Y, este es D

230 22 31
                                    

—No creo que hayan anotado siquiera como querías tu café, pero...— Jamie dejó aquella taza humeante sobre la mesita; Damon giró la vista, antes de sonreír ligeramente. Formó un "gracias" con sus labios, previo a sujetar aquella taza entre dedos para darle un sorbo; Hewlett se sentó a su lado, acurrucándose liegamente entre la mantita que cubría a ambos antes de que el pedido a la habitación llegase;

Hewlett también tomó su taza entre dedos; Tenía ganas de admirar a Damon, todo el día, todo el tiempo que él le permitiera... pero también el amanecer a su lado era hermoso, y ya tenía su calor. Era suficiente por el momento; El mayor lo abrazó con dulzura, sin quitar aquel ceño fruncido del frente; El aire golpeaba sus mejillas frágilmente, mientras disfrutaban del silencio entre ellos, más no del ambiente, que les regalaba unas cuantas aves cantar, recibiendo el día, y las hojas de los arboles lejanos, chocando entre sí, moviéndose....

—¿Damon? — El llamado movió las iris, más no la cabeza; Eso le indicó a Jay que podía continuar, con aquella vocecita frágil, y delicada como sus gestos. —Te amo—

Damon sorbió de su taza, con calma. Soltó un suspiro prolongado, que Jamie apreció desde su postura; Alzaba la vista para admirar a aquel precioso hombre; Parecía un hermoso gatito, o una cosa así de adorable. Albarn por las mañanas así lucia, y no podía dejar de sentirse afortunado por ser el quien lo apreciara de aquella manera.

No respondió; guio sus labios a los ajenos. Los tocó con deseo, con cariño... con amor. Uno que no podía decir a palabras, pero que Jamie percibió con alegría. No lo quiso creer, pero... nunca antes Albarn le besó de esa manera; Al separarse sus labios crearon una chispa sonora que les coloró las mejillas ambos.

—Iré a bañarme, D...— Murmuró el castaño. El más alto asintió, aunque trató de que Jamie no se alejara manteniendo ese abrazo el mayor tiempo posible.

Jamie se metió al baño, y el permaneció allí, en silencio, con la taza entre ambas manos.

Regresó a la cama tras unos minutos de reflexión nada profunda; Podía seguir durmiendo, después de todo, no era como que el contrario no lo hubiera cansado la noche anterior.

Se acurrucó entre las sabanas sin problema, hasta quedar profundamente dormido sin notarlo bien. Solo parpadeó con dificultad antes de perder conciencia, y hasta allí recordaba.

Para cuando el sol llegó a la vista de todos, en donde se te hacía difícil encontrar sombra, Damon ya había logrado tener a Jamie en un par de orgasmos que al menos personalmente le hicieron sentir bien; Admirar a Jamie pidiendo por más mientras las estocadas desesperadas que creaba con sus caderas mostraban plena sumisión eran lo mejor que Albarn podía sentir; Claro que existían cosas que gustaba de ver, como Jamie abriendo sus piernas, a completa merced, presa de la excitación, o aquellos ojos cerrados débilmente, como si los parpados fuesen dos velos. Damon controlaba cada estocada de las caderas insistentes del ajeno antes de penetrarlo; Lo hacía con dulzura, muchas veces, hasta con miedo.

Una vez dilatado se atrevió a aplicar un poco más de fuerza, o velocidad que ambos disfrutaron hasta correrse manchando las sabanas que una vez más fueron testigos de los deseos prohibidos de ambos.

—Damon...— La respiración agitada de Hewlett, la cual fue tratada de regular después, captó la atención del músico que admiraba el techo. Sí, veía las cosas muy claras tras hacer eso. Giró la vista, como en repetidas ocasiones para toparse con Hewll. —Apúrate, debemos irnos—

1

Albarn en traje habría sido lo más hermoso que Jamie hubiese apreciado en todo el mundo de no ser por qué pasó mucho tiempo a su lado, y sabía que a veces el músico podía lucir más guapo que cuando era formal... aunque en esa tarde, vaya que lucía muy atractivo.

You can blame me -Jamion-Where stories live. Discover now