39° CAPÍTULO: El regalo de la suegra.

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Tardamos un cuarto de hora en tomarnos el café. A mi me encanta ir al Starbucks porque siempre le pido que al café echen un poco de caramelo porque está de muerte. Pagué yo la cuenta porque siempre pagaba Hugo así que decidí pagar yo. Nos montamos en el coche y nos fuimos a casa de mi suegra. Yo ya sabía que aunque no me casará ella sería mi suegra. Preparamos los regalos y Hugo sin hacer nada de ruido abrió la puerta y entramos para dejar los regalos en la mesa. Hugo se dió un golpe en la mano con la mesa y sonó por toda la casa. Vimos a Ana, la madre de Hugo bajar las escaleras con su esposo. Ana se llevó las manos a la boca de la alegría y corrió a abrazarnos a los dos. Estaba súper contenta y nosotros más por ver su cara de alegría.

-No deberíais de haberos gastado tanto dinero. -dice Ana mientras observa y se pone su chaqueta de cuero. Le quedaba fenomenal, vamos necesitaba una.

-Mamá, si hacía falta.

-Eso, como no va a hacer falta. -digo yo dándole la razón a Hugo.

-Una cosita, he pensado en haceros un regalo a los dos. Sobre todo a Eva porque desde que estás con Hugo es más feliz y ayuda más. Con decirte que no deja la ropa tirada en el lavabo cuando se ducha.

Empiezo a reírme.

-¡Mamá! No digas eso yo nunca la he dejado.

-No dice. -dice Juan, el padrastro de Hugo y marido de Ana.

-Hugo, te miro y presiento que dicen la verdad. -digo dándole un beso en la mejilla.

-Bueno, por dos días que la haya dejado no pasa nada. -dice mientras nos reímos.

-Bueno, a lo que vamos. Yo y Juan tenemos un regalo de familia.

-¿Cómo que un regalo de familia?- pregunto sorprendida.

-Una regalo, las cosas como son. Este regalo es para vosotros pero más para mi nieto.

-Mamá no hacía falta. -dice mirándome. - Juan porque le dejas. -dice Hugo mirándole

-Porque este regalo hacía falta. Todavía no sabéis lo que es y ya estáis quejándose.

-Os lo enseñamos después de desayunar. ¿Desayunamos?

-Venga vale. -respondí. 

Desayunamos unas tostadas de mantequilla. Bueno, yo era fanática a la miel así que me hice tostadas de miel y mantequilla. Si, suena raro pero estaban buenisimas. Antojos de embarazada.  Juan me sirvió un zumo de naranja, pues a mi me encantaba los zumos de melocotón pero ahora por el embarazo, los detesto. Terminamos de desayunar y nos montamos en el coche de Ana y Juan. Iban a llevarnos a una supuesta gran sorpresa. Estas cosas a mi me ponen demasiado nerviosa. Eso de no saber que va a pasar, puf no se no se. Recorrimos un bosque precioso y llegamos como a una urbanización de lujo. No era exajerada de verdad, era todo muy de lujo. Nos bajamos del coche y estuvimos andando un rato. El paseo me sentó genial pero Hugo no paraba de darme patadas. Hugo, el bebé claro. No sabía como llamarle a Hugo cuando naciera el bebé. ¿Cariño? ¿Amor? ¿Hugo mayor? Bueno pues eso, no sabía. 

-Bueno chicos, Juan y yo pensamos en vuestra comodidad y en la de el bebé. Y os hemos hecho el regalo más bonito que podíamos hacer. Bienvenidos a vuestra casa.

Aquella Noche- Una vida contigo❤️‍🩹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora