Te necesito... lejos

393 49 9
                                    

—Damon. . .

—Shhg, déjame...— Rezongó el rubio, cubierto de sus cobijas, y aun, tratando de jalar con sus dedos bien aferrados al inicio de la sábana la misma, para cubrirse hasta aquellos cabellos despeinados.

—No, nada de eso...— Murmuró el chico, atreviéndose a acariciar ese cabello enmarañado, evitando que el músico se "escondiera". Seguro que si lo hacía Jamie le dejaría dormir un rato más, hasta que u molesto Albarn se levantara de prisa para irse pitando al estudio. Y nadie quería eso, aunque Jay no conocía aun esa parte de su compañero. —Te he hecho algo de café, y te traje un pastelillo...—

—No era necesario— Respondió con voz floja el joven, de nuevo rezongando, más no reprochando, o regañando. Damon no notó que en ese mar de sentimientos nació una especie de felicidad... tenia tanto que nadie le daba esa clase de detalles que olvidó al grado de no poder percibirlo, lo lindo que era.

—Puede que sí, en realidad... por cómo te vi ayer solo, no sé— El se encogió de hombros, realmente nostálgico por el vocalista; No gustaba tanto de admirar a Damon... de aquella manera. Siempre lucía tan feliz, como un niño... y los niños pocas veces se deprimían, si no es que en toda su niñez no lo hacían.

—Ah, eso. Lo siento, es solo que siempre estoy triste, y...—

—Damon, no soy mucho de mostrar mis sentimientos, pero... quiero que estemos bien, tanto entre nosotros, como individualmente...— Hewll se había preocupado bastante; Apenas y pudo pegar sus parpados para dormir, de no haber estado tan cansado lo habría hecho gustoso. No tenían mucho viviendo juntos, pero no importaba, el músico ya era alguien importante para él.

—Jamie, te quiero, y te lo contaré a su tiempo, pero no me siento listo para... decirlo en voz alta, yo estoy pasando por muchos problemas, y no quiero arruinar esto—Expresó el mayor, hundiendo aún su voz entre tanto revoltijo, sin mirar a su compañero. Estaba consciente de tantas cosas... el no era así, no lo había sido en mucho tiempo, y parecía el momento indicado, ¿no? ¡El momento justo para mostrar lo peor de sí mismo!

—No lo harás, niño bonito...— Hewll trataba de tener todo el tacto posible. No entendía nada de lo que pasaba por la mente de Albarn, pero apostaba a que era algo serio. No se sentía bien no poder ayudar al chico que tanto le gustaba. —Anda, me dijiste que te despertara temprano—

—Debo ir con los chicos...— Especifico Damon, al tiempo que se levantaba, deslizándose debajo de las cobijas flojo, desanimado, mostrándolo en sus movimientos lentos y un tanto torpes.

Camino con Jamie hasta la mesa del comedor, el cual tenía sobre ese cristal el pastelito, y dos tazas humeantes de esa delicia bebible; Fue en silencio, uno que Jamie siguió a espaldas del músico hasta que bien se sentó frente a el.

—Vaya... gracias, en serio Jay—

—No fue nada, sabes que no lo es...— Aseguró el dibujante, quitándose importancia de encima.

—Es mucho mejor desayuno al que acostumbro. Comúnmente bebo un poco de vodka, y allí queda el asunto— Albarn creó una sonrisa apenas visible... eso no sonaba como una broma.

Bien, el castaño no era ningún santo, no era para nada correcto, pero tan solo pensar en desayunar eso lo asqueó lo suficiente para crear un gesto de auténtica apatía a la idea.

—Qué asco— Murmuró Jamie, entre su propia risa nerviosa; Nada estaba bien. Por más que Damon tratara, no se le veía como otros días, y Hewll no podía descifrar porque... ese, claro, había sido un buen intento de notarse algo animado, y por poco le sale, de no ser porque esa mirada, tan dulce, era fría, distante... difícil de centrar. Como si el encanto natural hubiese muerto.

You can blame me -Jamion-Where stories live. Discover now