20° CAPÍTULO: El secreto de Hugo

751 40 5
                                    

-Ya mismo llegamos al sitio. -dijo Hugo después de decir lo de si quería salir con él.

-Hugo, dame al menos una pista de dónde vamos por favor. -le dije riéndome un poco. La verdad, debíamos cambiar ya el temita ese y dejarlo atrás. ¿Quería salir con el? No lo sé pero bueno cambiemos mejor de tema.

-Eva, no te la diré. Además es una sorpresa.

Me moría de curiosidad. Ya saben el dicho "La curiosidad mato al gato". Pues bueno, mire por la ventana y solo había edificios, restaurantes, pequeños bares, en general lo que tiene una ciudad. Paso unos dos o tres minutos desde que Hugo aparco en coche en un descampado.

-Tenemos que caminar unos dos o tres minutos, es por el bosque pero no te cansarás.

Sin decir nada, nos fuimos por donde me indicaba. Me moría de nervios, pues Hugo me iba a llevar a un sitio que era una "sorpresa". De repente detrás de un gran arbusto descubrí el gran secreto de Hugo. Era como un llano pero no era un llano cualquiera. Había una mesa de madera con dos sillas de madera en el centro, y alrededor estaba lleno de árboles y flores. Había en un extremo un pequeño camino que se veía que llevaba a una pequeña laguna y en el otro extremo, había una canoa.

-Este es mi secreto. Cuando estoy mal, estoy bien, estoy contento o estoy normal suelo venir a este sitio. Dirás, ¿Cómo un chico que de primeras parece un chico malote, o un chico que no vale nada es así de sentimental? -en ese momento empecé a reír de lo que estaba contando Hugo- pues decirte que montó en canoa desde los 3 añitos. Mi padre me enseñó y ahora disfrutó un montón aquí, y no vine desde hace mucho y nadie sabe dónde está este sitio, por eso es mi secreto.

-¿Cuántos más saben o conocen este sitio? -pregunté curiosamente.

-Dos personas. Tu y yo, Eva. Solo tú y yo. -el poco se acercaba hacia mí y me cogió de las dos manos. - Cada vez que estés triste o te sientas mal, me gustaría que o sola, o conmigo vinieses. Eva, juntos somos uno. Juntos el verano se apodera de nuestros cuerpos y el invierno sería cuando tú y yo no estuviéramos.

En ese momento en el que a mí, se me estaba cayendo una lágrima. Nunca nadie me había dicho algo tan bonito como lo que me acababa de decir Hugo. Nunca, nadie me había dicho que el verano éramos nosotros y el invierno no era nadie. Hugo, me había contado un secreto que nunca a nadie se lo había dicho. En ese momento Hugo me cogió de los dos muslos haciendo que mis piernas abrazaran su espalda. Yo procedí a besarlo y ese beso no era como el de ayer, bueno si. Hugo me llevo cogiendome hasta la mesa donde me tumbo. El se subió en la mesa y se apoyo a mi cadera, y se inclinó para seguir besándome. Ahora sí que el verano estaba con nosotros. No llegamos a más, solo nos liamos y Hugo me sonrió diciéndome:

-Que bien besas.

-Tu tampoco besas tan mal, la verdad es que eres el mejor chico que he conocido que besa mejor. Hugo, a lo mejor no te apetece, pero... ¿nos montamos en la canoa?

Aquella Noche- Una vida contigo❤️‍🩹Where stories live. Discover now