🗺Minho🗺

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(Aclaración: los acontecimientos no ocurrirán del mismo modo que en la película o libros)


~NARRA MINHO~

Era un día normal, Teresa ya se había asentado y Thomas había empezado a salir conmigo y el resto de corredores, hoy aprovecharíamos que por fin éramos suficientes, para dividirnos y visitar todos los sectores.

—.... Thomas a la seis, Albert al dos, Galileo al uno, Charles al cuatro y yo al siete— les expliqué mientras mirábamos la maqueta que habíamos conseguido construir.

Entonces empezamos a escuchar un ruido, las puertas se estaban empezando a abrir. Todos me miraron y asintieron antes de salir corriendo hacia el laberinto.

—Volveremos todos Minho, no te preocupes— me intentó tranquilizar Thomas mientras entrábamos.

— No gastes oxígeno— le regañé, aunque agradecía que intentase tranquilizarme, estaba muy nervioso, no solíamos separarnos cuando entrábamos al laberinto, era la primera vez.

Pronto llegamos al lugar que separaba nuestros caminos y cada uno se fue por su lado, pe pasé el resto del día paseando por el sector siete, no había nada raro, ni ninguna pista sobre donde estaría la salida. ¡Maldita sea! ¡No había conseguido nada!

Estaba pendiente del reloj, debía volver al claro antes de que se cerrasen las puertas, nadie había aguantado una noche en el laberinto.

Pero cuando estaba a punto de marcharme escuché un ruido, o más bien un quejido. Seguí el sonido, preocupado por si se trataba de uno de los chicos, pero nada más lejos de la realidad.

Llegué a una extraña zona en la que había grades paneles metálicos, organizados como si fuese un bosque, seguí los quejidos hasta encontrar una persona acurrucada detrás de uno de los paneles. Había pasado por ahí varias veces durante el día, ¿cómo es que no la había visto antes?

— Ahh...a...ayuda..—escuché que susurraba. Me acerqué corriendo. 

Era una chica. No recordaba haber visto una nunca, además de Teresa. Me quedé un momento congelado, estaba sucísima, llena de lo que parecía barro. Miré el reloj, se estaba haciendo tarde, si no corría me quedaría encerrado en el laberinto.

No me lo pensé dos veces, no había tiempo. Como pude tomé a la chica en brazos y comencé a correr.

Después de un rato me di cuenta de que la chica estaba sangrando, tanto que podía notar como se me estaba mojando la ropa.

— ¡Aguanta! ¡Por favor, aguanta un poco más!— grité mientras caminaba lo más rápido que podía hacia el claro.

Podía escuchar sus quejidos de vez en cuando, aunque parecía estar inconsciente la mayoría del tiempo.

Estaba anocheciendo demasiado rápido, o quizá era yo el que iba demasiado lento. Llegué a la puerta del claro y pude ver a todos los clarianos, que estaban en la puerta, esperando a que llegase.

Pude ver como me animaban, pero ninguno entró a ayudarme, era demasiado peligroso. Estaba cerca, parecía que por fin iba a conseguirlo, pero entonces las puertas empezaron a cerrarse.

— ¡Vamos Minho!— escuché que gritaba Newt.

Cerré los ojos derrotado, no lo iba a conseguir, pero entonces sentí un tirón en el brazo, al levantar la mirada pude ver a Thomas, el maldito imbécil había entrado al laberinto para ayudarme. Menudo suicidio.

Multifandom 🏳️🌈~ (en edición)Where stories live. Discover now