Olvídalo.

134 9 5
                                    

El rubio regresó a aquella zona llena de tensión. La joven aún se encontraba bien sentadita, y en silencio, mientras Jamie ya estaba de pie a esperándolo.

—Bueno, creo que tenemos muchas cosas de que hablar...— Inició. Sus brazos estaban cruzados entre sí, mientras su ceño fruncido demostraba algún tipo de enojo que a Damon le causó terror. Ya sabía con eso como terminaría todo aquello.

—Escucha, Jay. . .

—Cállate, deja toda esa mierda, y solo se directo— Interrumpió él. Trataba de ser fuerte, aunque no era estúpido. Ya tenía más o menos armado el rompecabezas, y a cada pieza se sentía muchísimo peor... pero tenía que escucharlo, como para aminorar el dolor del golpe.

—Estaba muy triste, Jamie... te extrañaba mucho, y verdaderamente me ponía muy ebrio...— Murmuró con cierta pena el rubio. Si lo decía en voz alta, sonaba mucho más estúpido. —Yo. . . no. . . — No tenía tanto que explicar. Solo se había dado. Y no le iba a decir que no se había enamorado de Susy, que no contó con tiempo para amarla, porque Jamie sabía todo eso, así como ambos sabían que nada de eso importaba, porque ella estaba allí: La niña de cabellos enredados y castaños, casi del color de sus ojos. Y tal vez no habría pasado por ser hija de Damon, de no ser por aquella perfecta nariz. Jamie podía admirar perfectamente la nariz de su marido en aquella joven, y eso hasta cierto punto le dolía. Estaba bien, había aceptado que él no podía darle muchas cosas a Damon, pero le soportó bastante como para dejar pasar eso por alto.

No se sentía bien tratando de resistirse al enojo del momento. Lo que Damon había hecho no solo era estúpido, sino posiblemente imperdonable. ¿Acostarse con alguien al grado de comprometerse por medio de un hijo? Eso era bastante cruel.

—Tú no. Claro, nunca es tu intención. Tú no, pensaste en mí. Eso es todo, y no necesitas decírmelo, porque. . . — Igual y sentía que las lágrimas se le escaparían de entre los parpados debido al enojo. . . o igual y era porque se sentía traicionado. No sabía que sentir en ese momento por la velocidad a la que ocurrió todo. ¿Quién llega, medio habla con un hombre con el que se acostó hacía más de once años, deja a su hija que se supone cuidó durante todo ese tiempo, y después se va sin decir más? Al parecer, Susy. —Porque. . . — Porque no me amabas. Yo te pude esperar, nunca tuviste quien te dejase de amar, por más mal que me sintiese. Te esperé. . .

2

—Jamie, en serio, perdón, yo. . . — No importaba lo que Damon dijese, Hewlett no podía detener sus acciones, que no solo constaban en ser bruscas, sino que también eran aceleradas. Tenía la maleta más grande que se había encontrado sobre la cama, y sobre ella dejaba montones de ropa doblada, y desdoblada, dependiendo de cómo cayera, aunque tampoco importaba mucho para el tan ordenado dibujante. Solo quería una sola cosa, y esa no tenía ni un poco de Damon Albarn.

Jamie no entendía porque Albarn le seguía insistiendo, si desde hacía quince minutos –tal vez eran menos- no le había dirigido siquiera la mirada. Solo se adentró al cuarto –y era de ambos, que lo hacía mucho peor porque ambos a veces intercambiaban su ropa, y eso les importaba poco hasta antes de ese momento. Para suerte, el menor podía identificar bien sus prendas, aunque aún conservaran el aroma del ajeno-.

No detuvo ni por una sola palabra las acciones. Damon por su lado estaba parado un tanto lejos de su pareja. Tenía miedo de ser golpeado, o una cosa parecida, porque a pesar de que era más alto sabía que se lo había ganado en algún sentido. Albarn por su lado habría estado tranquilo de no saber que Jamie se iría a quien sabe dónde, con el riesgo de que no regresara. Amaba mucho a Jamie, pero también, aun sin conocerla, sabía que igual amaba a la pequeña niña, que aún seguía sentada con un gesto de estar muy lejos de esa realidad. Ella era preciosa, seguro que se habrían llevado bien al instante de no ser porque Hewlett estaba de lo más alterado.

You can blame me -Jamion-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora