Capítulo 26: Falsa inocencia

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Cuando estuvo listo, un sirviente le indicó que su marido lo estaba esperando en su estudio. Frunció su ceño por no haberlo buscado en ningún momento. Se tomó su tiempo para salir y se encaminó hacia donde el sirviente le indicó. Ingresó luego de anunciarse y un horrible aroma lo recibió. Arrugó la nariz ante el aroma de otro omega: un nauseabundo olor a durazno, muy dulce que seguramente quedaría impregnado en el ambiente de su marido.

Sin poder evitarlo, presionó contra el omega con su propio aroma, buscando que se rinda y huya del lugar. Sintió satisfacción cuando el aroma de aquel omega se volvió agrio por el miedo.

—A-Cheng, por favor. —Era la voz de su marido.

Giró su cabeza y bufó. Estaba a punto de irse. No tenía por qué aguantar ser humillado. Si Xichen quería tener a su amante cerca, entonces exigiría sus propios aposentos. No era tan fácil abandonar a su marido, sobre todo, luego de pasar tantos escándalos.

—En unos momentos estarán aquí los demás para discutir como afrontaremos el investigar a Madam Nie.

Jiang Cheng se mordió el labio inferior, seguía sin dirigirle una mirada a su marido. Era un tema importante, también porque involucraba a los Wen. Incluso Wen Qing había decidido investigar. Sabía que era una causa justa, aun así, odiaba que se lo pidieran a Xichen y que este ponderará esa situación sobre su matrimonio.

—Sin embargo, los mandé a llamar antes porque tenemos que hablar.

—No tengo nada que hablar con este sirviente presente. —Dijo Jiang Cheng.

Meng Yao solo bajó su cabeza sumiso, su cuerpo temblaba levemente, sacando una sonrisa a Jiang Cheng. No negaba que era atractivo, pero no tenía su nivel de cultivo ni linaje. Sabía que podía asustarlo fácilmente.

—Quiero dejar las cosas claras y ser directo con ambos. —Declaró el alfa con una expresión seria y una voz firme.

Aquello estremeció al omega menor. Tenía miedo. Desde que supo de quién se trataba se sintió inseguro. ¿Acaso Xichen al verlo recordaría esos sentimientos por él? ¿Quizás decidiría que a quien realmente amaba era a Meng Yao?

—A-Cheng, eres mi esposo y no hay nada ni nadie más importante para mí que tú.

Finalmente, el omega giró su mirada hacia su alfa. No podía creer que lo estuviera diciendo. Se había preparado para salir dignamente luego de agitar zidian contra ambos.

—Por eso quiero aclarar nuestra situación que puede tornarse incómoda. —Continuó, observándole fijamente, dándole toda su atención. —Meng Yao y yo tuvimos una relación, pero no sucedió nada entre nosotros, siempre mantuvimos nuestra distancia con propiedad. Sin embargo, fui arrogante al hacerle promesas que no pude cumplir. Tengo una deuda con él.

Meng Yao aun temblando, se giró hacia el otro omega y puso sus manos en el centro haciéndole una reverencia.

—Así es, joven maestro. Me temo que usted ha malinterpretado mi situación aquí. —Declaró con voz suave. — Yo solo soy un sirviente que tuvo el honor de ser estimado por el líder Lan. Pero lo nuestro terminó el mismo día que ustedes se comprometieron. —Indicó aun mostrándole respeto. — Sin embargo, solo soy un sirviente y debo seguir a mi amo que es el joven Huaisang. Fui protegido por su madre innumerables veces, le debo mi vida. Y ahora nos encontramos en una situación difícil. Solo suplico la ayuda del líder Lan porque no podemos contar con nadie más.

El joven hablaba con una mirada temerosa, ojos que contenían lágrimas, su aura transmitía nerviosismo y su aroma se torció hacia un miedo más allá del instintivo. Ese chico realmente tenía una vida desgraciada.

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