Alcohol y ruido. Característico de Las Vegas.
Me siento un poco mareada. Bueno, el hotel es el que da vueltas así que, en realidad el hotel es el que está mareado.
Mis amigos y yo habíamos llegado juntos, pero hacía más de una hora que no veía a ninguno de ellos. Unas fuertes risas al otro lado del salón hicieron que mi cabeza se despertase, podían ser ellos. Intenté levantarme y tropecé con mi propio pie, cayendo al suelo.
Un grupo de chicos, de los que había escuchado las risas, se acercaron a mí y me ayudaron a levantarme. Todos parecen estar igual de borrachos que yo, por lo que al intentar levantarme acabamos todos en el suelo, riendo.
Un chico moreno cayó justo encima de mí, no paraba de reír mientras intentaba, torpemente levantarse. Era adorable.
— ¡La noche sigue amigos! ¡Otra ronda!— gritó el único chico que había sido capaz de levantarse del suelo.
El chico de la risa adorable me ayudó a levantarme tomándome de la mano con una sonrisa, después seguimos a sus amigos hacia la zona del bar.
Nos sentamos en una gran mesa, no paramos de reír mientras nos servían las bebidas. No conocía a esa esta gente, pero eran muy agradables y me lo estaba pasando bien con ellos.
Por lo poco que pude entender, eran un grupo de amigos que habían venido a Las Vegas a celebrar el cumpleaños de uno de ellos, incluso conocían a unos amigos míos de la universidad.
Después de unas cuantas rondas me invitaron a dar un paseo en una limusina que habían alquilado, acepté y subimos en una gran limusina negra que nos esperaba a la entrada del hotel.
Me senté entre dos de las chicas del grupo.
— Oye, oye, oye ¡¿Vamos a una capilla!?— preguntó el chico adorable sentado frente a mi, cuando pasamos frente a una.
— Me apunto— grité levantando los brazos y giñándole el ojo a el chico adorable. Siempre había querido casarme en Las Vegas.
— ¿Jaime? ¡Vamos a casarnos!— dijo una de las chicas que estaban mi lado, otro de los chicos del grupo, uno rubio asintió frenéticamente mientras le tomaba de la mano.
— Uh, uh, casémonos todos— dijo la otra chica, saltando a los asientos de enfrente, para sentarse sobre una chica, llena de tatuajes.
— ¡Yo quiero un Elvis!— dije sacando una botella de Champange de las neverita del coche, dándole un trago a la botella.
Seguimos poniendo exigencias para nuestras bodas mientras bebíamos champange, era todo tan divertido que no parecía real.
Llegamos a la capilla y uno de los chicos, el rubio, habló con el chófer mientras nosotros entrábamos a la capilla.
Una mujer nos atendió y comenzó a escribir una lista con las parejas para las bodas. Pero cuando la señora llegó a mi me quedé helada. Había pensado en todo menos en eso ¿Con quien me podía casar?
— ¿Y cual es tu nombre?— preguntó la señora, mirando a mi lado. Me giré, ahí estaba el chico adorable, ni siquiera me había dado cuenta de cuando se había puesto a mi lado.
Se llamaba Shawn, un nombre tan bonito como él. Cuando la señora acabó de apuntar él me sonrió y nos separamos para prepararnos para la boda.
¡CRASH!
El sonido de un cristal rompiéndose hace que me despierte de golpe. Me incorporé rápidamente, quitándome los pelos de la cara, tenía algo pegado, finalmente conseguí despegarme un ¿anillo de caramelo?
Entonces la cabeza comenzó a dolerme y aunque la ventana estaba prácticamente cerrada completamente, la poca luz que entraba me hacía daño a los ojos.
Intenté levantarme para cerrarla, pero encima de mi había algo, o más bien alguien. Intenté apartarle, pero solo conseguí que se aferrase más a mi cuerpo.
Muy bien, no podía moverme, examiné la habitación en la que me estaba, estaba en una especie de sofá abatible, en medio de un salón. Todavía llevaba puesta la ropa de la noche anterior. Por todos los ronquidos que puedo escuchar sé que no somos las únicas personas que estamos en la habitación.
Conseguí mover un poco a mi ¿compañero de cama? Y descubrí que está dormido sobre unos papeles y un bolígrafo que había reventado, dejándole el pecho azul. Le quité los papeles de debajo suyo y los examiné.
Las hojas estaban llenas de tinta, pero aun así se pueden distinguir algunas partes, como mi firma o el título del papel, era un....
¿¡Contrato de matrimonio?!
