ARDER EN LIBERTAD

By ElizabethBermudez156

219K 9.7K 475

"Besar su piel me sabía a vida, en sus manos alcanzar el cielo y encontrar libertad." Jessica Giovanna Blosso... More

DEDICATORIA.
UNO.
DOS.
TRES.
CUATRO.
CINCO.
SEIS.
SIETE.
OCHO.
NUEVE.
DIEZ.
ONCE.
DOCE.
TRECE.
CATORCE.
QUINCE.
DIECISEÍS.
DIECISIETE.
DIECIOCHO.
DIECINUEVE
VEINTE.
VEINTIUNO.
VEINTIDOS.
VEINTITRES.
VEINTICUATRO.
VEINTICINCO.
VEINTISEIS.
VEINTISIETE.
VEINTIOCHO.
VEINTINUEVE.
TREINTA.
TREINTA Y UNO.
TREINTA Y DOS.
TREINTA Y TRES.
TREINTA Y CUATRO.
TREINTA Y CINCO.
TREINTA Y SEIS.
TREINTA Y SIETE.
TREINTA Y OCHO.
CUARENTA.
CUARENTA Y UNO.
CUARENTA Y DOS
CUARENTA Y TRES.
CUARENTA Y CUATRO.
CUARENTA Y CINCO.
CUARENTA Y SEIS.
CUARENTA Y SIETE.
CUARENTA Y OCHO.
CUARENTA Y NUEVE.
CINCUENTA
CINCUENTA Y UNO.
CINCUENTA Y DOS.
CINCUENTA Y TRES.
CINCUENTA Y CUATRO.
CINCUENTA Y CINCO
CINCUENTA Y SEIS.
CINCUENTA Y SIETE.
CINCUENTA Y OCHO.
CINCUENTA Y NUEVE.
SESENTA.
SESENTA Y UNO.
SESENTA Y DOS.
SESENTA Y TRES.
SESENTA Y CUATRO.
SESENTA Y CINCO.
SESENTA Y SEIS.
SESENTA Y SIETE.
SESENTA Y OCHO.
SESENTA Y NUEVE.
SETENTA.
SETENTA Y UNO.
SETENTA Y DOS.
SETENTA Y TRES.
SETENTA Y CUATRO.
SETENTA Y CINCO.
SETENTA Y SEIS.
SETENTA Y SIETE.
SETENTA Y OCHO.
SETENTA Y NUEVE.
OCHENTA.
OCHENTA Y UNO.
OCHENTA Y DOS.
OCHENTA Y TRES.
OCHENTA Y CUATRO.
PENÚLTIMO CAPÍTULO.
ULTIMO CAPÍTULO.
EPILOGO.
Agradecimientos y Nueva temporada!

TREINTA Y NUEVE.

1.8K 89 1
By ElizabethBermudez156

Entre risas volvimos a la sala. Pierce deslizó sus manos en mis piernas y me tomó en brazos, haciéndome gritar.

—Me haces sentir como una bolsa de papas. —Solté una risita, junto a él.

—Eres una. —Aseguró, ofendiéndome. Él riendo besó mi cuello, haciéndome estremecer de la risa. Él caminó hasta la sala, avergonzada cubrí mi rostro, pero él no paraba de decir cosas que me hacían reír.

—¿Se olvidaron de nosotros? —Preguntó Brent con burla cuando nos vieron volver. Pierce me dejó en el suelo.

—No, justo por eso estábamos allí. —Contestó con simpleza él, haciéndome sonreír. —Iré por Lou. —Besó mis labios tomando su celular de la mesa.

—No tardes. —Murmuré, ahora nerviosa porque me quedaría sola con sus amigos. Era demasiado.

Respiré.

—Volveré antes de que lo esperes. —Acarició mi hombro, pero dejó sus ojos en sus amigos. —Se comportan, ¿de acuerdo? no toquen nada, no deambulen por la casa, no la hagan sentir incómoda, no le digan nada que no deben decir. —Amenazó él a cada uno, señalándolos. Se puso el abrigo y se fue. —Bonita, si debes echarlos hazlo. —Me indicó, haciéndome reír.

—"Bonita, si debes echarlos hazlo" —Lo imitó Brian acentuando el acento británico de Pierce. Comencé a reír viendo a Harry negar mientras se alejaba.

Ahí comenzaría alguna estrategia para sacarles algo de información.

—¿Desean algo más? ¿Más de esas? —Señalé la cerveza.

—De hecho, si, por favor. —Brent pidió, los demás sonrieron asintiendo, observando cada movimiento de mi parte. Me puse de pie y procuré ir lo más rápido, y buscar cuatro botellitas destaparlas y volver.

—Tienes una casa preciosa. —Dijo Ian, observando.

—Gracias. —Sonreí, sentándome en mi lugar. —Pero no es mía, es de mis padres. —

—Buen punto. —Me señaló Chace.

—¿Visualizas algo así, de grande? —Preguntó Brent.

Enarqué mis cejas. Ellos comenzaron a reír.

—Soy muy grande para tu información. —Me defendí. Ellos reían, asintiendo seguros.

—Me refería a cuando... —Brent pensó, riendo, sin poder explicarse.

—No, no visualizo alto tan material. —Asentí, comprendiéndolo. Miré mi alrededor. —Quizás si grande, pero no muy, y más... acogedora. Tampoco la tendría tan frágil a tal punto de que ningún niño pueda correr porque rompería algo. —Ellos al observar los cristales asintieron.

—¿Te gustan los niños? —Inquirió Ian, con una sonrisa.

—Me encantan. —Asentí. —Odiaría decir "no se muevan, no corran, no caminen, no respiren porque pueden romper algo" —Imité exageradamente a mamá. Ellos rieron, entendiendo mi punto.

—Me encantaría un tour, pero si me pongo de pie Harry lo notará y vendrá a regañarme. —Resopló Ian.

—No creo que lo haga. —Me reí. —Pero temo perder a alguno por ahí. —

—Buen punto. Ian roba toallas de los Hoteles, si ve una aquí se la quedará. —Asintió Brian, haciéndome reír.

—No es cierto. Solo lo hice un par de veces. —Se quejó.

Chace se inclinó contra la mesa.

—Jess... posiblemente también se enoje si se entera que me meto, pero ¿Qué sucede con Harry?

—¿A qué te refieres?

—Sabemos que lo quieres, pero... —Él intentó explicarse, pero no pudo y con un miradita le pidió ayuda a los demás.

—¿Por qué te sientes así? —Resolvió Brian rápidamente, borrando todo tipo de burlas y perversión con la que me había mirado otras veces solo para molestar a su amigo, ésta vez oyéndome realmente interesado.

Miré mis manos.

—Me siento algo insegura. —Confesé. —Es decir, es extraño porque cuando me siento perdida y no me encuentro en este mundo, él me recuerda quien soy, y se siente maravilloso, pero cuando se trata de él, cuando pienso en nuestra relación, él me hace dudar incluso de mi propia existencia. —Solté una risita, negando. —Dudo mis propias palabras y me siento a su vez vulnerable, pero fuerte, es... —Negué, sin siquiera poder explicarlo.

—No tengo idea qué es estar enamorado, pero... —Ian comenzó, sus amigos lo miraron delatando su mentira. —Describes algo lindo. ¿No se supone que es así el amor?

—Si. —Sonreí, —También estoy aprendiendo con él. Y se siente maravilloso, todo lo que respecta a él, pero entonces... —Me costaba demasiado decirlo frente a ellos. Inspiré, mirando el techo un momento antes de volver a sus miradas. —No me siento suficiente. —Ellos intentaron hablar estrepitosamente los cuatro a la vez, pero los interrumpí. —Siento que él es demasiado, en realidad creo que es demasiado para cualquier mujer, incluso la más perfecta.

—Pensamos que el tema de cuestión de edades y las diferencias entre ustedes había quedado atrás. —Procuró decir cuidadoso Brent.

—Entre nosotros eso no existe, pero no quiere decir que el alrededor piense igual.

—Solo tiene veinticinco. —Me recordó Brent.

—Lo sé. —Asentí, —Pero él problema es que yo tengo diecisiete Brent. Siempre seré yo el problema... y él... tiene una manera tan adulta de ver las cosas y la forma en la que toma decisiones, las responsabilidades que tiene, su vida perfectamente controlada. —Sonreí negando. —Me encanta, todo eso en él me encanta, pero ver nuestra realidad me hace creer que no estoy a su altura. Que no soy para él. Yo soy un continuo caos. Por más que lo intente, no soy buena para él. —Al decirlo, el recuerdo de papá gritándole esas mismas palabras antes de que todo estallara vino a mi mente, hiriéndome.

—Que él sea... "perfecto" en muchos sentidos no quiere decir que tú no lo seas para él. Harry está feliz contigo, con lo que le das y lo que le haces sentir. —Ian me sonrió con cariño.

—Jamás vi a Harry tan bien de hecho. —Brent asintió. Brian suspiró.

—Jessica, no eres la chica incorrecta para él. No pienses así cuando se aman tanto. Me limitaré a decirte que Harry, luego de tenerlo todo, recién ahora está viviendo la vida de la forma en la que siempre debió vivirla. —No pude evitar sonreír e ilusionarme con un futuro juntos. —El... Esta feliz. Porque está contigo. Y lamento decirte, preciosa Jessica, que estás equivocada, —Insistió. —Él tenía el control de su vida mejor que nosotros, puedes verlo bien, pero cuando se enamoró de ti se volvió tan desastrosa e improvisada como la tuya. —Soltó una risa ante mi cara de espanto.

—Pero... —Me sentí peor. —Eso es horrible. No quiero hacerle eso.

—Eso es lo que él necesitaba, Jessica. —Contestó Brent. —Alguien que le hiciera romper la rutina, alguien que le recordara que la vida es más perfecta cuando la improvisas y no cuando planeas cada instante, algo tan esencial como amar es lo que él necesitaba y eso trajo caos, pero del bueno.

Sonreí de pronto, verdaderamente alegre. No supe que responder.

—¿Conociste a Harry malhumorado? —Inquirió Brian, riendo.

Negué segura.

—Para mí no existe un Harry malhumorado.

—Es porque contigo siempre se siente bien. Es muy molesto. Nos regaña todo el tiempo y cuando está molesto es insoportable. —Emitió. —Agradece que no sabes de que hablo. —Ellos asintieron, riendo.

—Pero él es una persona muy alegre. Es imposible.

Ellos sonrieron, y asintieron.

—Él da mucha vida, Jessica. —Asintió Brian, y no pude estar más de acuerdo con ello. —Pero nadie quita que a veces sea insoportablemente molesto. Nosotros somos como una familia, hay días buenos y días malos entre nosotros, pero somos amigos, porque elegimos quedarnos a pesar de todo.

—A veces Brian está molesto por alguna razón y si Harry también lo está podrían matarse entre ellos. —Comentó Ian. Comencé a reír, imaginándolo.

—Pero lo importante es amarse mientras nos matamos. ¿entiendes? —Me señaló. Estallé en risas, comprendiéndolo.

—Cuando Harry me regaña... —Inspiré profundo, demostrándoles cuanto me molestaba. —Es insoportable. —Emití, y por mi expresión o mis palabras estallaron en risas. —¿Y antes no... —Mordí mis labios. Ellos me miraron divertidos. —¿No lo veían menos estresado? Porque... —

—¿Porque entre ustedes no han tenido sexo aún? —Se burló Brian, y Brent lo golpeó junto a una carcajada.

—¡No! —Solté una risa. —¿Por qué están tan interesados en ello? Esperen. —Me detuve. — Maldita sea ¿él acaso se ha quejado o dijo algo al respecto? —Pregunté de golpe, con miedo.

Los cuatro me miraron burlones, esforzándose para no reírse en mi cara.

—Él no dice nada respecto a ti sobre eso, Jessica, no te preocupes. De hecho, odia que nosotros mismos mencionemos lo hermosa que eres, espero que no te sientas incómoda, lo hacemos para molestarlo. —Me sonrió Chace. Brent lo miró.

Riendo negué.

—Sus celos están...

—Insoportables. —Dijeron los cuatro a la vez. Solté una carcajada. —Pero son celos inofensivos, jamás amó a nadie. —Añadió Ian.

—Volviendo al tema, —Dijo entonces Brent. —Solo los molestamos porque sabemos que no ha pasado aún.

—¿Cómo están tan seguros? —Inquirí.

—Hay una línea delgada que no han roto aún y es divertido ver a Harry así.

—¿Así...?

—Cuando te enamoras realmente de una persona tienes tiempos y tiempos, y los respetas y te encanta cada uno de ellos. Harry ni siquiera sabía que era eso, pero se ve feliz. —Respondió Brian

—¿No hubo otra mujer que haya mostrado a este Harry? —Señalé ahora su ausencia.

—Que masoquista eres. —Negó Brent.

—Lo sé, es un don. —Asentí. —Arrójalo. Lo aguanto. Quizás aún haya alguien por ahí que no pueda soltar. —Catherine. Ellos negaron horrorizados.

—No, nunca. Incluso intentó darle una oportunidad a Melodi, intentó encontrar una estabilidad en una mujer. Nunca hubo un acuerdo de frecuentarse con solo fines sexuales con ella, por lo que... —Enarqué mis cejas, inspirando profundo. —... él le dio un chance a ello, al afecto que Melodi le daba, pero él no se sentía cómodo con ella. Luego apareciste tú y... —Sonrió divertido. —Melodi estaba para quitarte de su mente. No es algo que él diría, ni que él aceptaría, no lo hizo con malas intenciones, de hecho, él aún no aceptaba cuanto te quería, pero es la verdad.

—Te matará. —Emitió Chace. —Prepararé el velorio. —Suspiró, lamentándolo.

Riendo divertida negué.

—No se enterará, lo prometo. —Sonreí.

—Realmente estábamos ansiosos por conocerte. —Me dijo entonces Chace, —Antes hablaba de ti o te mencionaba como quien tiene a alguien muy lejos, él tenía sospechas de que no te agradaba en lo más mínimo, pero comentaba que amaba molestarte, mencionaba cosas tuyas como la distancia que imponías,  él nos hacía dar cuenta que tenía cierto interés en saber de ti, pero no eran amigos... no tenía cómo.

—Jamás tuvimos un intercambio como amigos antes de todo esto. Yo... siempre, como dices, lo tuve muy lejos. Y es increíble que a pesar de que lo conozco hace años, y hace años está dentro de mi casa, recién ahora lo conozco realmente, siento que no es la misma persona incluso. Conocí a la persona más preciosa de este mundo. Y me siento muy afortunada.

Ellos sonrieron, observándome con cariño.

—Harry de pronto comenzó a hablar tanto de ti que supimos que se había enamorado sin querer. —Sonrió Brian.

—Esa noche, —Señaló Ian, riendo. —en el club, estaba alteradísimo. Te vio a penas entraste, pero lo convencimos que te cuidara como quería, pero que mantuviera la distancia para que tú pudieras disfrutar.

—Quizás, en otro momento, me hubiera quejado de que no lo retuvieron nada, pero agradezco que haya aparecido, también estaba esperándolo. —Confesé, ellos me dieron sonrisitas cómplices que me hicieron reír.

—Chicos... —Dije a los minutos. Me habían dejado completamente tranquila, les preguntaría solo para dejar el tema de una vez por todas. —Ustedes son sus amigos y siempre lo cubrirán y defenderán... —Sonreí con nervios debido a sus miradas cargadas de sospecha. —pero me gustaría que me ayudaran en algo.

—Te ayudaremos mientras esté en nuestro alcance. —Respondió Brian con suspicacia.

—¿Qué son esos inconvenientes que aparecen de la nada? Las llamadas que estoy, por dios, estoy completamente segura que no vienen del hospital, lo hacen alejar de mí, y se va en la hora que sea, sé que las urgencias son así, pero sé que no lo son, él corre como si fuera una prioridad, es decir, —Los miré. —No pretendo ser una para él, pero... ¿Qué es? ¿Dónde va? ¿Quién es? —

Mi desesperación de pronto salió desbordada y sus expresiones me dieron miedo, cada uno tuvo una reacción diferente, y a los cuatro los vi como si se hubieran mentalizado no hablar al respecto.

Brian luego de observar mi estado emocional suspiró.

—No podemos decirte, linda. —Me dijo, tranquilo.

Solté aire.

—¿Por qué? —

—Él tiene que hacerlo. —

—Es grave entonces. —Susurré, mirando mis manos. Ahora me sentía peor. —Prometo que no sabrá que ustedes me lo dijeron. —

—No hay manera de que te enteres por otra forma. —Mascullo Brent, negando sin un destello de alegría. Incluso vi lástima hacia mí en su mirada.

Respiré profundo, apartando la mirada de ellos, humedecí mis labios, deslizando una de mis manos en mi mejilla al recargarme contra la mesa.

—No nos pongas contra la pared Jessi. —Pidió Ian, ahora sintiéndose culpable.

Exhalé.

Quizás si hubieran negado mi sospecha y no hubiera tenido esa respuesta de todos no me sentiría ahora tan peor. Definitivamente había algo, y saberlo me hacía sentir terrible.

—Quién es Catherine. —Solté. Y la violencia de aquel nombre saliendo de mis labios se detuvo en cada uno de ellos. Me miraron horrorizados.

—¿Qué sabes sobre ella? —Inquirió Brian, todos me miraron en alerta.

—Sé quién es. —Mentí. —Pero no sé qué relación tiene él con ella. —

Sin embargo, inmediatamente suspiraron negando, sin tragarse mi mentira.

¿Acaso era mejor que no lo supiera?

Quizás con solo saber su papel en su vida me daría cuenta de todo.

—No es nadie, no te preocupes, tranquila. —Intervino Chace observando cuan mal me sentía ahora.

—No está engañándote. —Procuró decir Ian. —Te ama a ti, no lo dudes.

—¿De verdad? Me cuesta mucho confiar en los hombres y no sé si ustedes... —Me quejé, mirándolos.

—Confía en nosotros. —Brian me aseguró. —Jessica la felicidad de Harry es prioridad para nosotros. Tú hoy eres su felicidad y te cuidaremos también, jamás haríamos nada que te hiciera sentir mal, tampoco te mentiríamos u algo al respecto porque ya eres parte de nosotros, queremos lo mejor para su relación, y que ambos estén bien. Hay algo en ti que nos hace ya apreciarte, y Si él te ama de esta manera es porque hay mucho en ti. Nosotros también estamos confiando y apostando todo en ti, Jessica. Confía en nosotros. Harry te ama.

Exhalé, apreciando la forma en la que me miraban los cuatro. Realmente estaban confiando en mí.

—¡Hermana! —Lou llegó a mi lado y me abrazó. Ella luego miró desconfiada a aquellas personas frente a nosotras. —¿Quiénes son? —Preguntó.

—Los modales. —Le murmuré.

—Buenas tardes. —Anunció ella con elegancia. Sonreí divertida a la par de ellos. —¿Quiénes son y por qué están aquí con mi hermana?

—Hola Lou. —Sonrió Brent.

—Amigos de Harry, él nos habló muy bien de ti. —Sonrió Brian.

—¿En serio?

—Por supuesto, dijo que eres bellísima y no se equivocaba, también que eres adorable y muy inteligente.

Lou sonrió con orgullo. Solté una risita acariciando su cabello.

Pierce sonriendo se sentó en el lugar donde antes estaba y se inclinó hacia mí para besarme, pero de forma repentina desvió el beso en mi mejilla cuando se percató de Lou.

—¿Qué estabas por hacer Harry? —Preguntó Lou, observándolo con picardía. Nos había visto.

Todos rieron.

—Solo quería darle un beso en la mejilla... —Soltó una risita él.

—Ve a cambiarte el uniforme. —Le indiqué, con una sonrisa, ella asintió, pero se inclinó hacia mi oído para hablarme.

—Intentó besarte. —Susurró. La miré escandalizada.

—¿Hablas en serio? —Musité, para ella. Asintió repetidas veces. Ella se inclinó a mi oído de nuevo.

—Todavía no olvido que a ti te gusta. En el hospital de papá lo confesaste. —Murmuró.

—Sssshh —Le dije riendo. —No es cierto. Vete. —

—¡Eres mentirosa y ocultadora de cosas profesional! —Exclamó riendo y luego se fue.

Los amigos de Harry reían, animados.

—¿Y de que hablaron? —Preguntó Harry curioso, removiéndose en la silla.

—¡De muchas cosas! —Exclamó Ian, riendo nervioso, delatándose.

—¿Debo preocuparme Ian? —Lo miró severamente. Ian presionó sus labios.

—No, no debes preocuparte, todo está bien. —Solté la misma risa que Ian, pero llena de angustia, quería ir a llorar a mi habitación. Ellos al verme soltaron una carcajada al notar todo lo que sentí de golpe y tuve que continuar riendo para no llorar.

Pierce volteó mi rostro hacia él.

—¿Qué te hicieron? —Inquirió, preocupado.

—Nada, nada. —Le aseguré. Besando su mejilla. —Es solo que... —Reí un poco. —Nada, todo está bien. De hecho, la pasé muy bien. —

—¿Te agradan? —Esbozó rostro de desagrado.

—Se ve que sí. —Presioné mis labios, ellos rieron.

Al atardecer Ethan llegó a casa. Él se detuvo en el medio de la sala y miró a cada uno, sin saber qué paso dar.

—Buenas noches. —Soltó finalmente. Él me buscó con la mirada.

—Hola moreno. —Le sonreí alegre, pero en realidad nerviosa, por alguna razón sabía que me regañaría.

—Hola cariño. —Se acercó a mí. Aquellos cuatro hombres restantes me miraron con incredulidad. —¿Quiénes son? —Me preguntó. Lou corrió a saludarlo.

—Amigos de Harry. —Respondí —Ian, Brian, Chace y Brent. —Señalé a cada uno. Ellos asintieron como saludo respetuosamente.

—Iré a dejar esto al cuarto. —Me guiñó un ojo. —¿Puedes venir en un momento?

Asentí repetidas veces. Él se fue tranquilo y al hacerlo Pierce respiró profundo.

—¡¿Por qué la cita al cuarto?! —Exclamó en susurro, pero a sus amigos. Solté una carcajada.

—Debe ser algo importante. —Riendo me puse de pie. Él molesto miró cómo abandonaba mi lugar para ir tras él, literal.

—Debo mostrarle esto. —Señalé mi pierna. —Con suerte no me prohibirá salir. —Él asintió, suspirando, le di una pequeña caricia antes de alejarme.

Subí las escaleras tarareando en silencio una canción que oí esa misma mañana.

—¿Moreno puedo pasar? —Golpee la puerta brevemente de su cuarto temporal.

Enseguida él me dijo que lo hiciera.

—¿Por qué están aquí? —Estaba sentando a la orilla de la cama junto a miles de papeles que parecían ser documentos importantes impresos en tinta negra.

—No lo sé. —Mentí, me ahorraría explicaciones. —No me molestan, son agradables. La pasé muy bien.

—Entonces está bien para mí. —Volvió su vista a sus hojas.

—Mira. —Dije de pronto. Mostrándole mi pierna. —¿Te gusta?

—Me gusta. —Asintió mirándolo, tras un segundo devolvió sus ojos a los papeles sin prestarle demasiada atención. Comencé a reír. Solo un pequeño momento bastó para darse cuenta de lo que pasaba realmente, miró mi pierna, un segundo, volvió a mis ojos y entonces a mi pierna. Esto lo repitió dos veces más.

Y al instante, palideció.

—Jessica...—Tomó aire. —Por favor dime que ya lo tenías antes. —

—¿Antes? ¿Qué tipo de antes? —Le sonreí.

—El tipo de antes que me indica que tus padres ya lo vieron y estuvieron de acuerdo con que te lo hicieras. —Su tono fue cargado de súplica.

—¡Ah! —Solté una risita. Me sentí un poco culpable. Llevé mi mano a mi cuello. —Ese tipo de antes no. —Mordí mi labio.

—¿Puedo renunciar? —Me miró lamentoso.

Solté una carcajada

—Piensa en esto. —Dije riendo. —Échale la culpa a Harry, él me dio permiso para salir. —

¡Eso terminaría mal! ¡Qué estaba haciendo!

Pero tuve la osadía de comenzar a reír nerviosa.

—Tienes razón. —Asintió. —Tu padre lo matará. —Pensó, había rastros de felicidad en su rostro, los mismos que vi en Harry cuando le dije lo mismo. Pero según mis cálculos, si toda la culpa iba a Harry, papá no le haría nada porque sabía que, si ni siquiera ellos podrían controlarme, por supuesto Pierce tampoco y no tendría la culpa de mis líos.

—¿Pero por lo menos te gusta? —Le pregunté. Él, luego de una inhalación le dio otra oportunidad.

Lo leyó y sonrió.

—Me gusta. Es muy lindo. —Sonrió —¿Es una nueva etapa cierto? —Me miró. —Con respecto al amor.

Asentí.

—Respecta a la vida en su totalidad, en realidad. Saber que el amor se siente diferente a como lo conozco sí, es comenzar otra vida. —Sonreí. Él me observó y mi sonrisa se borró, porque estaba mirándome de esa forma cuando lo hacía antes de intentar besarme, no supe cómo actuar, levantarme de golpe o cambiar de tema.

Hasta que pensé qué diablos hacer él se acercó a mí e intentó hacerlo, ganándose un respingo y que me alejara descuidadamente. Si me hubieran rechazado tantas veces yo en su lugar no lo seguiría intentando. Me dolía, por él.

Al cabo de un segundo lo miré.

—Ethan...—Suspiré. —Lo siento. Pero...

—Está bien, soy yo quien no deja de insistir.

—No quiero... —Murmuré.

—Déjame enamorarte. —Pidió, —Déjame amarte.

—No... —Susurré.

—¿Por qué? —Musitó. Intenté decir algo, pero nada salió. —¿No te gusto nada?

—No estoy lista. —Solté. —En realidad... Me gustas como amigo.

—Aia. —Soltó una risa, herido. Hasta a mí me dolió. Lo abracé, intentando reparar lo que había dicho.

—Pero eres muy lindo, no quise herirte. —Murmuré. Él con una sonrisa besó mi frente negando.

—No te preocupes. —Murmuré. —Escucha, ¿me dejas ir a hablar con tu amigo? —

—¿Respecto al tatuaje?

—uhm...

—En zon de paz.

—De acuerdo, solo si le hablarás bonito.

—¿Cómo tú? —

Solté una carcajada realmente divertida que inmediatamente callé.

—Eso no es cierto... —Negué sin rastros de humor, poniéndome de pie. Él hizo lo mismo y juntos bajamos.

—¡Eres un completo idiota! —Le gritó, apenas llegó a él, sobresaltándome.

—¡Hey! Cálmate. —Lo detuve, interponiéndome. —Ethan, no hagas esto, me dijiste que hablarías con él. Esto no es hablarle bonito. —Él me miró con el ceño fruncido, ¿por qué de repente me miraba de esa forma? ¿Tanto podía desagradarle Pierce?

A mis espaldas solo oía silencio. Y supe que esto se pondría feo.

—Es tu culpa. —Continuó el moreno, ignorándome. —La dejaste salir cuando yo no la autoricé. Las consecuencias con tu amigo las cargarás tú. —Amenazó, señalándolo.

Harry con toda su elegancia, pero con notas de irritación se puso de pie. Y le supliqué que no se acercara, sin embargo, él lo hizo. Entre ellos, evité que Ethan se acercara más a él como respuesta.

—¿Quieres hacerte cargo a tiempo completo de Jessica? —Le preguntó, con arrogancia y superioridad. —Bien, cumple con tu papel de niñera y hazte cargo. Ese es tu único trabajo aquí. 

Y así es como a causa de mi culpa por no poderme quedar quieta un segundo desataba un nuevo caos entre ellos.

—¡¿Te lavarás las manos?! ¡No me haré cargo de tu maldita manía de meterte en mis asuntos!

—¿Tus asuntos? ¿Jessica es tu asunto? —Harry soltó una risa que me hizo poner los pelos de punta, Ethan se cabreó aún más. —Lo único que hice fue decirle que "sí" antes de que tú lo hicieras, porque ambos sabemos que solo querías montar una escenita de autoridad con ella comportándote como un idiota. Jessica no es tu asunto, Ethan, sí tu responsabilidad.

—Harry... —Intervino Brian, por su gesto, odiando meterse, pero creyéndolo necesario.

—¿La escenita? ¿Me hablas de los celos que te causa que me acerque a ella porque tú no puedes? —Ethan dio un paso más, por sobre mí.

—¡Ethan! —Lo obligué a que me mirara. Cuando lo hizo vi cuan furioso estaba. —Ya basta. —Le pedí, pero también me ignoró. No sabía que pretendían, a donde querían llegar con estos planteos, pero temí.

Mi mirada pidió ayuda a los amigos de Harry, pero ellos se limitaron a quedarse ahí. Me molesté por eso.

HOMBRES.

—Eres un cabrón que se comporta como un idiota arrogante aun cuando muere de celos. Crees que eres indescifrable cuando no es así. Jessica jamás será...

—¿Celos de ti? ¿Por qué Ethan? —Preguntó entonces Pierce, con una sonrisa socarrona. —Yo tengo una respuesta continúa de ella, tú no, Ethan. ¿Qué es lo que presumes?

—¡Ya basta! —Lo detuve, ahora mirándolo a él. —Yo me haré cargo de esto, son mis acciones y yo hablaré con mi padre.

—¡¿Qué es lo que te molesta de mi entonces?! —Exclamó Ethan, lleno de irritación, perdiendo la tolerancia sospechosa que traía, que era poca, pero aquella tolerancia que me decía que pronto podía arrojarse sobre Pierce. —Insinúas que no soy una amenaza para ti cuando cada paso que doy es lo que odias. Porque me odias y cada razón recae en Jessica. Todo porque no puedes con ella todo lo que yo sí.

—No busquen excusas para pelear. ¡Yo no soy su maldito premio! —Exclamé, furiosa.

Pierce me miró, y respiró profundo, bajando una velocidad. Ethan, en cambio, hizo caso omiso a mis palabras y continuó.

—Ni siquiera las cuidas como deberías, no como dices hacerlo, lo único que haces es estar con las mujeres que te placen durante las noches aun cuando ellas te piden que te quedes. —Me señaló. —¿Qué es más importante, ellas o tu maldita vida sexual? —

Catherine apareció en mi mente y me disgustó mucho más la discusión.

