Tras llevar una melancólica y monótona vida, a nuestro protagonista se le da la increíble oportunidad de cambiar de mundo a uno que muchos ya conocen por ser parte de su infancia o vida cotidiana, donde empezara desde cero en un gran viaje que cambi...
-Tch! esperaba encontraras aunque fuera un indicio. –Quejo su compañero con algo de molestia.
-Veré que se sabe por allí, usted Agente trate de descansar.
-Claro que sí, no te preocupes, ve a indagar, seguro Rokket debe estar preocupado por mí.
En cuanto el agente se fue en su lento, y cansado caminar, el supervisor presente en la oficina.
-Porque parece que estas crisis es una peor que la otra.
Avanzada la noche, en un lugar sumamente apartado de todo, la entidad conocida como Spectra despertó de su desmayo en silencio prestando suma atención al donde se encontraba.
-Donde... Estoy...? –Susurro al percatarse, que no era un lugar el que fuera visto antes.
Al intentar moverse, se dio cuenta de que estaba firme retenido de brazos y piernas, además de llegar a su cerebro el dolor en su hombro.
-Qué demonios!?
Aun empleando mucha fuerza no logro luchar contra esas amarras por lo que solo pudo quedarse recostado en la cama para con detenimiento ver sus alrededores, o lo que la movilidad de su máscara le permitía.
-Qué lugar es este...
Al percatarse, tenía un suero colgado a su derecha el cual le administraba algo.
Poco después, una figura se escuchó acercarse por el callado lugar, hasta poder apreciar a la mujer de cabello azul y tés notablemente clara.
Spectra prefirió quedarse quieto, como si siguiera dormido, mientras miraba detenidamente a esa persona a través de los visores de su máscara.
-Cómo te sientes? –Pregunto la desconocida mientras miraba unas pantallas holográficas. –Hay una notable actividad neuronal, así que asumo ya despertaste.
-Quién eres tú? -Pregunto Spectra con una voz de ultratumba, que no inmuto para nada a la chica.
-Mi nombre es Siila. Tus resultados están en orden, por razones de seguridad éstas atado a la cama. Intenta dormir, el daño que recibiste fue considerable, por suerte la barra de metal no perforo nada vital.
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Sin más que decir la chica se fue, dejando al enmascarado en su lugar, quien al no tener más respuestas solo se puse a ver los muchos equipos y demás componentes se esparcían por el amplio lugar, y a lo lejos vio a la chica que recién estuvo allí, subir por unas escaleras, hasta no poder verla más.
Las horas pasaron hasta despertar nuevamente, encontrándose con esa chica nuevamente.
-Buenos días.
-...
-Sr. Ya despertó. –Hablo la chica a la nada. –Sí, entiendo... Si, sigue atado.... No se preocupe no me he acercado mucho. –Termino de conversar para luego ver al enmascarado.
