Capítulo 23: El Mundo Blanco y Frío.

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Recibiendo un asentimiento confiado de su Pokémon miro por un momento las PokéBalls de su cinturón.

-El equipo ya está completo, y bastante equilibrado, aunque ya solo nos faltan 2 medallas... Hemos avanzado bastante rápido.

Su equipo actual, estaba formado por su Arcanine Lion, su Grovile Yggdrasil, Gardevoir Kanna, Milotic Miia, Luxray Lux y Braviary Delta.

-Creo que Ako y Diane no se van a llevar bien por ahora...

El vivido recuerdo de la expresión de su Lopunny al ver llegar a la pequeña tipo Acero/Hada, lo hizo cuestionarse si fue buena idea dejarla allá.

-Bueno Mamá se encargara de mantenerlas tranquilas. Y por suerte no noto la arrastrada que me di.

Logro esconder sus heridas de su Madre, pero sabía que se daría cuenta pronto de ellas.

-Descansemos un poco.

El tiempo pasó y el clima seguía sin mejorar, al punto donde ambos se quedaron dormidos por la espera. Ya pasada las horas unos fuertes gruñidos los despertó a ambos en búsqueda del origen de estos.

-Escuchas eso amigo?

Recibiendo un gruñido en respuesta, con cuidado se levantó y ambos se acercaron a la entrada del refugio.

Al mirar afuera, pudieron ver a un gran grupo de Weaviles reunidos, todos gruñían comunicándose entre ellos.

-(Qué estarán diciendo?)

Su discusión no duro mucho y todos se marcharon.

-(Parece que era una reunión estratégica... oh no.)

Fijándose con cuidado en la nieve, podía verse una figura acostada en el suelo.

-(Una reunión para decidir qué hacer con él... y parece que lo dejaron a su suerte.) Lion espera aquí, ya regreso.

Saliendo del refugio con cuidado de no abrir sus heridas nuevamente, camino a hasta llegar al inconsciente Pokémon.

-... Aún respira, veamos qué puedo hacer por él.

Tomándolo con cuidado, regreso al refugio y lo recostó sobre una pequeña manta que llevaba en su mochila

-Lion sube un poco la temperatura, necesito saber con exactitud qué tan alta es su fiebre, y el frío me lo impide.

Acto seguido del cuerpo del gran Pokémon empezó a salir una onda de calor que coloco el lugar a unos 36 grados centígrados.

-Su fiebre es muy alta para un Pokémon del tipo hielo, Lion pásame la mochila.

Recibiendo su bolsa de las grandes fauces de su Pokémon, saco de ella varias medicinas y unas bayas.

-Guardaba esto por su alguno de ustedes enfermaba, pero creo que es momento de darle uso.

Tras unos cuantos minutos de aplicarle la medicina, solo lo dejo descansar con una pequeña toalla en su frente.

-Esperemos que eso funcione.

Con el pasar del tiempo la condición del Pokémon mejoraba poco a poco hasta poder considerarlo fuera de peligro.

-No estoy al nivel de una Enfermera Joy, pero creo que ya puedo encargarme de cosas así por mi cuenta.

En sus visitas a los Centro Pokémon, siempre trataba de observar los procedimientos usados por las Enfermeras sobre los Pokémon, y al parecer estaba dando sus frutos.

-Algo así nos servirá cuando nos vayamos a entrenar, sin ningún tipo de Centro Pokémon ni civilización cerca, su salud dependerá completamente de mí.

El Entrenador Distante.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora