🐍Draco Malfoy 4🐍

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Un fuerte ruido me despertó, me dolía la espalda. Debía dejar de dormir en el sofá de mi oficina si quería no tener que gastar todo mi sueldo en masajistas muggles. Giré e intenté volver a mi sueño, pero no pude. Ese ruido otra vez, alguien tocaba la puerta de mi oficina insistentemente y no parecía querer rendirse.

Abrí los ojos y miré el reloj, eran las 7 de la mañana, y a estas horas solo los elfos y magos de la limpieza se encontraban en el ministerio ¿Quién me necesitaba a estas horas?

Me levanté pesadamente mientras intentaba apartar todo el pelo de mi cara, y cambiar mi cara de sueño para no asustar a quien sea que me buscaba desde el otro lado de la puerta.

Abrí la puerta......¡Draco! Él era quien se encontraba al otro lado de la puerta, e instintivamente la cerré corriendo después de darme cuenta de que era Draco quien se encontraba allí.

T/N abre la puerta. Tengo que hablar contigo — dijo Draco desde el otro lado de la puerta. Su voz.... su voz hizo que algo se moviese dentro de mí, las mariposas dormidas en mi estómago se despertaron y formaron un gran revuelo además de que mi corazón parecía querer salírseme del pecho de lo rápido que latía.

—No.....no quiero hablar contigo — dije arrastrándome por la puerta hasta llegar al suelo, sin poder evitar que un par de lágrimas surcasen mi rostro. Verlo ahí, parado como si nada de todo lo que me había hecho me hubiese dolido, y verlo parado como si nada me dolió mucho más de lo que había esperado.

—Tenemos que hablar, si no es hoy será mañana. Al final hablaremos — dijo alejándose por el pasillo.

Y así paso, día tras día, durante semanas, Draco venía a la puerta de mi oficina a preguntarme si ese día quería hablar con él y aunque mi respuesta siempre era negativa, él no insistía se iba y volvía al día siguiente con la misma pregunta.

Al final consiguió que tuviese curiosidad, en fin, si quería hablar conmigo es porque algo tenía que decirme, y aunque me doliese verlo tenía que hacerlo.

Así que aquel día cuando se presentó obtuvo una respuesta diferente a la que había estado recibiendo las anteriores semanas. Esta vez abrí la puerta y le hice pasar, fingiendo una mueca de indiferencia, que enmascaraba el revuelto que provocaba en mí el estar cerca suyo.

Draco se sentó, y pude ver como aunque había pasado más de un año desde la última vez que nos habíamos visto seguía teniendo su habitual elegancia, a la hora de caminar y su postura al sentarse.

—Bueno, querías hablar conmigo ¿no? Pues hablemos — dije volviendo a mi habitual silla de despacho.

—Sé que sabes lo que hice — dijo dejando el maletín que llevaba en el suelo y desviando su mirada para no encontrarse con la mía.

—Te refieres a cuando estábamos a una par de meses de casarnos y decidiste lanzarme un Obliviate para poder irte con la pequeña Greengass a vivir vuestra perfecta vida de sangre pura — le recriminé, estaba mucho más enfadada de lo que me esperaba, pero el hecho de que hubiese borrado algunos años de mi mente hacía que solo quisiese matarlo.

—Si, creo que te debo una explicación. Yo a ella no la quería, pero mi padre iba a salir de Azkaban y creí que si me veía contigo nos mataría, así que tomé una decisión, una horrible decisión, la peor de las decisiones, losé, pero no puedo dar marcha atrás. Al final descubrí que la cárcel había vuelto a mi padre mucho más tolerante, así que hice que encontrasen nuestras fotos, me libré de ellas, pero cuando te vi, supe que no sería capaz de decirte la verdad. Luego descubrí que habías recuperado la memoria, así que empecé a trabajar más horas para evitar encontrarme contigo en cualquier lado. Pero hace unas semanas Hermione vino súper preocupada a decirme que necesitaba mi ayuda, que necesitaba mi ayuda porque sino ibas a volverte loca. Por eso estoy aquí — dijo él de sopetón mientas se levantaba y daba vueltas, de un lado al otro, de la habitación.

—Porqué debería creerte? —pregunté muy seria mientras me levantaba apoyando mis manos sobre la mesa, con una postura desafiante... ¿Cómo podía creerlo?

—Porque puedo oír como te late el corazón desde aquí, por que estás sonrojada, porque sé que aún me quieres y quieres creer en mí, porque sabes que no te mentiría, porque te amo —dijo él. Y mi semblante serio se derrumbó, me quedé estática, de pie, entre mi silla y la mesa.

El silencio se adueñó de la habitación, él se acercó a mí, me tomó de la mano y de un fuerte empujón me atrapó entre sus brazos, no sabía cuanto le había echado de menos hasta ese momento, le abracé, pudiendo oler su colonia, era una mezcla entre perfume caro y olor a hospital, me empapé de su olor y le devolví el abrazo.

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Multifandom 🏳️🌈~ (en edición)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant