No son vacaciones.

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—Creo que la única manera de tenerte contento es regresar en el tiempo y elegir cualquiera de las primeras tres casas que propusiste, Jay...— Murmuró Damon, quien estaba cruzado de brazos, con las piernas flexionadas y el ceño fruncido, quien no podía quitar esa mirada de niño regañado ni porque quisiera. Es que en realidad Damon no podía comprenderlo. Jamie lo había llevado a muchas casas durante la semana, y ninguna de ellas le había parecido. . . a ninguno de los dos. "¡Y eso que tu las habías visto antes!" exclamaba Albarn cuando salían por la puerta de cada una de ellas. Si se ponía honesto, sentía que Jamie no había investigado a detalle, pero el dibujante le había mostrado fotos, y de un gran catálogo, ambos habían acordado visitar un promedio de 13 lugares... claro que si no se daba entonces tendrían que recurrir a más lugares.

—Anda... no es eso, solo... es que se ve más grande en fotos, o una cosa así...— Murmuró Jamie, quien mantenía la mirada firme en el volante, andando con calma al próximo destino. La idea de mudarse había sido suya para decirse a sí mismo (y tal vez, a Damon) que no estaba tan ocupado como decía para sacarse sus obligaciones dentro del matrimonio. Había descuidado un poco ese aspecto de su vida... pero ya no quería seguir en ese limbo extraño. Ni siquiera era algo cómodo, porque estaba seguro que adoraba a Damon, y que siempre quería darle lo mejor, así como él lo hacía... con solo existir. Se había prometido y propuesto algo, y no iba tan mal... o al menos esa semana.

Jamie apretó los labios, antes de girar a la izquierda, de Hereford Rd a Westbourne Grove, para detenerse al lado de la acera, visualizando desde tal momento a la mujer que estaba de pie frente a una de las casas. Damon tenía la vista en todos lados, básicamente "bobeando", aunque esta vez prestando más atención al sitio. A Damon le llamaba mucho la atención esa calle, desde... siempre. Había pasado por ahí, y le gustaba, era agradable hasta cierto punto, pero ahora deseaba verla con detenimiento. Apenas recordaba en realidad cuando había estado ahí, y se le había olvidado su aspecto. Jamie bajó del auto y caminó hasta toparse con la puerta de su acompañante, (una vez que logró estacionarse a la perfección) la cual abrió para que su esposo saliera, en un gesto común que tendían a hacer. Y ahora iba bien, porque Damon seguía viendo a través de la ventana. Durante toda esa semana Albarn prestaba la suficiente atención como para no quedar convencido con todas esas casas, las cuales, como ya había pensado antes, no contaban con lo que él quería. Él pensaba que si estaban buscando una casa porque no había suficiente espacio en el departamento, entonces tenían que encontrar un sitio acogedor, pero con suficiente espacio... para tres Y eso no lo habían encontrado. Habían ido de un sitio con muchas habitaciones a un lugar con las habitaciones justas. A Jamie le habían gustado esas. A Damon... no lo suficiente.

—Bienvenidos, caballeros— La mujer, que después Jamie identificó como Sandra por el pequeño gafete que tenía en el pecho, del lado izquierdo, era alguien "sonriente de verdad", y Damon en el departamento, más tarde, apostó con Jamie a que seguro ella tenía las mejores ventas. Nadie trabajaba de tan buen humor hasta ese momento, por lo cual Damon también enmarcó mucho las comisuras de sus labios regresando el gesto, pero muchísimo más gentil. A Jamie le dieron ganas de tomar su mano, pero lo evitó porque estaban, desafortunadamente, en público.

—Esta casa consta de dos pisos. De este lado. . . — A Jamie se le ocurrió dejar al fondo todo lo que la chica decía y solo observar. Ella los guio a la cocina. Era... espaciosa. Un poco más que las anteriores, lucía más... limpia. O una cosa así. En realidad no era tan reluciente, era oscura... Pasaron por aquel "pequeño" sitio de forma rápida.

—Esta es la sala. Es un lugar increíblemente acogedor, tenemos espacio suficiente para...— Jamie optó por apreciar a Damon un segundo. Ahí estaba amueblado, y Hewll no sabía que pensar respecto a la casa, y a lo poco que llevaban caminando. No era grande, de eso estaba muy seguro, pero era acogedora. Y Jamie lo sabía a la perfección. Podía seguir viendo de casa en casa, no tenía problema con ello, pero tenía una voz interna que le decía que tal vez no tendrían que buscar más. La cocina lucía mejor que la del departamento... A Damon le gustaba bastante cocinar...

You can blame me -Jamion-Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang