CIUDAD DE FUEGO© (3)

Por Sarah_Mey

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TERCERA PARTE DE LA SAGA CIUDADES David y Verónica están más enamorados que nunca. Tras un sinfín de violento... Mais

Prólogo
CAPÍTULO 1.1
CAPÍTULO 1.2
CAPÍTULO 2.1
Capítulo 2.2
Capítulo 3.1
Capítulo 3.2
Capítulo 4.1
Capítulo 4.2
Capítulo 5.1
Capítulo 5.2
Capítulo 6.1
Capítulo 6.2
Capítulo 7
Capítulo 8.1
Capítulo 8.2
Capítulo 9.1
Capítulo 9.2
Capítulo 10
Capítulo 11.1
Capítulo 11.2
Capítulo 12.1
Capítulo 12.2
Capítulo 13.1
Capítulo 13.2
Capítulo 14.1
Capítulo 14.2
Capítulo 15.1
Capítulo 15.2
Capítulo 16.1
Capítulo 16.2
Capítulo 17.1
Capítulo 17.2
Capítulo 18.1
Capítulo 18.2
Capítulo 19.1
Capítulo 19.2
Capítulo 20.1
Capítulo 20.2
Capítulo 21.1
Capítulo 21.2
Capítulo 22.1
Capítulo 22.2
Capítulo 23.1
Capítulo 23.2
Capítulo 24.1
Capítulo 24.2
SORPRESA
Capítulo 25
Capítulo 26.1
Capítulo 26.2
Capítulo 27.1
Capítulo 27.2
Capítulo 28.1
Capítulo 28.3
Capítulo 29.1
Capítulo 29.2
Capítulo 30.1
Capítulo 30.2
Capítulo 30.3
Capítulo 30.4
Capítulo 31.1
Capítulo 31.2
Capítulo 32.1
Capítulo 32.2
Capítulo 33.1
Capítulo 33.2
Capítulo 33.3
Capítulo 34
Capítulo 35.1
Capítulo 35.2
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38.1
Capítulo 38.2
Capitulo 39.1
Capítulo 39.2
Capítulo 40
Capítulo 41.1
Capítulo 41.2
Capítulo 42
Capítulo 43.1
Capítulo 43.2
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57.1
Capítulo 57.2
Capítulo 58.1
Capítulo 58.2
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo FINAL
SORPRESA <3

Capítulo 28.2

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Por Sarah_Mey


David paró de caminar más o menos en mitad del callejón, donde apenas entraba la luz y olía verdaderamente mal. Darren se acercó a él con gesto dolorido. Le dolía andar. David no entendía que era lo que pasaba pero no iba a tardar en averiguarlo. Cuando Darren se le acercó David sacó su propia pistola y se la colocó en la frente apuntándole con ella. Darren no mostró miedo, sino alivio, y eso sorprendió profundamente a David. Fuese lo que fuese lo que le hubiesen hecho, Darren deseaba estar muerto, y eso era algo que David no le deseaba a pesar de todos los problemas que le había causado.

—Hazlo. —le pidió el chico rubio, y eso bastó para que David retirase su arma lentamente y la guardase.

Darren fue incapaz de mantenerle la mirada y la desvió al suelo al tiempo que se llevaba una mano a los ojos. David se mordió los labios e hizo algo que jamás en su sano juicio habría sido capaz de hacer y que pilló a Darren totalmente fuera de juego. El chico de fuego miró a ambos lados del callejón y también hacia el cielo por si había alguna ventana, pero no había ninguna ni tampoco nadie en donde se encontraban cuando David se acercó a Darren y le puso una mano en el hombro atrayéndolo hacia él.

—¿Dónde están los hombres de Baref?

Darren se encogió ante el tacto de David y dio un paso atrás.

—No pienso decírtelo. Aunque lo supiese, no te lo diría.

El joven rubio parecía confuso y el de los ojos grises se dio cuenta de ello. David apretó los dientes. Ya sabía perfectamente lo que había pasado.

—Puedo ayudarte.

Darren dio una carcajada y retrocedió aún más.

—No puedes. Y aunque pudieses, no quiero nada tuyo Cobra. Solo eres un cretino.

David resopló levemente. Si lo que creía era cierto, no quería que Darren se pusiese aún más en su contra.

—En eso estamos de acuerdo.

Aquella afirmación pilló a Darren tan fuera de juego, que David aprovechó para insistir:

—Necesito información, y con Maek muerto y Baref fuera, debemos de cubrirnos las espaldas antes de que nos coman.

Darren bufó, recuperando la compostura. Seguía a la defensiva y precisamente por eso David estaba aplanando el camino entre ambos como podía. En otra ocasión no habría consentido nada de lo que Darren le decía, pero en ese momento, veía en él a un pilar importante en la red de contactos que quería tener. Que necesitaba tener.

—¿Quién coño te dice que estoy de tu lado?

David se encogió de hombros. Darren se lo había dejado fácil.

—Es sencillo. O estás de mi lado o lo estás de quien quiera que sea quien te haya violado.

David volvió a ponerle la mano en el hombro al joven rubio. Darren trató de alejarse, pero David se mantuvo quieto donde estaba y con un solo brazo le bastó para obligarlo a quedarse firme en el sitio. Darren jamás se habría permitido a si mismo tocar a otro hombre. Ni mucho menos acercarse a David, a Cobra, a su peor enemigo. Ese joven que siempre iba un paso por delante de él en todo. En ocasiones más de uno. Darren negó con la cabeza, pero en ese momento estaba tan roto y las palabras de David habían dado tanto en el lugar exacto donde dolía hondo, que no pudo hacer otra cosa que venirse abajo. David vio como los ojos de Darren se llenaban de lágrimas al tiempo que crispaba el rostro y como contenía el aliento por los sollozos. Darren, al fin y al cabo, también era un joven que a veces tampoco sabía como solventar situaciones. Nadie le había enseñado.

—Nadie. —dijo él, pero David sabía que mentía por cómo se le había afinado la voz.

Darren aún estaba en la fase de negación. En esa en la que asimilas que lo que quiera que ha pasado no puede haberte pasado a ti. En otra ocasión, David no habría hecho ningún comentario, ni le habría preguntado nada. Ambos habrían dejado las cosas estar. Tan sólo se habrían dirigido miradas de odio y se habrían enfrentado o ido cada uno por su lado. Pero en ese momento en el que todo su mundo de barro estaba patas arriba, el chico de fuego no pudo evitar atar cabos.

—No puede haber sido Baref ni ninguno de sus hombres. —argumentó David más para él mismo que para Darren.

El joven rubio logró alejarse entonces de David y lo fulminó con una mirada de ojos vidriosos. Sentía que David lo había manipulado para mostrarse débil. Desconocía que llorar no equivalía a ser débil. Incluso las personas más fuertes lloran en alguna ocasión.

—¡Metete en tu propia mierda! —le gritó Darren plantándole cara—. ¡Nadie me ha follado vale! ¡Déjame en paz!

Darren se dio la vuelta y David se abalanzó sobre él. Si lo dejaba ir se irían con él sus oportunidades de saber algo de Baref y sus hombres. Aunque Darren le hubiese dicho que no sabía nada de ellos, tenía más posibilidades de enterarse que David. El chico de ojos grises trató de buscarlo con voz poderosa y autoritaria a la vez que jactanciosa.

—¿Me estás diciendo que si te bajo los putos pantalones no me encontraré con...

Darren pegó un gritó de rabia interrumpiéndolo y trató de deshacerse del cuerpo de David.

—¡Eres un maldito cabrón!

David lo agarró con fuerza e intentó calmarlo.

—Soy alguien que puede ayudarte. —dijo con tranquilidad y con tanta calma que Darren dejó de moverse—. Pero no puedo hacerlo si no me dices qué coño te ha pasado.

El pelo de Darren estaba enmarañado y por su cuello corrían varias gotas de sudor.

—¿Por qué ibas a querer ayudarme, Cobra?

Su voz sonó tan rota que David le dio la vuelta aún en el suelo y le obligó a mirarlo.

—Porque no creo que nadie se merezca lo que te han hecho, ni tan siquiera una persona tan enferma como tú. —le espetó haciendo que Darren cerrase los ojos.

David se quitó de encima, sabiendo que el otro joven necesitaba espacio. Un gato maulló cerca de ellos y el chico de ojos grises lo observó. Era un gato siamés y de color marrón claro. Darren se levantó justo en ese momento y trató de pegarle un puñetazo que David esquivó sin dificultad a pesar de no haberlo visto venir. Sus costillas se quejaron ante ese movimiento brusco. La piel de su espalda hizo lo mismo.

—¡¿Y eso me lo dices tú!? ¡¿El gran Cobra al que todos temen?!

David apretó los puños con rabia y recordó que ese era un gesto típico de Verónica. El pensar en ella hizo que la rabia disminuyese, por lo que en lugar de devolverle el puñetazo a Darren agarró sus manos con fuerza controlando la situación. Sin lugar a dudas Verónica lograba sacar lo mejor de él. No importaba el momento que fuese.

—Cobra solo es un mierda. —le respondió David sin querer decir absolutamente nada más porque sabía de sobras que no podía confiar en Darren.

—Que te cambies el nombre no borra todo lo que has hecho. –le soltó el chico rubio.

David asintió, serio. Un silencio profundo se interpuso entre ambos. El maullido del gato se escuchó en la distancia.

—Tienes razón, pero no hacer nada tampoco lo hace. Así que si ahora puedo escoger ayudar, eso es lo que quiero elegir.

El chico rubio abrió los ojos con estupor. Podía esperarse cualquier cosa menos esa. David aprovechó el haberlo dejado con la defensa baja para seguir tratando de buscar respuestas.

—No voy a meterme contigo por esto, ni tampoco le diré a nadie nada de lo que me cuentes, pero si no me dices tú qué coño está pasando con Baref, yo mismo lo averiguaré muy pronto y créeme que eso será mucho peor que esto. Cuando vuelva a encontrarme con Baref uno de los dos acabará muerto.

Algo en los ojos de Darren cambió. Fue como si viese a David por primera vez. El chico rubio dudó unos segundos y de nuevo David supo lo que iba a decir incluso antes de que lo dijese.

—No estoy trabajando para Baref ahora mismo. Él no está en Neone ahora.

Aquella información hizo que un silencio se interpusiese entre ambos. David se acercó a él.

—Sé que Baref está en Maison la Noir Darren, no te atrevas a mentirme. –aventuró buscando saber si de verdad estaba allí.

David parecía enfadado y Darren sincero.

—Son sus hombres los que están.

Darren estaba mintiendo. Esa era la única explicación. Al menos, hasta que David pensó en otra cosa que lo hizo cerrar los ojos.

—¿Estás trabajando para los hombres de Baref?

Darren asintió con la cabeza, pero David sabía que ellos tampoco violarían a ninguno de sus subordinados. De trabajar de esa forma, él ya lo sabría.

—¿Y para quién más?


Holaaa de nuevooo <3 Contadme, ¿os está gustando? ¿Qué creéis que pasará? Muchísimas gracias por leerme!!! Que bonitos son los miércoles de actualización <3 <3 Os leo y me voy a volver a tratar de poner al día respondiendo comentarios y mensajes a todas mis historias. Aún sigo alucinando de que el domingo me llegaron más de cuatrocientas notificaciones y no doy a basto y como quiero responder siempre pues ahí voy, sin tiempo paaaah naaaah' jajaja os quiero y mil gracias por estar ahí!!! SOIS MARAVILLOSAS!!!!!!!!

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