— Yo.... yo no quería decir eso, yo, dios lo siento, que vergüenza— dijo mientras cogía su comida y salía prácticamente corriendo de la sala, con la cara roja como un tomate.
Me quedé un rato quieta, sola, intentando asimilar lo que había pasado. ¿Había pasado de verdad?
No sé cuanto tiempo estuve así, en estado de shock, pero cuando quise darme cuenta los demás ya habían vuelto de sus respectivas citas, encontrándome sentada en el suelo, sola, con toda la comida china a mi alrededor.
— T/N ¿Estás bien?— preguntó Jasper agachándose a mi altura y cogiéndome de los hombros.
— Si, es solo..., Alec....— conseguí decir antes de comenzar a sonrojarme.
Inmediatamente me arrepentí de decir su nombre, solo de pensar en lo que había pasado me puse nerviosa. Además no pensaba decirles la verdad, no creía que Alec quisiese que lo supiesen.
— ¿Qué ha pasado con Alec? ¿Dónde está? ¿Te ha hecho algo?— preguntó Izzy alarmada.
— No, no, es solo que le estaba esperando. Dijo que se iba a dormir la siesta, creo que debería de ir a buscarle...., la comida se va a enfriar— respondí y salí de la habitación rápidamente, en busca de Alec. Necesitaba hablar con él.
Caminé por el instituto, mi destino era la habitación de Alec. En el camino pregunté por él, pero nadie parecía haberlo visto en horas, lo que me hizo confirmar que debía estar en su habitación.
— ¿Alec?— pregunté tras llamar a la puerta de su habitación.
No obtuve respuesta, por lo que abrí la puerta con cuidado, necesitaba revisar. Lo busqué por toda la habitación, pero no estaba.
Me pregunté si lo habrían mandado a una misión, pero no había habido misiones por días y no le habrían mandado solo. Busqué por todas partes, incluso Jasper, Izzy y Simon me ayudaron, pero no hubo éxito.
— T/N deberías irte a dormir, llevas mucho tiempo despierta— me aconsejó Simon mientras nos sentábamos en la sala de entrenamientos, Jace y Clary habían recogido la comida china mientras buscábamos a Alec.
— Si, Alec es mayor, él sabrá lo que hace. Lo conozco, estará dando una vuelta por el mundo de los mundanos— dijo Izzy de acuerdo con su novio.
Me despedí de ellos con la mano, mientras comenzaba a dirigirme a mi habitación.
Mientras caminaba hacia mi habitación me preguntaba que estaría haciendo Alec, si estaría enfadado conmigo por no haber respondido, literalmente había confesado tener sentimientos por mi, y yo ni le había respondido.
Quizá le había pasado algo, ¿y si lo habían secuestrado?
Al llegar a mi habitación me temía lo peor, y al ver la puerta abierta, se me heló la sangre. Caminé con cuidado, con una mano sobre mi estela, por si necesitaba usarla, abrí mi puerta lentamente y lo encontré sentado en mi cama.
— ¡Alec!— exclamé asustada.
Corrí hacia él y lo abracé, ya me había imaginado lo peor, y él estaba aquí tranquilamente.
— ¿Qué pasa?— preguntó confundido por mi comportamiento, aunque me mantenía fuertemente apretujada entre sus brazos.
— Estaba asustada ¿dónde has estado toda la tarde?— pregunté sentándome a su lado, en mi cama.
— He estado aquí desde.... bueno, desde la comida— respondió sonrojándose al mencionar el momento incómodo en el que nos habíamos vivido antes.
— Respecto a eso....— comencé a decir, pero él me interrumpió.
— Olvídalo, por favor. No quiero que esto se vuelva incómodo— dijo agarrando mis manos, prácticamente rogándome que lo olvidase.
— No quiero— dije regando carias veces con la cabeza. Él me miró, parecía algo asustado y triste.
Rápidamente bajó la mirada y me soltó las manos.
Se formó un silencio bastante incómodo entre nosotros. Yo comencé a ponerme nerviosa, quería decirlo, quería explicárselo, pero no sabía como o que palabras usar.
— ¿Lo decías en serio?— pregunté, mientras sentía como se me revolvía el estómago por los nervios. No podía levantar la mirada de mis manos, estaba demasiado nerviosa.
Otro silencio incómodo.
— Es verdad T/N...., me gustas...., pero no quería que esto se volviese incómodo... Yo, sé que non tendría que haberlo dicho...— respondió Alec, sentí como se removía incómodo en la cama.
— Igual podríamos tener una cita, ya sabes, por probar...— dije haciéndome la fuerte y levantando la mirada.
Alec me miraba muy sorprendido.
— ¿En serio?— preguntó.
— Yo no he cenado— dije encogiéndome de hombros.
Alec se levantó rápidamente de la cama con una sonrisa, ofreciéndome su brazo.
