110º CAPÍTULO: Mi segundo embarazo.

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Hacía más de cinco meses desde ese día en el que dije que estaba embarazada.


Por decir la verdad, habían sido unos meses de altibajos, pero de demasiada felicidad.

Iba a dar a luz a mi segundo hijo, y tan solo a un mes de que naciera no sabíamos que sería. Hugo y yo decidimos que sería sorpresa así que ahí estaba sentada en el sofá de casa mientras escribía con mi portátil el título definitivo de mi libro.

Sí, libro. 

Siempre, durante mi relación con Hugo empecé a escribir en una especie de diario, más bien con un poco de fantasías y esas cosas, pero dios, era tan bonito.... Era nuestro.

Aún no sabía como llamaría a mi libro así que decidí llamar a mi suegra para hablar un rato con ella. Las cosas seguían mal por diversas razones...

-Hola Ana. Queda tan solo un mes para que nazca tu nieto o nieta y me gustaría que pudiéramos hablar porque esto de que estés enfadada conmigo está haciendo que no veas a tu nieto porque ni me quieres mirar a la cara. Gracias y espero tu llamada.- dije mientras escuchaba el contestador del teléfono.

Me volví a sentar en el sofá y llamé a mi padre que se había quedado al nene durante un fin de semana.

-¿Vas bien?- le pregunté mientras cogía de la mesa chocolate blanco.

-Hija, hace una hora que me lo llevé, déjame ser su abuelo.

-Lo siento, es verdad.- le dije mientras cortaba.


"Note cómo sus manos dulcemente erizaban mi piel, mientras estaba tumbada mirando hacia el techo. Daba las gracias todas las mañanas de tenerle a mi lado.... Empezamos a gemir en la mesa..." leía una y travez cada página que escribí y cada vez que la leía lo tenía más claro, era perfecto, era tan mío, tan suyo, tan nosotros. Sentí cómo eme brillaba el móvil, había recibido un audio de Hugo.

-Baby, estaba escribiendo y me acordé de lo mucho que se te antojaba chocolate... y he pensado en comprarte un poco. Bueno, digo la verdad. Una tableta y también un poco de verduras. Ya sabes que te quiero, ¿verdad? Bueno, nos vemos ahora, vístete, ponte lo que te dejé sobre la cama y espera quince minutos a que te recoja el chofer. 

Le llamé, obviamente, ¿qué decía?

-¿Amor?

-Tienes catorce minutos.- y me colgó.


Antes de subir y ver que tenía un paquete envuelto, apunté en el documento que ponía "Libro":

-El amor nunca dejará de sorprendente, eso aprendí y aprenderé.

Aquella Noche- Una vida contigo❤️‍🩹Where stories live. Discover now