You can blame me -Jamion-

Out Of Body

—Bueno, Katherine ha pasado por dos casas antes de la nuestra. Sus padres parecen seres agradables, según la agencia ellos no podían cuidarla porque básicamente no se sentían listos. Esto es horrible, pero al menos son honestos, ¿sabes? Y yo creo que podría...—

—No lo digas. Llevas en lo mismo con todos, D, y apenas llevamos una semana. Dime, ¿terminaste algo del disco?

—N-no. . . o no del todo, ¿y tu ya dejaste de fumar?— El rubio enmarcó una ceja, dejando los papeles que tenía en mano para dirigirle la mirada a su esposo, al otro lado de la mesa. Este también desvió la mirada de la hoja que tenía frente a sí.

—Vamos, Dames, realmente yo... dudo mucho que la trabajadora social note que fumo si no lo hago frente a ella, y mucha gente fuma, no creo eso afecte del todo...—

—¡Jamie! Esto es algo serio, ¿sabes? Ya muy difícil es que te den un bebé, no podemos dejarlo a la deriva, y tampoco...—

—Ya, basta. — Jamie regresó la vista abajo. Todo era fácil cuando te metías con Damon, pero la animación requería de mucho más, según el dibujante que no solo se encontraba presionado sintiéndose tonto junto a un tipo que ya había terminado (o casi lo había hecho) con su parte del trabajo. —No quiere decir que no lo esté intentando. Veces solo ya tengo el cigarro entre labios, ¿bien? Tomaré consciencia. . . — Sintió la fuerza de un ceño fruncido, y la mirada acusadora hasta cierto punto de Damon. No se atrevió a levantar la vista para asegurarse de que tenía razón, para asegurarse que Damon había puesto esa cara de niño regañado. —... Lo prometo.

Cuando Damon se sentía solo lo único que hacía era recordar que Jamie se encontraba en el otro estudio, "en el de junto", para ser exactos. Había estado visitándolo más tiempo del común. Desde que se habían casado, Damon no se había aproximado tanto a Jamie como en esas semanas. Tal vez, mirándose a si mismo, se había estado comportando como un niño berrinchudo, al cual una vez que le cumples el capricho sonríe de nueva cuenta. En realidad Jamie no se había percatado de eso por el trabajo, y Damon no tenía intención de tal comportamiento.

Albarn dejó pasar que Jamie tal vez no se encontraba de tan buen humor. Estaba lo suficientemente emocionado como para dejarlo ir. —Aunque también está. . . James. Realmente él es de lo más lindo, y no ha pasado por ninguna familia porque tiene cinco años... no entiendo que pasa con los niños que son un poco más grandes, tal vez...—

—Albarn, la gente tiene la creencia tal vez muy acertada de que los primeros años son muy formativos. Un bebé es, literalmente, un rol moldeable que se acopla a lo que tu quieras que haga a futuro con tus conocimientos, y por supuesto con lo que lo hagas ver. Adoraría a James, te lo apuesto, pero si me lo preguntas...— "y dudo que hayas considerado eso" —Preferiría a un niño de meses.— Finalizó Hewlett, mientras el lápiz finalizaba al mismo tiempo, el recorrido sobre la hoja, que creaba una perfecta línea curva por poco del brazo de la chica nipona. Era de lo más linda. Jamie se quedó un tanto sedado al apreciarla.

—¡Bueno! Al menos ahora sé que quieres un niño, y no una niña.— Respondió el mayor, sin notar la indirecta de Jamie, o como el humor de este decaía velozmente. Solo enmarcó una grata sonrisa antes de volver a sus papeles ("¡Gracias a dios!" pensó Jamie) en completo silencio.

Mientras pasaba a la siguiente hoja, Hewll detuvo sus dedos en tan fina hoja. Tan blanca. . . en realidad, muy blanca. Por el cielo, ¿Qué iba a dibujar ahora? . . . Tenía muchísimo que hacer y se sintió idiota por su pregunta, pero no era literal.

. . . Miró a Damon. Ahora sí levantó la vista, aunque tan solo por un poco. Poquísimo. A través de sus lentes apreció la pequeña sonrisa con un toque de dulzura. Albarn leía contento los papeles que tenía entre sus dedos, y seguía paseando las hojas –llenas. Llenas de letras, de fotos... no estaban vacías, como las de Jamie- con emoción. Siempre persistió la emoción, desde hacía bastantes días...