El Entrenador Distante.

Capítulo 06: Un Largo Inicio.

Sonriendo a esas palabras, el Entrenador se acercó a ella para abrazarla con fuerza y cariño.

-Thehehe este si es un abrazo Cielo. Ten mucho cuidado sí, no te preocupes por mí, recuerda, Mamá sabe cuidarse sola.

-Lo sé, nos veremos pronto. –Despidió el Muchacho. –Vámonos Lux, tenemos mucho terreno que cubrir a pie.

La mujer los vio a ambos partir desde la puerta mientras se recostaba en esta y sonreía con tranquilidad.

-Hacia mucho que no lo veía tan animado. Sé que darás tu mejor esfuerzo en esto hijo, en lo que sea que vayas a hacer, siempre tendrás el apoyo incondicional de tu Madre, tú puedes hacerlo, tienes la chispa para hacer lo que sea. –Hablo para si misma viendo a su único hijo partir en un viaje que cambiaría el destino de todos para siempre.

Ya alejado de su casa, Allen tenía claro a donde debía ir, lo que no sabía era cuanto tiempo le tomaría llegar a ese lugar, pero eso no lo distraía para nada de sus objetivos y el cómo debería llevarlos a cabo, a su lado, su gran Luxray quien caminaba parejamente con él, mirando todo el paisaje con calma y atención, atento a cualquier Pokémon salvaje que pudiera intentar atacarlos, cosa que simplemente no paso, debido a su mera presencia.

Avanzada ya más de media hora desde su partida, Allen decidió que era buen momento para probar el invento que había terminado el día anterior.

-Oye Lux, quiero que me ayudes a probar unas cosas que hice.

Al escucharlo el Luxray poso su atención en él, deteniendo su avance en lo que veía como el Entrenador sacaba algo de su mochila.

-Son estos. –Mostro el muchacho dejando a su vista unos grandes y gruesos brazaletes plateados. –Estos son unos brazaletes de gravedad. Básicamente al ponértelos y activarlos generan fuerza para atraer tus patas al suelo, al ponértelos y caminar y estar con ellos, eso ayudara a desarrollar la musculatura en tus patas, así como aumenta considerablemente su velocidad.

Ante la explicación de su Entrenador, el Pokémon miro los brazaletes para extender una de sus patas al muchacho para que pudiera colocárselo, y así fue con sus 4 patas mirando ambos como le quedaban.

-Lucen bastante bien, pero no resaltan, eso es lo importante. Te son incomodos Lux? –Pregunto recibiendo una negativa del Pokémon. –Los voy a encender, al 5% de poder, a ver como los sientes.

El muchacho tomo su teléfono y activo la aplicación desde allí, enseguida las luces de los brazaletes se activaron y empezaron a ejercer su fuerza gravitatoria alrededor de la patas del Pokémon. Quien enseguida lo sintió abriendo sus ojos en sorpresa.

-Cómo se sienten, es mucho peso? –Pregunto Allen para que su Pokémon negara mientras movía todas sus patas adaptándose a esa nueva sensación en ellas, hasta dar unos cuantos pasos y unos brincos. –Parece que no.

En cuestión de minutos el Pokémon se adaptó perfectamente a esas nuevas pesas, para junto a su Entrenador seguir con su camino a Pueblo AromaFlor.

Con unas 3 horas de caminata tranquila, y con el sol sobre ellos, decidieron parar a la sombra para descansar un poco y comer el almuerzo que su Madre les había preparado.

-A ver que nos preparó... espero no exagerara de nuevo, pero creo que eso es mucho pedir considerando lo pesada que es la caja.

Al abrirla, confirmo sus sospechas al ver la cantidad de comida que había en ella.

-Acaso quiere que engordemos o algo así? –Bromeo para agarrar uno de los tantos emparedados que resguardaba la caja, y pasarle unos a su Pokémon sobre la tapa. –Comamos algo y guardemos para después.