Capítulo 54: Venganza

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Ver al líder Lan de rodillas, temblando con su energía y feromonas a su alrededor siendo un caos impactó a todos los presentes. Incluso los viejos líderes de secta se quedaron en silencio. Sin embargo, el caos dentro de Xichen superaba con creces a lo que dejaba ver en sus facciones y cuerpo. No podía aceptar que tenía un cachorro con Jiang Cheng, no con aquel ser desalmado que lo traicionó y que lo enfrentó sin ningún remordimiento en el banquete de los Wen.

Su corazón se había endurecido en todo ese tiempo, intentando eliminar cada momento hermoso al lado de su ex esposo. Así que al saber que ese amor había tenido un fruto tangible al cual podía ver en ese instante fue como una fuerza destructiva de la naturaleza. Xichen comenzó a pensar que había algún dios divirtiéndose con su sufrimiento. ¿Por qué ahora? ¿Por qué no sucedió antes de la traición de Jiang Cheng? Hubiera sido diferente de saber que Jiang Cheng estaba preñado.

Todo daba vueltas en Xichen, de sus ojos caían lágrimas, se sentía nervioso, indignado, ansioso, furioso, melancólico, todo al mismo tiempo. No podía mantener el temple digno de un líder. Cada paso hacia el bebé le costaba, era como si sus piernas cargaran con bloques de hierro.

Cuando estuvo cerca del bebé, este se removió un poco inquieto. Los ojos de Jingyi se entreabrieron débilmente. Las manchas de sangre pegadas denotaban que no hubo tiempo para nada. Entonces, débilmente el espíritu animal de Jingyi se manifestó, unas orejas de lobo sobre su cabeza. Su pertenencia a la familia Lan parecía resultar evidente pese a las dudas de Xichen. Posiblemente, Xichen guardaba la esperanza de que ese niño no fuera suyo, que no existiera un lazo que lo atara a su ex esposo hubiera sido lo mejor.

Su olfato le llevó a querer comprobar el lazo que lo unía al cachorro. Cuando Xichen buscó entre su aroma, notó algo extraño. El cachorro tenía un aroma un poco familiar. Por supuesto, estaba el exquisito aroma a lotos de Jiang Cheng, tan encandilador como exótico, también el suyo lo cual indicaba que debía de ser su cachorro, pero, también estaba un aroma que le resultó conocido y desagradable.

—El aroma de Wen Zhuliao...—Soltó. Se alejó rápidamente, asqueado.

A pesar de la orden de Zixuan, los líderes Ouyang y Yao estaban presentes, así que escucharon el murmullo de Xichen. Si algunos talentos poseían ambos era el detener oídos muy poderosos. Xichen apenas y había dejado escapar su voz, pero ellos lo escucharon fácilmente.

—¡Lo sabíamos! — Exclamaron indignados. — Líder Lan, no se deje confundir. Lo están intentando usar. ¡Ese bastardo no es suyo!

Los otros líderes que se estaban marchando regresaron. Todos expresaron su asco ante el líder Jiang.

—Es igual a su hermano. —Luego escupió al suelo como si aquel escupitajo pudiera caer en la cara de Wei Ying. — Se ha acostado con los Wen para darles herederos. Son peor que prostitutas baratas.

La indignación, como si fueran parte de la secta Lan, llenó a casi todos los presentes.

—Tenían que ser omegas. Jiang Fengmian debe estar revolcándose en el inframundo. ¡Qué indigno hijo crío! Prefiere abrir las piernas que pelear.

Muchos secundaron sus opiniones. Si bien los omegas tenían una mejor posición que los betas, para muchos viejos alfas, los omegas eran pequeños tesoros que cuidar y que guardaban la dignidad de la familia con su conducta intachable. Pero que, al verse desprotegidos de sus alfas o betas, solo podían defenderse seduciendo o llorando. Lo más dignos morirían antes de ensuciar el nombre de sus familias.

—Matémoslo ahora. —Propuso otro. —Ese cachorro debe morir, igual que su perro padre Wen.

Las voces se alzaron secundando la nación. Muchos incluso tenían sus espadas desenfundadas.

Betrayal LoveWhere stories live. Discover now