26° CAPÍTULO: Sin ti.

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Veía como te marchabas de aquel banco donde estaba. Sentí como el vacío que tenía en mi estomago crecía y crecí sin parar. No era precisamente el frío que hacía en la temperatura, era el frío con el que me dejaste. Lo siento, lo siento hasta en mi alma. Siento haberte juzgado una y otra vez, primero con lo de "aquella noche" y luego con lo de la boda y aquella presunta ex tuya, Nia. Siento haberte mentido y no haberte contado nada del embarazo, pero te juro, te juro que esperaba el mejor momento para decirte que serías padre. Esperaba el momento de que te enamoraras tanto como yo estaba de tí, y así no abandonar esa familia que estábamos a nada de formar, pues estoy de 4 meses y medio. Sabía que desde el minuto 1 debía de haberte contado la verdad, y más aún, sabía que tu amor era verdadero. Nunca llegué a imaginarme que me enamoraría de un chico como era él. Un chico apuesto, divertido, y aunque tuviéramos casi los mismos gustos, creía que no encajaríamos. Pues nuestra historia nunca sería una historia de amor, estaba un bebé en camino. Mis padres, ya sabían lo del embarazo, y estaban emocionados. Obviamente, no conté por milésima vez la verdad. Dije que el padre, era rico, dije que además, vivíamos juntos y que además estábamos enamorados y nunca decíamos una mentira, pues vivía en mi propio mundo. Me levanté y me dirijí a casa. Entré por la puerta y sin querer hablar con Samantha y Laura, híce un gesto de, "No me apetece hablar, gracias" y con una mirada triste, entré y me encerré en mi cuarto. Abrí mi teléfono y con forme pasaba fotos, una y otra vez, veía la misma foto. Hugo y Eva, Eva y Hugo, Hugo ... Ví todas las fotos que nos hicimos en la boda. Recordé mi gran vestido rojo y lo guapo que estaba Hugo. "Joder, Eva porqué" me decía una y otra vez. "¿Cómo podré arreglarlo?" pensé. No podía hacer nada. Nunca volvería a tocarle de la manera  en que lo hacía, nunca podría agarrar sus manos, sentir su respiración en mis oídos, y sentir como respiraba tranquilo apoyado en mí, sin sentir ningún problema. No recordaría lo que es un amor de película como el que vivimos. Lentamente, mientras mis lágrimas caían lentamente por mis mejillas, abrí el bolso, y la caja. Allí estaba el collar de sirena, donde ponía Hugo y Eva. Abrí la puerta de mi cuarto y me fui al baño. Me até el pelo con una gomilla, y me hice una trenza. Me quité los zapatos, me metí en la ducha, me senté en una esquina y dejé el agua fría caer sobre mi cuerpo. Me daba igual que la ropa estuviera mojándose, o que el rímel se estuviera corriéndose. Lo que verdaderamente me importaba es que haría en estos momentos el padre de mi bebe. Lo que verdaderamente necesitaba en estos momentos es escuchar como Hugo me decía: "Eres la única persona que estás en mi corazón, eres la única persona con la que siempre estaría viviendo una y mil aventuras, porque tú, tú Eva, eres la única persona que está en mi corazón y eso significa que eres la única a la que amaría para siempre". Soñaba con que nos casaríamos pese a lo que yo siempre decía, "Nunca me casaría." Eso no era así, nunca me casaría con alguien que no fuera como él, solo me casaría contigo Hugo Cobo Cobos.

Aquella Noche- Una vida contigo❤️‍🩹Where stories live. Discover now