—No tienes idea. —Soltó Harry con cansancio. —No te metas donde no sabes de qué diablos hablas.

—Que tú seas un completo cobarde y no puedas a acercarte a ella por su padre, no es mi maldito problema. —Escupió Ethan. —La disfrutaré tanto como quiera, no serás tú quien me lo prohíba.

—¡¿Quién diablos te crees que eres?!

Me aparté, harta.

Estaban peleando por mí, no por el maldito tatuaje.

Tomé distancias con unas increíbles ganas de soltar todo lo que yo también tenía para decir, pero terminé callándome, para que dijeran todo lo que tenían que decirse de una maldita vez por todas.

—Si me dices que ella te tiene la suficiente confianza ¿Por qué no te lo dijo? —Continuó el moreno.

—Sabía que no estaría de acuerdo. —Contestó.

—No confía en ti como aseguras. No desde que las dejas para irte con quien sabe quién.

Pierce buscó mi mirada, no encontró nada en ella, porque me aseguré que así fuera. Él sabía muy bien aquello, pero me molestaba que esto, que pretendía que quedara entre nosotros porque era algo de nosotros, se planteara entre ellos, como si fuera digno de una discusión que no les incumbía.

—Escúchame una cosa. —Pierce sin paciencia, humedeciendo sus labios dio un paso más. Bajé la mirada, evitando ver. —Créeme que si debo ponerte en contra de Christian lo haré. No dejaré que un tipo como tú esté cerca de ellas. Yo cuido su bienestar yo me aseguro que estén bien, pero tú debes cuidar que estén a salvo cada día, ella y Lou, pero lo único que haces es montar escenitas románticas ridículamente. Eres un imbécil, cada día me queda más claro. No estas a la altura de cuidar de ellas.

—¿Estás amenazándome? ¿Con qué motivos? ¿O porque hago mal mi trabajo o por que intento enamorarla?

Pierce lo miró, inhalando suavemente.

—Solo haz lo que debes hacer y aléjate de ella. —Escupió.

Victoria para Ethan.

Y lo notó, soltó una risa, habiendo dado en el clavo.

—¿Quién te dice que no se enamoró? ¿Quién te asegura que eres a quien quiere? —Ethan llevó su dedo índice y tocó el pecho de Harry de modo amenazante.

Supe que lo afectó, porque conocía su corazón, y sabía que sus inseguridades salían a flote también, gracias a dios me mostraba sus miedos también, y supe que aquello lo hirió, pero aún así su sonrisa impasible se sostuvo intacta con su orgullo.

—¿Enamorarse de ti? ¿Por qué se enamoraría de ti? —Preguntó, lleno de diversión. —Jessica es demasiado para ti, incluso para mí. No reclames algo como si te perteneciera, imbécil. Tú no eres nadie en su vida, recuerda por qué estás aquí adentro. Por qué estás en su vida en primer lugar.

El puño de Ethan se levantó con violencia, y antes de que pudiera intervenir, lo golpeó con fuerzas, justo en su mejilla. Con mi corazón desbocado intenté llegar a él, pero Harry como respuesta inmediata lo empujó con violencia haciéndolo caer. Éste se levantó en el segundo que detuvieron a Harry sus amigos, evitando que no actuara más. Brent me alejó de la pelea, y en cuanto lo hizo Ethan se abalanzó contra Harry nuevamente, oí más gritos y todo se distorsionó. Harry logró soltarse y lo golpeó, porque Ethan no calmaba, no parecía rendirse ni bajar la guardia, estaba completamente cegado.

Brent furioso me dejó y empujó a Ethan, gritándole de frente que se detuviera.

Procuré intervenir y detener a Harry, sosteniendo sus manos, rogándole con la mirada que no le devolviera más golpes, pero en sus ojos solo había molestia, estaba furioso, fuera de sus casillas. Y también estaba herido.

—Pierce. —Le pedí. Su sangre hervía, lo veía en su mirada apagada.

—¡Maldita sea Ethan! —Grité, notando el pómulo de Pierce enrojecerse al instante, un leve corte había roto dos centímetro de su piel.

—¡¿Es que no te das cuenta a quien defiendes?! —Me gritó Ethan en respuesta. —¡Está fingiendo! ¡Finge quererte, pero lo único que le importa es la vida que tiene ahí afuera! ¡Donde no estás tú! —Me gritó, Pierce se soltó de mí para ir contra él, pero todos sus amigos lo interceptaron con más fuerza que yo.

—¡Mierda! ¡Suéltame, Brian! —Gritó Harry. Éste lo hizo, habiendo ya calmado la violencia en ambos. Harry completamente contracturado se acercó a Ethan un solo paso. —No te convenía meterte conmigo, Ethan. Juro que vas a arrepentirte. Mantente al margen de mí y no vuelvas a acercarte a ella.

—Púdrete imbécil. —Le gritó Ethan.

