MI ROSA SIN ESPINAS

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En muchas ocasiones me vi tentada a mandarle un mensaje y darle las gracias por estar y aparecer en aquel momento, pero siempre me frenó esta extraña vergüenza que siento. Porque ella ya no ve una Alycia triste y abandonada, sino una persona que está siendo dominada y consumida.

En todas las ocasiones que me miraba desde su esquina, en clase, bajaba la cabeza, cuando veía sus intenciones de acercarse a mí, me alejaba. Y así, durante tres semanas. Rechazo toda comunicación, con Maia y Anya que intentan hablar con migo, con mis padres...No podría, ni puedo mirarles a la cara. Mi única y obligada comunicación, es Dylan.

Dentro de tres días nos dan las vacaciones de navidad, mis notas han bajado y este será el primer año donde la navidad no será una época feliz y lo único que me acompañará será el feo color de la soledad.

Me sobresalto al escuchar que alguien toca mi puerta y doy paso siguiendo apoyada en la ventana, sintiendo la suave brisa que choca contra mi piel, como la lluvia cae y rebota contra el suelo con brusquedad.

-Hola, Alycia.-Su voz me paraliza y encoge mi corazón ¿Qué hace aquí? Me giro y sus profundos azules mirándome con intensidad hace que mi corazón bombardeé con fuerza.

-Clarke, deberías irt...

-No, para.-Corta mis palabras y se acerca a mi.-¿Cuándo viene?-Por su gesto de enfado se que se refiere a Dylan.

-No viene, tiene exámenes.-Respondo mirando sus ojos cuales no consigo distinguir su expresión.

-Genial, porque si lo veo no podré parar de hostiarle.-Suspira y baja su mirada, me veo tentada a contestarle pero de alguna manera no me salen las palabras porque sé que Clarke sabe lo que pasa, es lista y sabe como leerme.-Bien ¿Qué haces hoy?-Su pregunta me descoloca.

-Estudiar para la vuelta de vacaciones.

-Vale hoy...-Acaricia mi mejilla con delicadeza y me es imposible no tensarme ante su tacto, en tener miedo.-Hoy estudiaras a sonreír ¿vale? y no te preocupes, yo me encargo de darte esa lección.-Responde al ver mi intención de responderle.-Empezaremos por esto.-saca una caja con un envoltorio de regalo y me lo extiende.- Una parte de mi prefiere que se vaya y que me encierre en mi cuarto durante los días siguiente pero la otra parte, desea su compañía, oír su risa.

-Clarke, en serio no estoy para...

-Ábrelo vamos.-Vuelve a interrumpirme aún con el regalo en sus manos.

Resignada cojo el regalo sabiendo que no recibirá un no por respuesta. Rompo el envoltorio bajo su atenta mirada y abro la caja sacando una taza cuya frase ''La vida es como un espejo, si le sonrío me regala sonrisas.'' consigue que sonría levemente.

-¿Ves? Vas aprendiendo y lo haces muy bien.-Dice con una sonrisa y posando su bolso en mi escritorio.

-Gracias Clarke.-Es lo único que consigo articular, porque si fuerzo a que las palabras salgan, lloraré.

-Pasaba por una tienda y me acordé de ti.-¿Por qué tiene que ser tan directa ahora? con eso consigue ponerme nerviosa, más de lo que ya estaba.-Esta lloviendo por lo que dar una vuelta en la moto mal...De todas formas tengo el coche de Octavia, puede dejármelo y si quieres podemos ir a ver una película...tomar algo ¿Qué te parece?-La miro y su gesto es divertido y me pregunto porque se empeña tanto en ser mi distracción.

-Clarke no puedo estar cont...

-Si-Me interrumpe y su gesto vuelve a ser de enfado.-Olvidaba al imbécil de tú novio, sé que me dijiste que no me metiera pero...¿Por qué no dejas que te ayude Alycia?-Aparto mi mirada ante su inesperada pregunta. Aprieto mandíbula y quiero gritarle que se vaya pero me contengo, porque sé que no se lo merece, no después de no rendirse con migo sabiendo que podría rechazarle una vez más.

-Porque nadie puede ayudarme, Clarke. Ni tú, ni nadie.-Prefiero serle franca, hablar con ella, ser sincera y poner mis cartas sobre la mesa.

-¿Todo esto es por aquel día?-La miro y sé que se refiere al día que Dylan nos encontró a ambas en mi cuarto, decido no contestarle por lo que mi silencio ella lo toma como respuesta y suspira pesadamente, pasa su mano sobre su cabello y me doy cuenta que adoro ese gesto.- No puedes castigarte de esta manera porque el muy gilipollas te amenace , te empujó y te hizo daño ¿Esperas qué lo siguiente sea peor?- Cierto que me duele la situación pero jamás me dolió tanto escucharla y que esa voz sea la de Clarke.

