Capítulo 06: Un Largo Inicio.

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A la sombra de los árboles, ambos podrían ver el gran sendero del que venían y el largo tramo que les faltaba.

-Está muy despejado... incluso para ser un día tranquilo, esta demasiado despejado Lux. Debería de encontrarse más entrenadores pasando por aquí, o aunque sea vehículos.

Lux por su parte, tenía su atención en otra cosa, algo que se movía por las cercanías, y que sus ojos le permitían saber muy bien de que se trataba. Y Allen se percató de eso.

-Viste a algo o a alguien? –Pregunto recibiendo un asentimiento en respuesta. –Tal vez fuimos nosotros los que salimos muy tarde... los Entrenadores pueden que san madrugadores, tomando en cuenta las distancias que deben recorrer para llegar a sus destinos. No pueden darse el lujos de dormir demás.

Un crujido cerca de ellos los distrajo de su conversa, solo para ambos ver como de los arbustos cercanos un pequeño Pokémon aparecía y se acercaba temeroso a ellos.

-Un Growlithe... -Reconoció el Muchacho al ver al pequeño Pokémon que había aparecido.

Growlithe el Pokémon Perrito. Es leal a su Entrenador, lo defenderá lanzando gruñidos mordiscos a sus enemigos. Cuenta con un olfato muy desarrollado, si encuentra un olor, nunca lo olvidara.

-Así que eso dice de ti. –Susurro Allen al ver la PokéDex de su teléfono. –Debe tener hambre, seguro el olor de la comida lo atrajo.

Rápidamente noto el estado deplorable del Pokémon, este estaba sucio y se veía bastante desnutrido para lo que debería ser un Growlithe sano.

-Ten come esto. –Le hablo con cuidado extendiendo un gran emparedado. –Tranquilo, no te haremos daño.

Con algo de temor ante la intensa mirada del Luxray, el Pokémon se aproximó a Allen y con rapidez tomo el pan para alejarse un poco de ellos.

-Es muy desconfiado... incluso para ser salvaje... puede que alguien lo haya abandonado?

Esa pregunta rondo su mente mientras lo miraba comer, un Pokémon normalmente salvaje, no estaría tan maltratado como lo estaba ese pequeño.

Rápidamente el tipo fuego devoro con ganas ese emparedado hasta no dejar ni las migajas de este. Allen al ver eso, le facilito algo de agua en una taza pequeña, para que el Growlithe se acercara a beber de ella con ganas.

-(Si quiero que confié en mí, debo empezar de apoco.)

Mientras el Pokémon bebía, Allen acerco con cuidado su mano hasta la cabeza de este, al sentir eso cerca, el Pokémon alzo la vista y se encogió temeroso y temblando, lo que le dio a confirmar a Allen sus sospechas.

-Tranquilo... tranquilo, nadie aquí te lastimara. –Hablo calmadamente al tiempo de colocar sus manos entere las orejas del Pokémon para acariciarlo con cuidado. –Eso es... ves, no te are ningún daño.

Allen debía hacerle saber que no era una amenaza para el si quería su confianza, si el pequeño huía en ese estado, quien sabe que podría de ser de el en el futuro.

El Pokémon comió y bebió hasta sentirse satisfecho, y al estar todo ese tiempo bajo las cuidadosas caricias del amable Entrenador, se quedó mirándolo con interés.

-Escucha pequeño, acabo de iniciar mi viaje como Entrenador Pokémon. Te gustaría acompañarnos a Lux y a mí?

El pequeño Growlithe miro al muchacho y luego al Luxray que lo acompañaba, el tipo eléctrico le regreso la mirada y asintió tranquilamente.

El tipo fuego ladro al entrenador y vio como este saco una PokéBall de entre sus ropas, y sin más, el pequeñín la toco para ser absorbido por esta.

-No sé qué cosas te hayan pasado, pero conmigo no ser así, te lo demostrare.

El Entrenador Distante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora