Betrayal Love

Capítulo 49: Espías

La atracción inicial hacia Cangse de parte de Qiren fue creciendo con esos últimos meses. Y, aunque sintió que quizás podría haber querido a Wen Ruohan, los sentimientos por Cangse eran mucho más fuertes. Cuando la vio partir del Receso de las Nubes sintió un vacío que jamás había experimentado, un anhelo, una necesidad imperiosa por volver a verla, por sentir algún tipo de contacto. Qiren sospechaba que ella podía ser su omega destino e imaginó que sería precioso de esa manera. Solo que Cangse no daba señales de ese llamado. ¿Por qué era? Las dudas de si eran o no destinados surgieron en su corazón.

En realidad, lo eran, ambos eran destinados. Sin embargo, el sello de Baoshan Sanren que tenía la joven no le permitía saber que Qiren era su alfa destino. Aun así, ella sentía ternura y le parecía atractivo el segundo joven maestro Lan. La forma casi opuesta de la personalidad le invitaba a acercarse más a él.

Luego de que Cangse volviera a la secta Meishan Yu, Lan Qiren había obtenido el permiso de su padre y su hermano mayor para escribirle cartas a su amada. Cuando envió su primera carta sintió miedo de que nunca llegase una respuesta. Sin embargo, fue magnifico el recibir un sobre con tres hojas de cartas. La joven tenía una calígrafa bonita, pero se notaba la premura con la que escribir como si tuviera tantas cosas que contarle y no tuviera como escribirle. 

Aunque Qiren no pudo verlo, cuando Cangse recibió esa primera carta estuvo sonriendo todo el día, sin saber cómo responder. Se trepó en un árbol y, relajada y en soledad, fue donde, con una sonrisa, comenzó a responderle, contándole todo lo que le pasaba en la secta Meishan, como los padres de Ziyuan prácticamente la habían adoptado como una hija más.

A partir de ese momento, Lan Qiren y Cangse Sanren intercambiaron cartas todos los meses, contando todo lo que sentían lo que esperaban de los entrenamientos. Cangse se quejaba de que Yu Ziyuan era toda una hermana mayor. Aunque ella había querido continuar con sus viajes, Ziyuan y sus padres no se lo permitían, temiendo porque una chica bonita y joven viajara sola. Sin embargo, aun así, ella se escapaba a pueblos cercanos solo para luego ser perseguida por la futura Madam Yu. Las misiones de la secta Yu normalmente eran en el territorio cercano a Yummeng por lo que siempre coincidían con la secta Jiang. Qiren tuvo cierto recelo de que su amada comenzase a mirar a otro alfa; sin embargo, ella no le comentaba nada anormal, solo las misiones y sus quejas de la hermanitis de Ziyuan.

Un año completo había pasado y finalmente sería la asamblea y competencia en el territorio de los Jin. Lan Qiren al fin iría junto a su hermano mayor. Estaba ilusionado porque volvería a ver a su amada. Sin embargo, pronto también recordó que probablemente Wen Ruohan también estaría ahí. No había recibido noticias de él. Las últimas veces que el líder Wen visitó a su padre, solo había venido su hijo mayor. Esperó que tampoco fuera a esa competencia. Quizás estaba siendo un poco injusto, pero la situación entre ambos en su último encuentro había sido desastrosa.

La competencia llegó y los Lan, siempre puntuales, fueron los primeros en arribar a la secta Jin. Saludaron al líder y a su primogénito Jin GuanShang. Una vez en el salón, las demás sectas comenzaron a arribar. Lan Qiren observó al líder Nie arribando junto a su hijo y la prometida de este, una cultivadora bastante famosa en Qinghe. Luego, arribaron los Jiang, Jiang Fengmian junto a su padre, por supuesto la secta Meishan Yu también estaba presente siguiendo a la secta Jiang. Ahí vio a su amada, Cangse, vestida con una túnica negra con rojo. Su rostro había dejado por completo la niñez, estaba más afilado y su piel pálida contrarrestaba con los labios rojos. Qiren se ruborizó, no pudo apartar la mirada de ella. Cuando ella se encontró con él, le dedicó una sonrisa completa, le saludó animadamente con la mano, la cual fue detenida por Ziyuan. En sus labios pudo leer un "nos vemos después", simplemente asintió.

—Hermanito, parece que tus sentimientos son recíprocos, lo cual me alegra. Es una joven hermosa. —Le comentó su hermano mayor.

—Gracias, hermano.