El que doma domina

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La tarde cálida, el sol cayendo lentamente, muy lentamente, ocultándose, primero, tras los edificios, y después, en el horizonte. Oh, perfecto día, el cual concluiría con una nerviosa noche para cierta pareja.

El guapo cantante yacía cómodamente sobre el sofá, sin hacer lo que acostumbrara; eso era ver la televisión, ya que en su cuarto era donde se pasaba ensayando, o componiendo algunas de sus letras tan geniales. El, en general, se encontraba tranquilo, con la mirada baja, que estaba sobre la hoja de papel con algunas letras, con una terrible caligrafía.

"It's a sweet sensation, over the dark, I want a situation, but don't want to stop"

Wanna... stop...—Canturreó con voz bajita, al tiempo que mordisqueaba el lápiz que sostenía con la zurda. —It is... It's the drug stores boy, over the dark, with the sweetest inspiration, but don't wanna stop— Su pie ejecutaba un ritmo, reciente, nuevo, uno que creaba para no sentirse solo. Porque lo estaba. Pasaba bastante tiempo a solas, pero especialmente ese día le era algo extraño. Y si, era porque normalmente, quien se alejaba de casa, era el, y no Jamie. Aun y con que el dibujante tenía mucho trabajo, llegaba mucho antes que Albarn. Por las mañanas era diferente, por que tomaban la misma estación de metro, claro, para ir a distintos sitios, pero iban platicando por una o dos estaciones, mientras Jamie le quitaba –la mayor parte de las veces- las migajas de galleta que desayunaba el cantante, de esas mejillas sin rasurar.

—¿Qué harías sin mí, pequeño ángel?— Cuestionaba dulcemente el menor, llevando sus dedos a las moronas, quitándolas del labio inferior del contrario; sobre todo ocupada el pulgar, dejando sus demás dedos sobre el mentón.

Esa mañana Albarn con los parpados bien abiertos levantó sus pupilas hasta el techo del vagón; Ambos normalmente iban de pie, ya que no les creaba molestia dejar el lugar a las damas, sin contar que podían estar más cerca, uno del otro, frente a frente.

El joven mostró sus chuecos dientes frontales, antes de dejar entreabiertos sus labios, mientras generaba una respuesta.—Bu-bu-bueno... ¡Jamie!—No era de la clase de chico que se sonrojaba fácil, pero con esa clase de cosas vaya que se ruborizaba, haciéndolo ver más lindo. —Que ton-tonto— Bufó, mientras Jamie soltaba una risa nerviosa, en voz baja obviamente, sacudiendo la cabeza con una divertida negativa.

—Me gustas mucho...— Murmuró Hewll, después de aproximarse un poco más a la oreja derecha de Damon. El, como pocas veces hacía en público, aprovecho la cercanía para besar aquella mejilla, que se puso de inmediato en la misma condición que la propia; Aun así, nadie los vería, era bastante temprano. La manecilla que marcaba las horas en el reloj ni siquiera tenía rastro en el número siete.

El joven Albarn continuaba escribiendo. A diferencia de sus recientes canciones, las ideas que llegaban a su mente no se metían mucho con su vida personal, ni siquiera con el encontrarse a sí mismo. Sabía que eso era muy peligroso, porque terminas exponiendo mucho de ti, con el tiempo. Por supuesto que el ritmo que pasaba por su mente no le hacía algo familiar, aun y con qué tarareaba con la voz angelical que siempre ocupaba al cantar, no sentía que fuera material para su banda. No para Blur, pero, sí para otra cosa que tenía en mente, una que ya le había expresado a Jamie. En su cabeza se repetían sus palabras, y por supuesto, el cómo le emocionaba aquella idea. Aun no creaban una estructura propia; Dicha banda solo tenía el tejido, si se ocupada la ideología del cuerpo humano. Faltaban los huesos, los órganos vitales... todo. Pero, el tejido era un buen inicio, este ya estaba tomando una forma muy buena.

Damon, tras un rato mirando al frente, a la pared, optó por levantarse de su sitio. Ya empezaba a sentirse un poco adormilado, y apenas la noche empezaba. No se dormiría, no con tanto tiempo de sobra. Pasó a estar casi recostado en el sofá a dar media vuelta, ya de pie, hasta llegar a la cocina. ¡Y Jamie decía que era una pésima idea dejar los sillones justo al frente de la puerta de la cocina! Já. Su puntaje mental cambió, quedando: "Damon-3 Jamie-62"

You can blame me -Jamion-Where stories live. Discover now