Capítulo 14: Un doloroso Pasado.

Comenzar desde el principio
                                    

-No son buenas noticias cierto?

-No... tus Pokémon salieron mucho más lastimados de lo que imagine. Tu Luxray tiene una gran grieta en uno de los huesos de su pata trasera derecha y en varias de sus costillas.

Al decirle eso, enseguida a la mente de Allen vino la escena del Machamp azotándolo contra el suelo.

-Tu Growlithe tiene una contusión leve por un fuerte golpe en la cabeza.

Seguidamente la imagen de uno de los golpes con el bastón de mega-Lucario.

-Por suerte tu Kirlia no tiene daños graves, ella parece ser la menos afectada por la batalla.

-... Puedo verlos? –Pregunto el Muchacho con notoria preocupación.

-Por supuesto, sígueme.

Lo guía hasta una de las áreas de reposo donde los 3 yacían en unas camillas cada una adecuada para su tamaño, Lux y Lion, tenían equipos para monitorear su estado.

-Te dejare solo con ellos, si ocurre algo solo llámame.

-Entiendo.

Al dejarlo solo en la habitación Allen y Yggdrasil se acercaron hasta ellos para verlos mejor, los 3 parecían dormir plácidamente.

-Esto es mi culpa. –Lamentó apretando con mucha fuerza los puños. –Debí notar antes esa mega piedra y el estado mental de Lion.

Su puño izquierdo aterrizo con fuerza en la pared en un intento de calmar su coraje contra si mismo, al ver eso su Treecko, lo llamo varias veces para que se calmara.

Allen lo vio y tomo una bocanada de aire para calmarse.

-Lo siento... perdí la compostura por un momento... estoy bien no te preocupes. –Calmo al tomar un banco y sentarse entre las camillas de Lex y Kanna. –Eres muy terco Lux, con esas heridas y aun así peleaste contra Lucario. –Hablo con calma acariciando la melena de su gran Pokémon. –Sé que eres fuerte, no debes hacer nada extremo para que lo sepa.

-(Entrenador...) –Una débil voz escucho dentro de su cabeza, al reconocerla giro su cabeza a la derecha para ver a su Pokémon Psíquico/Hada despierta.

-Hola pequeña, ya despertaste.

-(Lo siento Entrenador, perdí...)

-Tonta eso no importa ahora, lo más importante para mí es su salud, tienen que descansar. –Animo Allen mientras acaricia su cabeza y la veía a los ojos. –Debes permanecer tranquila hasta que te sientas mejor.

-(Entrenador lo puedo sentir, tu preocupación... su coraje y su inseguridad.) –Comunico ella logrando ver a través de Allen, causando que este bajara un poco la mirada.

Las piezas rosadas en su cabeza cumplían con su cometido sentir las emociones de su Entrenador y hacerlas suyas propias.

-No puedo evitar preocuparme, si les pasa algo será por mi culpa, jamás me lo perdonaría, como lo fue hoy, por no estar pendiente de un simple detalle, todos salieron lastimados.

Con algo de esfuerzo la pequeña Pokémon se puso de pie y se acercó a su Entrenador, para sostenerse del brazo de este.

-(No es su culpa Entrenador, todos debemos esforzarnos juntos para dar lo mejor de cada uno.)

Reconociendo que las palabras de la pequeña pero sabía Pokémon eran verdad, Allen solo bufo una sonrisa antes de acariciar la cabeza de Kanna con cariño.

Todo iba bien hasta que uno de los aparatos de sus Pokémon empezó a sonar más fuerte, al mirar bien, el pulso cardiaco de Lion se había disparado.

El Entrenador Distante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora