Tenemos que hablar

324 42 10
                                    

Aun y con que la semana se pasó algo rápido, los problemas no; Damon se sedaba constantemente con alcohol, lo cual le impedía salir de su cuarto.

Por su parte, Jamie no paraba de hacer llamadas; Tenia que arreglar el trabajo que le pidieron desde hacía meses, el cual debía ser entregado en enero, y que, aunque ya estaba casi listo, tenía que afinar unos últimos detalles previos a exponerlo. Estaba bastante emocionado, y concentrado en ello. Trabajó lo suficiente por cosa de un mes, en "ratos libres". (Que en si parecían eso, ratos libres, pero la realidad era que ese tiempo estaba destinado a trabajar, ya que no siempre estaba obligado a ir a algún sitio para crear el arte).

—Me gusta la autoridad con la que hablas cuando se trata de trabajo— Interrumpió Damon, recargado en el marco de la puerta de su habitación. Se notaba ojeroso, y tambaleante, seguro que estaba ebrio, o muy drogado... o ambas.

—Damon...— Murmuró el castaño, frunciendo tenuemente el ceño, conteniendo una ligera sonrisa, debido a que no le había visto en un tanto de tiempo. Más o menos unos tres días que pasó bastante preocupado aguardando a que Damon saliera de su cuarto y le hablara. Aunque eso no pasó, ni siquiera parecía que él se encontrara en el mismo departamento.

—Me gustas tanto...— Susurró el más alto, mientras se alejaba de su lugar para recargarse en los hombros de su amigo, que seguía ocupado con sus llamadas. Se recargó tan bien que hizo temblar al dibujante.

—Anda, cariño, espera...— Rogó Jamie; Claro que percibió el olor a alcohol, más cerca incluso, que desprendía de Damon, pero lo ignoró gracias a que no podía apreciar a ese adormilado chico, al tiempo que respondía a las preguntas del hombre al otro lado de la línea; parecía que las generaba más rápido, porque se empezaba a sentir abrumado por la atención que desvió al chico.

—No, que ellos te esperen...— Pidió divertido Damon, al mismo tiempo que arrebataba de las manos del dibujante el teléfono, en un movimiento tan rápido que Hewll se vio a sí mismo como la persona más lenta de todo el planeta. Tal vez sus manos no reaccionaron, pero los gestos de su rostro sí. —Hey, soy Damon Albarn, de Blur. En este momento su artista no está disponible, llame en otro momento, usted es bastante inoportuno— Jugó el chico, previo a colgar. Aunque no tenía nada de divertido, no para Jamie. En absoluto para el.

Si, el musico apenas había despertado, justo para hacer otra de sus tonterías. No lo sabía, pero estaba cruzando una delgada línea; Nuevamente, todo pasó tan rápido que era complicado de procesar. Como fuese, debías pensar mucho en lo que acababa de ocurrir para que tuviese sentido. Y Hewlett no lo hizo al instante:

—¡Damon! ¿Qué has hecho? ¡Era realmente importante esa llamada!— Exclamó Jamie, con principios de enojo en su voz. Ni siquiera había podido reaccionar a aquellos movimientos tan acertados de Albarn (su mente le repitió aquello para hacerlo sentir patético, pero lo ignoró de momento, por asuntos más importantes que considerar)

—Anda, Jamie, apenas y te he visto— Rogó el rubio, haciendo un puchero. Uno muy tierno, a la vista de todos, que no funcionó sobre el frustrado dibujante.

—No, no apenas me has visto, ¡todo el tiempo te la pasas encerrado en tu cuarto! Tomando, o lo que, o lo que sea, y me dejas completamente solo, ¡EXEPTO CLARO! cuando se hace algo importante, como era mi llamada— Dijo Hewll, ya enojado con el chico. De haberse visto se habría pedido parar, ya que sus rasgos, si ya eran muy serios, enojado solo se veía amenazante, como si fuera a golpearlo, o algo por el estilo. No lo haría nunca, en primera porque quería a ese chico y la violencia física en una relación es terrible... y segunda, porque Damon era más alto.

—Bueno, lo siento...— Damon sabía bien que el regaño se aproximaba, y no andaba de humor para escuchar al dibujante; aun así lo hizo. Como sea, no le iba a dar mucha atención, ya que manos ardían, así como sus mejillas; la cabeza reamente daba vueltas, y, en general, ya se encontraba en un mundo medio borroso. O eso fue lo que pensó.

You can blame me -Jamion-Where stories live. Discover now