Oh my baby

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Jamie había estado frotando sus dedos, unos contra otros, más que nervioso; Estaba aterrado, aunque jamás lo diría en voz alta en serio, tal vez lo haría notar con un par de bromas en unos años, pero en aquel momento no veía en su mente ni siquiera lo que pasaría al día siguiente. O siquiera en las próximas horas.

Sus piernas temblaban de una manera evidente, al menos para él. Jamás había sentido una cosa así, nunca, ni siquiera en sus peores momentos. Ni siquiera cuando fue su primera presentación de arte en la escuela, o en su vida laboral. No. Pero el hecho de respirar y caminar parecía tan complejo que descarto la idea de conseguir en su mente un recuerdo vagamente familiar que le diera fuerza y esperanza para poder lidiar con esa sensación en el pecho.

—¿Y. . .? ¿Qué tal me veo?— Damon cual adolecente hizo una "pasarela" exclusivamente para Jamie, que desde hacía unos minutos se encontraba recostado (o casi. De hecho estaba mal sentado) sobre el sofá. Ladeó los labios, antes de inclinar su cuerpo al frente, llevando una mano al mentón, entrecerrando los ojos y admirándolo perfectamente, con cuidado de pies al último cabello rubio. Se hacía pasar por uno de esos sujetos que se la pasan criticando los vestuarios ajenos sin notar como van vestidos.

—Luces extremadamente guapo. . . otra vez— Acertó a decir. Realmente así era, y ambos lo sabían bien, pero de cierta forma era divertido hacer tiempo. Al menos para Jamie lo era. . . Aunque también quería que todo eso terminase de una buena vez, que el día lo hiciera, que su idea lo hiciera. Era una pésima idea, un pésimo plan.

Por otro lado la idea de desfilar para Jamie había sido exclusivamente de Damon gracias a la "leve" insistencia del castaño. "Ponte algo lindo, Damon, siempre sales... un poco, uhm..." ¿existía adjetivo para definir el estilo de un vagabundo? Igual y eso era un poco exagerado, pero muchas veces Damon se vestía de la peor manera. Y, si no, comparado con el dibujante no lucía tan inglés como te hacía creer cuando hablaba.

Claro que Albarn no reclamo al escuchar eso, y tampoco puso "peros"... solo hizo que Jamie se sentara para poder demostrarle sus prendas mientras aprovechaba aquel 1.83 para actuar como modelo.

Le quedaba bien, no se iba a olvidar de aquella mano en la cintura y hombros que se movían exageradamente ante cada paso..., sin contar aquel gesto coqueto que dejaba en su perfecto rostro cuando estaba más próximo a su novio.

Hewll aclaró su garganta sonoramente antes de levantarse de tan cómodo sitio. —Bueno, señor Albarn, si ya está listo, ¿podemos irnos?— Fingió aquel acento británico exagerado que tanto le daba gracia a su novio, antes de extender la mano al frente, cuando el mayor portó una sudadera gris que le quedaba ligeramente más grande, la cual ocultaba bien la playera en tono oscuro. Damon cerró los parpados antes de tocarse el pecho, y rodar aquellas iris dándose su importancia.

—Ppero por supuesto— Respondió también fingiendo la voz. Tomó la mano del castaño, extendiendo bien sus largos y finos dedos, y sin espera de que el reaccionara ante ese tacto comenzó a caminar hasta la salida. Como siempre, tuvo que soltarlo al cruzar la puerta porque Jamie se encargaba de cerrar el departamento mientras su querido novio bajaba las escaleras a saltos, cual niño, a veces de dos en dos.

Jamie hacía mucho ya no le pedía que dejase de hacer eso. Al principio temía que algún tobillo del mayor no soportara el impacto y se doblara en un ángulo extraño haciéndole perder el equilibrio...

Se preocupaba mucho por él, pero después de tato verlo solo cerraba más rápido todas las puertas para desocupar ambas manos... en caso de que Damon se descuidara. No podía cuidarlo de sí mismo, y tampoco pedirle que lo hiciera porque su novio tenía un toque tan infantil y encantador que prefirió dejarlo así.

You can blame me -Jamion-Where stories live. Discover now