You can blame me -Jamion-

Paso libre

—Tranquilo, D... todo está bien— Murmuró el castaño, con la palma sobre la espalda del joven músico de una manera tranquila, casi dulce, y fuera de lugar gasta para sí mismo. Damon trató de asentir, pero fue solamente un pobre intento antes de que las terribles arcadas que lo atacaban desde hacía unos minutos, con el rostro bien hundido en el bote de basura del cuarto donde debían esperar antes de salir al escenario, regresaran con la misma violencia que al principio.

El sonido que asqueaba una parte de Jamie le hizo sentir como el alcohol que había consumido hace un poco subía por su garganta, de regreso... ardía incluso más de lo que ya. Cerró los ojos, y apretó los parpados con fuerza, antes de respirar profundo (mirando a otro lado) para regresar a su labor de palmear la espalda del mayor cual Hazel Albarn.

Aunque Jamie sabía que ella lo haría mucho mejor, mil veces mejor... tanto así que de haber podido le habría llamado, y... y... a ella, o a quien sea.

No soportaba siquiera aquel sonido, y no por la acción que creaba Damon, sino por la preocupación que le causaba verlo de tal forma.

Después de volver el estómago, y de asegurarse de que había terminado, levantó la vista hasta toparse con su pareja, que le regresaba un gesto de interés infinito (Jamie creía que lucía completamente "normal" pero Albarn lo conocía. Sabía cómo apretaba aquellos labios pálidos, como el ceño se fruncía... y como inevitablemente, aquellas iris recorrían cada parte de sí sin descanso. Ver a Jamie así le alteraba, porque el siempre mantenía la calma en momentos difíciles, y aun así. . .) comenzó a temblar ligeramente, sin siquiera notarlo, pero deduciéndolo por el bello de sus brazos, y el frio en su nuca, para después aclarar su garganta débilmente.

—¿Quieres que te traiga agua?

El rubio asintió; Jamie pudo percibir un extraño gesto, como si Damon tuviera veinte años más. Lucia muy cansado, y frágil... pero no como lucía usualmente. Es decir, cuando se le apreciaba como si se fuese a quebrar tenía la apariencia de aquel chico vente años que se hacía una idea de como funcionaba el mundo, y a base de eso se manejaba y creaba sus acciones.

Apenas pudo soltarlo para ir por la botella más cercana de dicho líquido, que entregó con sumo cuidado al ajeno una vez que después de cinco, tal vez seis pasos, regresó a su lado.

Bebió casi medio litro en apenas medio minuto, pero después de eso lució repuesto;

—Listo, andando— Agregó, como si nada hubiera pasado. Como si las bolsas bajo sus ojos no delataran que

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No durmió en el camino. Se encontró en silencio, aunque tenía al lado su melódica, y a Jamie. Pensaba, por el cielo que pensaba muchísimo, y tas unas horas, Jamie ante tal comportamiento comenzó a hacerlo.

No era para menos; Se sentía mal, la banda se sentía mal... pero Damon no solo se encontraba muy triste, sino que presionado. El bajista original había fallecido. Justo antes de la gira que recorrería bastantes sitios de Estados Unidos. . .

—Me preocupa mucho esto, no sé qué haré mañana, como tocaré el bajo y cantaré, Jay— No sonaba frustrado, estaba preocupado. No había parado de lamentarse en el cuarto de hotel donde Hewll optó por poner todo en perfecto orden mientras Damon yacía sobre la cama, con un montón de partituras regadas a los costados –un GRAN montón de ellas- y un bajo. Jamie apenas sabia tocar el triángulo, pero aun así sabía que ese no sería un trabajo fácil... eso, o que el escuchar a Damon decirlo una y otra vez le indicaban exactamente lo que pensaba, y solo adoptó la idea. También, ¿Quién era el para juzgar? Aunque tuviera derecho eso no serviría de nada.