¿No te aburres?

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—No deberías preocuparte tanto...— Jamie, que se encontraba frente a Albarn, aun con que este no pudiera admirarlo, se atrevió a rodar los ojos antes de mostrar aquel gesto que constaba de entrecerrar los parpados hasta su acompañante. Le miró, acusándole tan severamente que Damon simplemente mantuvo aquel verde sobre el menor hasta que este se atrevió a hablar.

—Sí, cariño, eso no ayuda mucho..., pero gracias por el consejo, sí.— Asintió una sola vez, fingiendo estar indignado inconscientemente porque bien sabía lo que Damon hacía en ese tipo de situaciones.

Obediente a la rutina, Albarn gateó sobre la superficie acolchonada hasta casi encontrarse en la orilla de la misma, misma en la cual estaba acomodado su prometido.

—Yaaa, Jaaaay...— Rezongó, colgándose con ayuda de sus brazos del cuello del castaño: Hundió su respingada nariz en su cuello, antes de ponerse a repartir pequeños besos en esa zona. —Mira...— Murmuró, sin alejarse del sitio pero sí tratando de preciarse más lento. —Los trajes están bien, llegarán a tiempo...— Aseguró en voz dulce, sintiendo el gran suspiro del dibujante.

Ya que los trajes para la boda no eran algo que pudiesen transportar como suéteres, o pantalones que una vez dentro de la mochila tendían arrugarse y quedarse así (porque seamos honestos: Damon sabía planchar a su manera. Dejaba un montón de marcas en la ropa y por simple flojera era que se ponía todo así, ya que al final, con el tiempo, lucía bien. Jamie era bueno en ello, porque no la pasó alcoholizado gran parte de su vida, y el sí notaba bien esos detalles..., pero aun con eso, era mucho pedir) ... Hewlett previó todo eso, y opto porque aquella vestimenta fuese entregada como si se tratase de una carta. "Por correo".

Jamie estaba tan, tan preocupado..., no quería ir al altar en pijama.

Damon dio un besito rápida en la mejilla cálida previo a volver a su sitio en el cual quedaba próximo al control de la televisión frente a ellos. Sin dudarlo encendió tal aparato, y se acomodó no sin antes señalar el sitio en donde deseaba el castaño se sentase. Eso hizo él. Igual, preocuparse no iba a funcionar.

Damon buscó entre los canales, hasta que pudo divisar un programa que ambos conocían, porque solían verlo de vez en cuando en casa, en el mismo sofá en donde también sintonizaban MTV.

—Creo que eres lo más cercano a Bombón, ahora que lo pienso...— Aseguró Hewll, que después de algunos minutos ya había tomado vuelo respecto al episodio de la caricatura. "Las chicas súper poderosas" era, por mucho, de lo más entretenido que alguien podía ver. A ambos les gustaba tanto que se encontraban tranquilos y en silencio. Es decir, ni siquiera habían girado mínimamente la cabeza para besarse.

Eso ocurría la mayor parte de las veces durante los minutos en los que esos dibujos de voces adorables inundaban sus mentes, su visión...

La mañana apenas empezaba, gracias a eso Albarn estaba incluso más tranquilo. La gira con Blur quedaba muy próxima a su fin, pero la carga emocional que soportaba Albarn era tan infinita..., es decir, finalmente Think Tank se desvanecía...

2

El cuarto de hotel nunca sería comparado con casa. Por más lujoso que fuese, por más que eso les obligara a dormir juntos. No, nunca en serio.

En casa, para ese momento, seis de siete días dormían juntos, pero en las giras... era diario, hasta por las tardes siempre estaban juntos y vaya que ninguno de los dos se hartaba, pero aun en medio de la oscuridad, abrazados y a punto de dormir gracias al sueño muy muy real... no, no se sentían en casa. Eso les hacía hablar –sobre todo por las mañanas- de su futuro hogar. Nuevo hogar.

You can blame me -Jamion-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora