El Entrenador Distante.

Capítulo 32: Eliminatorias.

-Así está bien, Kanna regresa, fue una elegante y perfecta demostración de fuerza, digna de ti.

-(Encantada Maestro, solo cumplía con mi deber.) –Sonrió ella al grácilmente hacer una reverencie levantando un poco su vestido.

Girándose para parase junto a su entrenador, los demás no sabían que paso ya que el denso humo negro de las explosiones no los dejaban mirar, pero al despejarse al fin, en el suelo del campo estaba un inconsciente Dusknoir.

-Dusknoir ya no puede continuar, otra gran muestra del potencial de este Entrenador.

-Veo que te subestime un poco. Si eres fuerte, pero aún no se acaba, Rapidash yo te elijo!

De su segunda Ball un gran caballo en llamas hizo aparición, relinchando con gran poder.

-Se ve fuerte, seguro lo es, muy bien Miia te toca.

Lanzando su PokéBall, Milotic salió lanzando un gran gruñido antes de colocarse en posición.

Todas las féminas del público enloquecieron al ver a la elegante Pokémon salir al campo de batalla.

-Que no te distraigan Miia.

Ella asintió y se centró en su oponente.

-Rapidash usa Bote!

Dando una pequeña carrerilla antes de saltar con grandísima fuerza casi no se le veía por el fuerte salto que dio.

-Miia prepárate.

Un gran brillo naranja se dejó venir del cielo directamente hasta Milotic, quien solo desenrosco un poco su cuerpo.

-Ahora!

Antes de que las pesuñas la impactaran, Miia se deslizo esquivando el ataque para hacerse grácilmente a un lado.

-Miia usa estrujón.

Saltando como lo hubiese hecho una víbora para morder a su presa, Miia enrollo todo su cuerpo en el de Rapidash ejerciendo fuerza con cada musculo de su cuerpo, impidiéndole el movimiento al Pokémon Caballo Fuego.

-Rapidash quítatela de encima!

-Hidrobomba.

Reteniendo sus movimientos mientras ejercía fuerza sobre el gran cuerpo del Pokémon, la serpiente movió su cara hasta la de su oponente y delante de ella cargo su gran ataque con rapidez, seguido de sin más, lanzarlo con gran presión lo que estallo en una nube de vapor blanco. Al despejarse esta, en el suelo yacía el inconsciente caballo, y Miia a su lado mirando a su Entrenador.

-Y van 2 señoras y señores, Allen y sus Pokémon están imparables el día de hoy!

-Bien hecho Miia. –Felicito acariciando la cabeza de esta para mirar su gran sonrisa. –Descansa ahora.

-(Ni siquiera he podido darle un golpe a sus Pokémon, definitivamente es alguien fuerte, pero dudar ahora es demasiado. Solo tengo el Pokémon que mi Papá me dio.) cuento contigo, Aggron!

-Aggron eh?

Allen respondió a eso, silbando con fuerza hacia las gradas, enseguida las grandes orejas de cierta Pokémon se levantaron.

-Rápido querida, Allen te está llamando!

Emocionándose de golpe de un salto llegó al campo antes de pararse junto a Allen.

-Crees poder con él?

Asintiendo muchas veces, lo que ella quería era lucirse ante el público para hacer quedar bien a su Entrenador.