—Cállate. —Exclamé. —¡¿Por qué diablos me usan para pelear entre ustedes?! —Grité, cansada. —Lo que haga Ethan conmigo lo solucionaré yo, Harry, no quiero que vuelvas a meterte en mi vida porque sé bien qué hacer con ella. —Estaba tan molesta que lo escupí sin anestesia. Miré a Ethan. —Escúchame. —Le hablé, soltando a Harry. —¡No puedes hacer esto! Lo que haga él afuera de aquí no es un problema para mí, y no debe ser el tuyo. Él puede estar con las malditas mujeres que quiera en las noches y las horas que quiera porque nadie le impide que lo haga. Eso, Ethan no debería afectarte en este trabajo, ¡y aunque él sea todo eso que dices y más, no es de tu incumbencia! ¡No vuelvan a meterme entre sus discusiones porque no elegiré a ninguno de los dos! Son unos auténticos idiotas.

Ethan bajó la mirada, Pierce, en cambio me la sostuvo, herido.

Tomé aire.

Brian terminó de soltarlo.

—Sé que no les importa realmente, pero para concluir, el tatuaje está hecho y la única que se hará cargo de mis acciones seré yo. Papá sabe que jamás podrán controlarme. Y podremos tener mil diferencias y hay mil cuestiones en la que él no me escucha, pero si le digo que ninguno está capacitado para cuidarnos por las razones que ya hay aquí los dos se irán de aquí. Porque algo como lo que acaba de suceder ni siquiera yo lo permito aquí. —

Harry tomó su abrigo que estaba colgado en el respaldo de la silla y se marchó, dejándome asfixiada. Exhausta.

Sus amigos quedaron de pie mirando el rastro de ira que Harry había dejado con su ausencia. Ethan en cambio entró a la cocina.

Miré el suelo unos instantes, cansada. Al mirar a los amigos de Harry ellos ya me miraban con rastros de lástima e incluso culpa, no habían intervenido antes y yo ahora estaba furiosa.

—No es por echarlos, pero... —Esbocé una mueca. —Deben irse. —Los tres asintieron rápidamente. Tres. Me faltaba uno.

Los acompañé a la salida, Ian apareció de pronto y me dio un beso en la mejilla como muestra de despedida.

—Lou está asustada, es mejor que vayas. —Me dijo afligido. La había alejado del caos.

Suspiré, abrazándolo brevemente.

—Gracias.

—Él no es de actuar así. Harry tiene siempre mucha calma, nada lo irrita. Nunca jamás nada en el mundo. —Acentuó Chace en la puerta. Suspiré.

—Él sabe que estoy enamorada de él, ¿por qué hace esto? Nos expone, y dejo de importarle realmente, solo quiere discutir con Ethan cuando sabe que al final del día lo busco a él. —

—Eso no es cierto, te ama. —Me dijo Brent, negando. —Es... hombre, en fin, hará mil cosas mal. 

Explicó.

Respiré profundo.

—No quiero ver a ninguno de los dos por ahora. —Me crucé de brazos. —Pero cuídenle el golpe. —Suspiré. Ellos sonrieron un poco.

—Él es el médico. —Sonrió Brian.

—Lo sé. —Musité.

Brian bajó la mirada un instante antes de subirla a mí de nuevo.

—Lamento no haber intervenido antes, pero... él lo atacó primero, debíamos dejar que Harry se defendiera. Aunque no puedas verlo. —Resoplé. —No creí que llegaría tan lejos porque Harry no es de... pelear físicamente. —Los demás asintieron.

—Es la tercera vez que lo veo golpear a alguien.

—Y la segunda que vimos nosotros linda. En toda nuestra vida siendo amigos. —Brian suspiró. —Cuando se trata de ti...

Resoplé. —Vayan, por favor. —Lo detuve.

Ellos me abrazaron, tomándome por sorpresa, sonreí un poco.

—Trae tu celular. —Me pidió él. Esbocé una mueca de cansancio. —Vamos, tráelo. —Insistió.

Resoplando fui a la sala y lo tomé, volví con la misma cara de pocos amigos, ellos soltaron una risita. Al dárselo anotó un número y lo agendó.

—Cualquier problema llámame. —

—Gracias. —

Ellos me saludaron cálidamente y luego se fueron.

Cuando fui hacia el living me acerqué a Lou.

—¿Estás bien? —

—No me gusta ese Harry. No me gusta cuando no sonríe. No me gusta cuando está enojado.

Acaricié su cabello.

—A mí tampoco. —Susurré, angustiada.

—Pero está lastimado. —

—Lo sé, cielo. —La abracé.

Continue Reading

You'll Also Like

3.4K 249 27
Katy es una estudiante de literatura. En su último año de la universidad el destino le une con Ben, un chico irlandés que cambiará su vida para siemp...
185K 19.1K 46
(LIBRO 2) Cinco años después de su primer desamor, Olivia Dallas ha conseguido al fin estabilizar su vida, que ahora es tranquila y aparentemente idí...
591K 21.8K 50
Hola, soy Alexa O'Donell, tengo 17 años, soy una adolescente normal (bueno muy normal, no que digamos ),voy al instituto, tengo a mi mejor amiga Bell...
2.4K 156 16
Ahora que la vida me a dado otra oportunidad me aseguraré de esta vez no cometer ningún error, gobernaremos este lugar juntos o ninguno de los dos lo...