🏖Rafe Cameron 2🏖

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Al despertar podía sentir el aliento de Rafe en mi mejilla. Todavía tenía las pestañas mojadas y la nariz roja, estuvo llorando un buen rato hasta que conseguí que se durmiese.

Intenté apartarme, pero me tenía sujeta entre sus brazos, apenas pude alejarme un poco. Lejos de alejarse Rafe se reacomodó, colocando su cabeza en el hueco de mi cuello, abrazándome todavía más fuerte.

— ¿Rafe?—pregunté, él había aprisionado mi brazo con su cuerpo, y estaba empezando a sentir cierto hormigueo en los dedos.

Él abrió los ojos de golpe, y como si fuese un gato dio un salto tan grande que se cayó de la cama.

—¿Estás bien?— pregunté. Pero antes de asomarme Rafe se encerró en el baño.

¿Este chico? No podía entender nada, apenas unas horas atrás me estaba suplicando que no le dejase solo, incluso me pasé un buen rato masajeándole la nuca y la espalda para que se durmiese. ¿Y ahora me ignoraba?

— Oye Rafe, si quieres que olvide lo que pasó ayer yo no tengo problema— dije a través de la puerta del baño.

— Si, por favor....— escuché que respondía desde el otro lado, debía estar apoyado en la puerta porque se le escuchaba cerca.

— ¡A desayunar!— dijo un hombre en la puerta. Yo estaba dispuesta a salir, igual que habíamos hecho con la cena, pero en vez de eso me entró una gran bandeja con comida y volvió a cerrar la puerta.

Coloqué la bandeja sobre la cama y empecé a comer.

— Rafe, te he dejado el desayuno sobre la cama, ¿puedes salir? Me quiero duchar— dije después de un rato, en el que no había salido del baño.

Rafe salió rápidamente y yo entré, se pasó el resto del día evitándome. Después de la cena volvió a meterse en la cama del suelo.

— Oye Rafe— dije tumbándome en la cama, mirando hacia él, que estaba tumbado en el suelo, mirando hacia otro lado.

Tardó un momento en reaccionar, ni siquiera se giró para responderme:

— ¿Qué?— preguntó.

— Yo te perdono...—susurré, aunque por como se revolvió incómodo supe que me había escuchado.

—Hacía tiempo que no conseguía dormir sin pesadillas...— dijo, todavía dándome la espalda.

— Ayer tuviste una pesadilla...— recordé.

— Contigo no...— respondió, y, por primera vez se giró, mirándome a la cara. Parecía asustado.

Se formó un extraño silencio entre los dos. No sabía que hacer ¿debía invitarle a la cama conmigo?

— Ven, sube...— dije apartándome, para dejarle un hueco en la cama. Pero él no se movió.

—No quiero molestarte...—respondió, y yo volví a asomarme.

— Prefiero dormir contigo a que me asustes como ayer— entonces él si me hizo caso, y se metió a mi lado en la cama.

— Perdón por asustarte...— se disculpó. Estábamos tumbados boca arriba mirando el techo, pero al escucharle me giré.

Le puse el dedo sobre los labios para callarle.

— Descansa...—susurré.

—eh....¿Puedo abrazarte?— escuché que decía Rafe después de un largo silencio. Por un momento tuve que pararme a pensar si había pasado o me lo había imaginado.

—...mhjm...— dije, esperando que mi mente no me estuviese pasando una mala jugada.

Entonces sentí las manos de Rafe abrazándome por la cintura, y apoyando su cabeza en mi hombro.

— Sé que he cometido muchos errores, pero juro que estoy intentando ser una buena persona— susurró Rafe cuando creyó que estaba dormida. No podía quedarme callada, no después de haber visto como se rompía delante de mi la noche anterior.

— Eres buena persona Rafe, sino no estarías intentando cambiar...—susurré mientras comenzaba a acariciarle la nuca.

— ....no digas esas cosas...—susurró con un hilo de voz, escondiendo la cabeza en el hueco de mi cuello

Al sentir su aliento en mi cuello me encogí, me estaba empezando a poner nerviosa. ¡Maldita sea! Tenía que empezar a pensar en cualquier otra cosa.

— Lo siento...—dijo alejándose rápidamente de mi, casi como si le hubiese dado calambre.

— No pasa nada, solo me ha dado frío— respondí, pero era mentira, sentía frío en ese momento, ahora que se había alejado de mi.

Me pasé media noche dando vueltas. Rafe se durmió pronto, y me volvió a agarrar de la cintura, sin soltarme. Pero yo no podía, no podía parar de pensar en que no le estaba odiado, que tenía a Rafe al lado y quería que me abrazase.

Antes de darme cuenta comenzó a amanecer y yo seguía sin dormir.

Rafe se removió en la cama, pero al abrir los ojos me miró sorprendido. Por un momento pensé que se volvería a encerrar en el baño. Pero entonces me tomó de las mejillas, mientras me miraba fijamente. Parecía preocupado.

— ¿Te pasa algo?—preguntó mirándome al milímetro.

—  No paro de darle vueltas a la cabeza— dije, estaba tan cansada que ni me di cuenta de lo que contestaba.

— ¿A qué?— volvió a preguntar.

— A ti...— respondí antes de pensar y darme cuenta de lo mala idea que había sido abrir la boca. Él me miró con los ojos como platos.

— ¿Estabas pensando en mi?— preguntó atónito.

—Lo siento.... yo... es que estoy muy cansada...— dije incorporándome de golpe, y quedándome sentada, con la espalda en el cabecero.

Me pasé las manos por la cara, estaba tan agotada que me estaba empezando a doler la cabeza.

— No pasa nada... Es normal que me odies...— dijo colocando sus manos con cuidado sobre mis mejillas, para apartarlas de mi cara. Entonces me limpió una lágrima, ni siquiera me había dado cuenta de que me había puesto a llorar.

Él tenía sus manos colocadas en mis mejillas y no apartaba su vista de mis ojos. Fue inevitable no apartar la vista a sus labios. Estaba tan agotada que eliminé todos los pensamientos de mi cabeza y le tomé de la camiseta del pijama, para atraerlo hacia mi y besarle.

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Multifandom 🏳️🌈~ (en edición)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt