70º CAPÍTULO: Desaparecido.

168 18 5
                                    

-Atención, el avión de Nueva York con destino España lo hemos perdido. El avión no lo encontramos atención. 

En el momento que escuché esa frase por los altavoces, sentí como mi cuerpo se iba, sentí como cada vez tocaba más y más el suelo hasta caerme del todo.

Durante esos dos minutos inconsciente recordaba las últimas palabras de Hugo. "Cierra los ojos y en cuanto los abras estaré a tu lado" Esa frase me comía por dentro y una vez desperté, me di cuenta que muchas personas estaban a mi alrededor. Una chica morena, de unos cuarenta años me subía los pies para tenerlos inclinados mientras que un señor me mojaba la cara con una botella de agua.

Poco a poco mi vista iba viendo más cosas alrededor como al peque con una anciana que le estaba haciendo que dejara de llorar, o como un chico con un teléfono llamando a un médico, una azafata diciendo que no pasa nada, y yo, yo no se quien era en ese momento.

Intenté levantarme lo antes posible, necesitaba agua, necesitaba respirar. HABÍA DESAPARECIDO EL AVIÓN DONDE ESTABA HUGO. ¿¡Qué coño pasa!?

-Atención, el avión con destino España y salida Nueva York no lo encontramos, a lo mejor a aterrizado en otro lugar o a sucedido otra cosa. Repetimos, el avión...

-Necesito aire- dije mientras me levantaba llorando mientras un ataque de ansiedad se apoderaba de mi cuerpo sin dejar que respirara bien, haciendo que temblara y que mis piernas cayeran.

-Tranquila señorita. Hemos llamado a tu contacto Sam y está viniendo. También hemos llama a un médico y su hijo está sano. Respire.

-No puedo respirar si el avión donde está mi futuro marido a desparecido. NO PUEDO joder.

Sentí como todo se iba. Sentí como si una fuerza que tenía dentro de mi se iba. ¿Qué estaba pasando? Me encantaría poder despertar de esta pesadilla pero me sentía como en una habitación encerrada sin estarlo. Necesitaba tocar a mi hijo.

-Dadme al peque por favor, necesito tocarlo.

No tardaron en darse cuenta que era lo mejor posible. Estaba en el suelo, con los tacones tirados, con mi hijo abrazándolo y sintiendo ese calor que me transmitía, pero a quien podía engañar, no estaba feliz, no lo era todo.

-Hugoooooooo- grité mientras las lágrimas caían sobre mis mejillas y hacía que mi visión poco a poco viera menos, por el agua de las lágrimas. ¿Dónde estabas Hugo? Me pregunté una y otra vez.

Cariño, te necesito.

Aquella Noche- Una vida contigo❤️‍🩹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora