Capítulo 11: La Animada Ciudad Corazón.

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-Esto ya está listo. Siguiente parada, la tienda de electrónica, tengo mucho que comprar allí.

Después de unas 2 horas y varias paradas, finalmente había terminado todo y ahora se dirigía al Centro Pokémon junto a Lux quien lo ayudaba con todo lo que había comprado.

-Gracias Lux, la verdad no podía con todo.

Ya que su boca estaba ocupada llevando unos objetos, solo asintió tranquilamente.

Momentáneamente encontraron el edificio y entraron a él, al llegar al mostrador enseguida fueron atendidos por una Peculiar Enfermera Joy.

-Bienvenidos al Centro Pokémon, qué puedo hacer por ustedes hoy?

-Tendrá disponible alguna habitación?

-Por supuesto. –Respondió al sacar una llave de un cajón y entregársela. -Por el pasillo de la derecha, la primera puerta al girar a la izquierda.

-Muchas gracias. Que tenga buen día.

-Eso es para ti Tehehe... -Sonrió la mujer dejando salir una risa que no encajo en lo que Allen había visto hasta ahora.

-(Huh... por un momento me recordó a las amigas solteras de Mamá, y a la profesora de Historia y Arte...) –Pensó para sus adentros al recordar lo "amables" que eran todas esas mujeres con él.

Siguiendo las indicaciones que le dieron, llego al cruce en el pasillo y encontró la puerta y al introducir la llave sintió enseguida la mirada de alguien a su lado.

-Parece que somos vecinos... -Comento una chica que al verla no logro reconocer.

-Hmm tú eres...? –Pregunto tratando de recordar la cara de la chica.

-Jessica, soy Jessica recuerdas?! A la que le arrebataste su victoria número 150!

-Oh eres tú, y cómo vas con eso?

-Jum! –Bufo girando su mirada con superioridad. –Para que lo sepas, ya llevo más de 40 combates ganados.

-Bien por ti. Tu Roserade debe estar mucho más fuerte.

-Por supuesto que lo está!

-Bien, te veo luego.

Sin dejar que le respondiera entro en la habitación y cerró la puerta.

-A ese tipo de personas es mejor cortarlos rápido, si no hablaran durante horas y horas.

Advirtiéndose a sí mismo y a Lux, colocaron todas las cosas sobre la cama y Allen se sentó en la silla del escritorio.

-Haaa... Estuve todo la mañana de pie, me duelen los pies... bueno a lo importante, por suerte conseguí todo lo que buscaba, necesito ahora la manera de llevar todo eso a casa, y se quién me puede ayudar con eso.

Sin pensarlo 2 veces lanzo una de sus Balls al aire y de ella salió una más descansada Kirlia.

-Te ves mucho mejor que hace unas horas, debes cuidar más tu sueño ok?

Recibiendo con un alegre asentimiento a su entrenador. Este continúo hablando.

-Kanna, tu tele-transportación puede llevarnos a cualquier lugar si ya estuvimos ahí cierto? –Pregunto recibiendo un asentimiento. –Si es así puede llevarme a casa por un rato?

Sin decir nada se acercó a él y de un grácil salto se paró en su pierna para colocar sus pequeñas manos en su frente.

Al hacerlo su mirada su perdió como si mirara al infinito.

Pocos segundos después separo sus manos de la frente de su Entrenador y sus ojos brillarlo, al instante ellos junto a las compras había desaparecido.

Lo siguiente que los ojos de Allen miraron fue la sala de estar de su nueva casa, al mirar a su alrededor todo estaba como él lo dejo y escuchaba el tarareo de alguien viniendo de la cocina.

El Entrenador Distante.Where stories live. Discover now