No estoy seguro

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—¿Entonces ustedes siempre salen a comer?— Jessica, que estaba tirada sobre el sillón más grande, apenas y elevó la vista con el ceño fruncido a los dos hombres que a su parecer, se encontraban muy juntos. Ya estaba acostumbrada al raro de su hermano, y a las cosas que hacía, algo allí no era del todo normal. Tenía muchos amigos, y estos mismos, tenían más amigos, pero en ningún momento vio estos tener una relación como la que tenían Jamie y Damon.

Ya empezaba sospechar que algo ahí no estaba tan bien.

No llevaba ni una semana con Damon, de hecho, era el tercer día de estar allí sin hacer algo, ya que sus padres tomaron un crucero, como una feliz pareja de casados –la cual eran- y estos aún tenían una semana y media para despreocuparse de las cosas que sucedían con los seres de la tierra firme.

—A Jamie no le gusta cocinar— Expresó Damon, bien recargado sobre el hombro de Hewlett, el cual, sostenía un libro –a Jesse no le interesaba tanto el conocer que leía el dibujante, así que pasaba por alto ese dato-. Jamie no había separado la mirada de las ideas expresadas frente a el, hasta que Albarn habló.

—Hey, si me gusta, pero tu nunca te terminas el recalentado...— Canturreó Hewll, al tiempo que soltaba su lectura, para acariciar los mechones de cabello rubio con suficiente ternura, hundiendo sus dedos allí, y jalando ligeramente, hasta que recordó que no se encontraban solos, y que peor aún, se hallaban frente a la hermana del vocalista; Ella notó -de nuevo- que existía demasiado cariño, como para que solo fueran amigos. 

O ella era muy tonta, o ellos muy discretos.

Damon de niño se vestía de chica, y aun hasta unos años atras lo había dejado. Por eso mismo fue que Jess notó –al principio- el comportamiento de Albarn como una cosa de el, como algo que era común, y que bien vio con Coxon.

—Bueno, yo... creo que esta vez paso, chicos— Deseaba no sonar muy grosera, o especial respecto a que bien el mismo sazón, ajeno al suyo, ya la estaban cansando. —¿Qué dicen si salen a comprar algo al supermercado, y yo preparo algo?—

Damon giró esas bonitas iris hasta su novio, el cual igual había volteado la mirada hasta el. Accidentalmente, esa nariz respingada pegó con la punta de la nariz del castaño, que no pudo evitar sonreír ante la respiración que sentía del rubio; Este miró velozmente esos finos labios, antes de tratar de cambiar el rumbo de lo que acababan de hacer. Claro, no se habían besado –y mucho menos manoseado- en esos días, gracias a que a Hewll le incomodaba bastante besar al hermano de la joven. Fue por lo mismo que también Jay optó por no moverse; Por supuesto que deseaba pegar sus labios a los del joven Albarn, pero... trató de evitarlo.

Se imaginó a si mismo como en uno de esos experimentos recientes, en los que metían a unos niños a un salón –de forma individual- y les decían que si resistían a comerse un bombón, por cierto periodo de tiempo, les darían otro. Mala elección de experimento, porque esos niños terminaban por degustar el dulce, así como Jamie habría perdido sus acciones, de no ser porque el ajeno se le adelantó al hablar;

—¿Quieres ir?— Murmuró, sin temor a nada, ni siquiera a como era que su hermana buscaba un lugar en el cual posar la vista para no ver semejantes cosas.

—No estaría mal... nos quedan pocas municiones, y no contemos con que mañana vuelves al estudio, y no podremos salir en un buen rato— Respondió bastante tranquilo el castaño, antes de que Damon elevara esas comisuras de sus proporcionados labios. Este mismo se alejó de su novio, para después levantarse del cómodo sofá.

—Haré una lista— Agregó Jesse, al tiempo que por fin encontraba excusa para levantarse, y caminar hasta el cuarto de Damon –el cuarto donde ella dormía para esos días- puesto que iba bien preparada, cargando una libretita, y una pluma a tono morado.

You can blame me -Jamion-Where stories live. Discover now