Betrayal Love

Capítulo 26: Falsa inocencia

La noche anterior en que dejó su habitación, compartida con su consorte, vagabundeó por los pasillos en absoluto silencio. Sentía su mente dar vueltas y parte de su instinto dictarle volver con su omega. Se encontraba en una situación en la que no sabía que paso dar a continuación. Por un lado, estaban dos inocentes en busca de justicia, al cual uno abandonó a su suerte. Y por el otro, estaba su esposo, su omega, a quien debería ponderar por sobre todo. Y eso que no estaba contando a su mejor amigo, el cual se había vuelto incomprensible para él, pero a quien no le gustaría ocultarle algo de tal magnitud, solo que era posible que Mingjue no pudiera investigar correctamente a su propia madre.

Para no romper demasiado las reglas, se decidió a tocar el liebing en un su salón de música privado. Esta le ayudó a pensar detenidamente sobre la pelea con su esposo. Llevaban tan poco tiempo juntos y se habían peleado, aquello no era una gran señal. Su deseo de consentir a Jiang Cheng peleaba con su deber como miembro de secta Lan. No podía simplemente abandonar a Meng Yao, tenía una deuda con él por ilusionarlo, hacerle una promesa de matrimonio donde no se comprometió realmente.

Al recordar las expresiones con las que su esposo se refirió a A-Yao con tanto desprecio, se preguntó si Jiang Cheng solo estaba siendo celoso. "Al final, solo tiene quince años. Es natural que sea inmaduro" Quien debía de poner orden era él. No podía exigir que Jiang Cheng asumiera de buen grado a su ex amante cuando solo llevaban poco tiempo de casados y ni siquiera habían definido sus sentimientos por el otro.

Luego de tres horas tocando y meditando obtuvo cierta claridad para sus futuras acciones. La música siempre lograba relajarlo más que las aguas de la Primavera Fría. Su conexión con el xiao siempre había sido magnifica, permitiéndole dejar fluir sus conflictos internos y obtener paz.

Regresó a su habitación y encontró a Jiang Cheng dormido, dándole la espalda a su lugar en la cama. Aquello se sintió doloroso. Se recostó en la cama y pensó envolverlo entre sus brazos como siempre lo hacía, pero imaginó que Jiang Cheng podría despertarse y sentirse fastidiado. Así que para contener sus ganas de abrazarlo se dio la vuelta. No fue tan fácil adquirir el sueño, pero cuando el aroma de Jiang Cheng emanó le hizo sentirse relajado, cerró los ojos y al fin el sueño le venció.

Esa mañana se despertó temprano, incluso antes de su hora habitual. Observó a su esposo y acarició su mejilla tierna.

—Eres tan joven. —Susurró más seguro de las acciones que tomaría.

No podía reclamarle por su actitud, JiangCheng seguía siendo un niño en muchos aspectos. Solo debía de equilibrar la situación. Se puso de pie y comenzó a alistarse. Jiang Cheng se obligaba a despertarse tan temprano como él, pero le dejaría descansar bien esa mañana.

Había tomado una decisión con respecto a manejar sus problemas matrimoniales y sus promesas con A-Yao. No podía ser injusto con ninguno, cada uno merecía su lugar.

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Jiang Cheng se despertó dos horas después. Se dio cuenta que ya era demasiado tarde pues el cielo se coloreaba de un azul intenso. Cuando se despertaba a las cinco este apenas se asomaba por las montañas.

Giró su cabeza hacia el costado y su marido no se encontraba. Apretó sus labios, sintiéndose enojado y triste. Xichen le había prometido despertarle siempre a la misma hora que él, pues no deseaba que los miembros del consejo lo vieran como un niño. Normalmente, Xichen le despertaba susurrando en su oído, acariciando su cabeza o dándole un beso. Era quizás muy románico, dulce y vergonzoso, pero le gustaba que lo fuera. Recordó como el ex amante de su marido se encontraba ahí. Sintió su núcleo vibrar transmitiendo energía por sus manos. Se levantó con fuerza y comenzó a alistarse para empezar su día. A pesar de no sentir ganas de enfrentar la situación, debía de hacerlo. Iba a exigirle a Xichen que tomase una resolución.