Aguantando el nudo de mi garganta y vuelvo a acercarme a la ventana dándole la espalda y observando como la lluvia cae sin cesar al igual que mis lágrimas.

-Es complicado, Clarke.-Consigo decir.-Solo sobrevivo en mi mundo.

El frio de la lluvia recorre mi cuerpo y sé que Clarke sabe y siente mi sufrimiento, lo sé porque se lo puedo notar en su mirada, en su voz, en su suplica. Siempre oculté mis lágrimas para mí y mi soledad, pero esta vez es diferente porque ella está detrás de mi y no tengo el impulso de secármelas y ahora sé que ella es mi rosas sin espinas, simplemente mi rosa.

Sin esperármelo, sus brazos rodean mi cuerpo apaciguando el frío que recorría hace apenas segundos atrás sustituyéndolo por el calor de su cuerpo. Me abraza fuerte, con cariño, con delicadeza y siento miles de mariposas en el estómago.

-La vida es más que sobrevivir,  Alycia.- Susurra en mi oído. Decido mantenerme en silencio buscando el verdadero significado a sus palabras, sintiendo su calor y la seguridad que me da su agarre.

Me refugio en ella y es posible que sienta el fuerte latido de mi corazón y verdaderamente no me importa, a lo mejor se da cuenta de lo que causa en mi y me sobran las palabras para decírselo. Desde aquel día a causa del alcohol, conseguí confesarme a ella sin saber que sentimientos estaban floreciendo en mi interior, pero todo mi coraje a lanzarme a investigar esos sentimientos se esfumó cuando ella despertó al día siguiente y no se acordaba de nada, salvo el beso de Anya y una simple charla conmigo. Desde entonces decidí abandonar esa posibilidad de algún día investigar esos sentimientos y rendirme a Dylan pero ahora, teniéndola aquí, abrazada a mí hace que todos mis planes de desmoroné, Clarke hace de mi mundo otro completamente diferente.

Pasamos unos minutos en la misma postura observando como cae la lluvia , yo abrazada a mi misma y Clarke rodeándome con sus brazos dándome todo su calor. El cómodo silencio solo es roto por nuestras respiraciones y por la lluvia acompañada de algún que otro trueno. Estoy relajada entre sus brazos, todo lo malo deja de existir. Debo de admitir que sentirla tan pegada a mi espalda es algo que consigue excitarme y es raro, porque jamás me pasó esto con nadie con un simple roce y menos con una mujer.

Mi cuerpo se estremece al sentir el suave roce de sus labios en un cálido y rápido beso en mi cuello, cual me impulsa girar mi cuerpo para encontrarme con sus ojos, donde sus manos se posicionan en mi cintura. Ella no se mueve y nuestros rostros están a centímetros, mis manos tiemblan y mi corazón quiere salir corriendo de su lugar. Nuestros ojos se conectan y por un momento pensé que me los encontraría con una mirada llena de deseo, sin saber bien el por qué. Pero lo que me encuentro es algo que hace que se forme un nudo en mi garganta y miles de mariposas en mi estómago. Su mirada es cálida, dulce, cariñosa, como si me gritara a los cuatro vientos lo mucho que desea sacarme de donde estoy y librarme de todos mis demonios. Sonríe suavemente y su mirada se desliza despacio, como si quisiera que me diese cuenta, y si no me equivoco, terminan en mis labios. Vuelve a mirarme a los ojos y posa despacio su frente contra la mía sin cortar nuestra conexión, hasta que cierro mis ojos sintiendo detenidamente esta extraña sensación que recorre mi cuerpo al tenerla tan cerca. Mis manos se posan en su nuca como si tuvieran vida propia, respiro hondo antes de abrir mis ojos y encontrar fuerzas para que mis piernas no flaqueen más de lo debido.

-Déjame ayudarte, por favor.- Sus palabras son ahora la confirmación de su mirada, Clarke quiere librarme de mis propios demonios.

Sin apartar la mirada de su profundo azul, sin responderle, me acerco un poco más como si quisiera que este corto espacio que existe entre nosotras  sea cortado. Su respiración ya no es suave y tranquila, sino rápida y desenfrenada. Mi aire ya no es solo mío, sino suyo también y  el echo de estar a escasos centímetros de su boca por mi propia elección, es algo que sé que todo cambiará, pero eso es lo que exactamente quiero, un cambio.


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