🌵Apolo Hidalgo🌵

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Dos años había estado sin ver a Apolo. Nuestra relación no fue bien, bueno, me encargué de que nuestra relación no fuese bien.

No es que me guste jugar con los sentimientos de la gente, peno, Apolo es demasiado buena persona, y si hubiese sabido la verdad habría tirado su vida al traste.

Nos habíamos conocido un año y medio antes de empezar la Universidad, en muy poco tiempo comenzamos a salir, y finalmente nos enamoramos. 

Todo fue bien, hasta aquel día, me levanté con vómitos y fui al médico, donde me di cuenta. Estaba embarazada.

En apenas un mes comenzaría la Universidad, y estaba embarazada.

¿Mis padres? Pues bueno, estaban demasiado ocupados con sus fiestas de ricos y famosos, llenas de alcohol y drogas, creo que ni saben que acabé la primaria. Después de meditar decidí que mi decisión sería privada, tanto si decidía continuar con el embarazo como si decidía interrumpir el embarazo.

Apolo no se enteraría, le quiero y sé que si decidiese tenerlo él me apoyaría y se quedaría aquí, junto a mi, para ayudarme. Y eso es lo malo. 

Apolo quiere ser veterinario, el mejor de todos, y para lograrlo quiere ir a una Universidad Británica especializada en la curación y cuidados de animales.

Él quiere hacer eso, y el bebé le haría renunciar a su sueño, haría lo posible por conseguir una plaza en la misma universidad que yo y se conformaría. Todo con tal de estar conmigo.

Apolo nunca me culparía, pero yo si. No podía dormir pensando que él podría haber llegado a ser el mejor de todos si yo no hubiese tenido un descuido con la píldora.

Mi plan era mudarme, ir a una nueva ciudad, cerca de mi universidad, tener un piso compartido y arreglármelas como pudiese para sacarme la carrera y cuidar al bebé. A esas alturas del plan volver a ver a Apolo no era ninguna opción.

Pero la vida no entiende de planes y mi prima, Raquel, se casaba, con el hermano de Apolo, Ares, y de ninguna manera pensaba perderme esa boda. 

Le pedí a mi prima un hueco extra en la boda, para mi acompañante y para el bebé, aunque esta última no contaría con un menú en el braquete, pues es todavía muy pequeña.

Le pregunté a mi mejor amigo, y compañero de piso, Hiram que si podía acompañarme. No me creía capaz de actuar normal apareciendo allí sola con el bebé. 

Él me contestó que con tal de ver al padre de Morgan, mi hija, y sus hermanos, los supuestos dioses del olimpo de la belleza masculina, hasta se tiraría por un precipicio.

Cuando terminamos de facturar pasamos a los controles de seguridad y por fin embarcamos, Morgan se quedó dormida incluso antes de despegar y Hiram no tardó en seguirla al mundo de los sueños.

Me quedé sola, con mis sentimientos. Mala combinación, no paré de darle vueltas a la cabeza, me imaginaba todos los posibles escenarios en los que podría encontrarme con Apolo, si vendría acompañado o si habría cambiado.....

También pensé en mi madre, no había hablado con ella desde que me había ido, dos años atrás, mi padre me había contactado meses después de irme, al parecer se había desintoxicado. 

Sería él quien nos vendría a buscar a el aeropuerto, incluso nos quedaríamos en su casa, pero mi madre.... Bueno, ella seguía en su mundo, ahora mi padre vivía en otra casa, y mi madre ni siquiera parecía haberse dado cuenta..

Mi padre nos esperaba con las manos en los bolsillos y  la mirada fija en el suelo. Cuando nos acercamos, él levantó la cabeza. Hacía tantos años que  mi padre no me miraba, demasiados, él nos abrazó y nos llevó a su casa. 

Multifandom 🏳️🌈~ (en edición)Where stories live. Discover now