El Entrenador Distante.

Capítulo 14: Un doloroso Pasado.

Allen junto a sus Pokémon se aceraron a ver qué pasaba, al igual que en la mañana Lion parecía tener un muy mal sueño.

-Está pasando de nuevo, si tan solo pudiera ver que lo asusta tanto...

-(Entrenador, yo le enseñare, are que todos veamos el sueño de Lion.)

Sus rojos ojos brillaron de un tenue color azul, lo siguiente que todos vieron fue un denso bosque rodeándolos.

-Qué estamos viendo? –pregunto Allen sin captar bien que pasaba.

-(Estamos en su sueño, vemos lo que él ve Entrenador.)

En su campo de visión apareció un gran Arcanine que sonreía al verlo.

-Ella debe ser la Madre de Lion.

-Escucha pequeño, yo te protegeré de todo y te enseñare lo bello de este mundo.

Hablando en su idioma, la Madre le hablaba a su cría.

-(La cara de Mima era tan alegre, aun la recuerdo bien.)

Esa voz resonó en la cabeza de Allen y compañía, esa era la voz de Lion.

-(El tiempo que pase con ella fue muy divertido.)

Las imágenes de como su Madre lo llevaba en su espalda mientras avanzaba en el campo grácilmente aparecían en la visión de todos, las tardes tranquilas, las noches frías donde dormían acurrucados el uno con el otro.

-(Ojala todo fuera durado más.)

De repente el paisaje cambio, el tranquilo bosque estaba lleno de los gritos de muchos Pokémon que corrían temerosos de algo.

-Escóndete aquí y no salgas por nada del mundo! –Advirtió la Madre Arcanine a su cría. –Yo los distraeré.

Mirando desde unos matorrales, miro como su Madre atraía la atención de cientos de cazadores Pokémon con redes eléctricas y otros artefactos paralizantes, con tristeza miran como usando disparos paralizantes electrificaban a su Madre y esta caía al suelo.

-(Mima!)

-No vengas aquí!, corre pequeño, corre!

Con sus ojos llenos de lágrimas, corrió en la dirección contraria a donde estaba su Madre, avanzando todo los que sus patas le daban sin detenerse tal como lo hacían sus lágrimas.

-(Corrí y corrí sin detenerme hasta que ya no tenía fuerzas en mi cuerpo.)

Cansado y hambriento, sus patas fallaban por la debilidad, hasta finalmente caer rendido en el suelo.

-(Mima...)

Cerro sus ojos por el cansancio, y pasado un tiempo los abrió, frente a él había una pequeña manzana, que al verla no lo pensó y la comió.

-Come despacio, nadie te la quitara.

Asustado, dirigió su mirada a todos lados hasta dar con el origen de la voz.

-(Hay la conocí a ella, mi única amiga, quien me ayudo a vivir.)

-Soy una Froslass, encantada, no tienes por qué tenerme miedo, yo no te are nada malo.

-Oye Froslass qué encontrase?

Un adolecente no mayor que salen apareció atrás de Froslass, al ver su pinta, era un Entrenador.

-Vaya encontraste un Growlithe, dicen que por esta zona no hay, eso lo hace especial, noquéalo para poder atraparlo.

Indicándole a su Entrenador que no hacía falta eso, este solo le arrojo una PokéBall y esta lo capturo.