🚂Edmund Pevensie🚂

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Los hermanos Pevensie, Peter y Edmund, acababan de meterse en otra pelea, en el metro, y, como no, me tocaba hacer mi papel de niñera. 

Ni siquiera recuerdo que hice para que me castigasen siendo la encargada de hacer que los hermanos Pevensie no se metiesen en tantos problemas, y todavía tenía menor idea sobre la clase de castigo que me habían impuesto, no compartía clase con ninguno de ellos, casi ni les conocía, pero esas excusas no parecieron suficientes para el director, el cual decía que todas esas cosas facilitarían mi "trabajo", pues tendría un punto de vista mas neutral.

— ¡Peter! ¡Edmund!— grité al encontrarlos. Se encontraban el en andén, junto a sus hermanas, esperando el metro para ir a la escuela.

— Hombre T/N, ¿Cómo tú por aquí? Ni siquiera  son las 9 de la mañana—  dijo Edmund, lo que provocó que la ira se apoderase de mi, era la que menos ganas tenía de verles, eso lo podía asegurar.

— Bueno, resulta que me toca hacer de la niñera de un par de chicos que son incapaces de estar una sola hora entera sin meterse en problemas con el resto de la gente— los regañé. 

Peter miraba el suelo avergonzado, y no me extrañó, pues una chica bastante menor que él se estaba regañándole como si fuese su madre.

A Edmund en cambio parecía no afectarle que me tuviese que pasar todo el día persiguiéndoles para  impedir que se metiesen en problemas continuamente.

— ¿Sabéis? Tengo una vida más allá de esto, y aunque sea un castigo, no puedo dejar de hacer mis cosas cada vez que decidís meteros en inútiles peleas —  medio grité. Y eso pareció  hacer reaccionar a Edmund que en ese momento pasó de estar impasible a estar modo Edmund, cabreado con el mundo sin ninguna razón.

— Lo sentimos T/N, es solo que un chico me empujó y me exigió que me disculpase, después entro Edmund, aunque no me hacía falta, y empezó la pelea—  explicó Peter moviendo las manos frenéticamente.

Sonreí a ambos, por lo menos había conseguido que uno de los dos, se sintiese mal de que tuviese que estar haciendo de niñera.

— Intentaremos meternos en menos peleas para que puedas continuar con tu super interesante y ajetreada vida de persona normal— dijo Edmund con su ya normal cantidad de sarcasmo en la voz. Era tan irritante.

— Gracia.....— comencé a agradecerles, justo cuando un gran viento comenzó a surgir, los carteles comenzaron a arrancarse, incluso los las baldosas de las paredes se comenzaron a volar. Parecía mágico.

Aunque no lo sabía, ese sería el comienzo de la historia de mi vida.

— Sabes, en ese momento juro que lo odiaba, y ahora, después de todo lo que ha pasado... Aquí estamos. Y pensar que nunca habría sabido que es Narnia si no me hubiesen castigado como su niñera, ahora  Narnia es mi hogar, Narnia es mi vida— le conté a Aslan.

Las puertas se abrieron, el salón de los tronos estaba más hermoso que nunca, un montón de flores blancas caían desde el techo, y entonces le vi.

En el altar, esperándome, se encontraba el amor de mi vida, Edmund.

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Multifandom 🏳️🌈~ (en edición)Where stories live. Discover now