora, y Arisa era la más emocionada por ese hecho y lo dejaba muy claro.

-Shhh no la vayan a despertar.

-Má no creo que sea buena idea despertar así a Aurora.

-Allen no me quites la emoción, Nirvana a las 3... 1, 2, 3!

¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

Ese grito se escuchó en toda la casa, despertando de golpe a la chica, quien por su entrenamiento, despertó de golpe y algo alterada.

-Qué pasa!?

-Feliz cumpleaños muñeca!

Arisa sostenía en sus manos, un pastel pequeño lleno de merengue y con una vela chispeante.

-Mi cumpleaños...?

-Así es. Mi Cielo busco entre los registros, y encontró tu cumpleaños, el cual es hoy chiquita, así que hay que celebrarlo.

La cara de la chica paso por varias emociones, para detenerse en una clara expresión de melancolía y tristeza al punto que las lágrimas empezaron a bajar por sus mejillas.

-Mamá!

Y solo se lanzó al pecho de Arisa, para abrazarla mientras lloraba.

-Ya, ya no llores, es tu cumpleaños, debería ser tu día especial.

Luego de reconfortarla por unos minutos y de limpiar sus lágrimas para sonreírle y darle un cálido beso en la frente, la chica miro su pastel para darle una probada.

-Esta rico...

-Y solo es el la mañana, vamos ven con nosotros, para la ocasión, tienes la suerte que Allen quiso hacerte el mismo el desayuno.

-Vamos antes de que se enfrié.

-Si!

Abajo fue recibida por varios de sus Pokémon los cuales casi la atropellaron en un intento de abrasarla todos al mismo tiempo.

-Vamos chicos, dejen que coma, si no, no tendrá las fuerzas para jugar con ustedes.

Aurora se levantó para poder comer el desayuno que su querido mentor le había preparado, quedando maravillada con lo que probo.

-Eso sabe increíble!

-Sí, allí donde lo vez, es un gran cocinero, pero como yo soy la dueña de esa cocina, es pocas las veces que puede preparar el algo.

Disfrutando gustosamente de la comida, en su cara había una gran sonrisa tras probar cada bocado.

-Cielo parece que a tienes a otra fanática para tu comida.

-Eso parece.

-Muñeca hoy es tu día, lo que pidas se te dará, claro con moderación claro está. –Bromeo Arisa.