Capítulo 35: Mi amado

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El primer golpe se dio desde el inicio lleno de fuerza, totalmente contrario a la forma de pelea de los Lan. Sus energías de fuego y electricidad colisionaron haciendo que las espadas rechinen y que una energía que buscaba repelerlos se desatase, ambos contuvieron el aliento, mientras presionaban sus pies sobre el campo con fuerza como si fueran animales en busca de aferrarse con sus garras. Se alejaron mientras las espadas chirriaban voraces de otro encuentro. Nuevamente, sus espadas colisionaron. Los jóvenes omegas empujaron con todas sus fuerzas, apretando dientes.

Wei Ying dio un barrido desestabilizando a Jiang Cheng, haciéndolo caer, pero este rodó a un lado evitando la espada de su hermano. Luego soportó otro golpe. Wei Ying le golpeó la muñeca haciendo que soltase a Sandu. Pero no fue suficiente, Jiang Cheng logró rodar y volver a tomar a su espada justo para recibir la patada con la que Wei Ying pensaba aplastarlo. Ambos estaban agitados, con las miradas fieras como si no fueran hermanos y estuvieran dispuestos a quitarse la vida.

Todos los presentes tenían la respiración contenida. Los Wen y demás líderes hacían sus apuestas. Madam Yu estaba nerviosa. Podía proteger a Wei Ying, pero evidentemente su amor por su hijo era superior y deseaba que venciera.

—¡A-Cheng, estoy contigo!

Todos giraron a ver como el líder Lan exclamaba por su joven consorte. Jiang Cheng sintió ruborizarse, pero con ello sintió una energía brotar sin control de su cuerpo. Empujó con fuerza hacia arriba liberándose del pie de Wei Ying. Rodó mientras con la espada lograba hacerle un corte al omega en su torso. Luego, giró a velocidad inesperada para Wei Ying, como resultado obtuvo un golpeo en su otro costado, desestabilizándolo. El instinto de omega en el mayor gruñó furioso. Aun así, no era suficiente para ser vencido, aunque de su herida corriese sangre. Sin ningún miedo, Wei Ying arremolinó energía de fuego en su palma para cauterizar rápidamente su propia herida.

Saltó elevándose para lanzarse contra Jiang Cheng que tuvo que soportar toda la fuerza de ese golpe, terminando hincado sobre su rodilla, haciendo que esta doliese. La potencia de su hermano con su energía era aplastante, le quitaba el aliento y el calor alrededor de Wei Ying le drenaba de energía. No podía usar hechizos en esta contienda, solo condensar sus energías a través de sus espadas y en manos. Así que Jiang Cheng corrió su espada y giró, arriesgándose a ser cortado por su hermano.

De repente, Wei Ying desapareció su espada. En el instante de desconcierto de Jiang Cheng le soltó una tanda de golpes y un puñete directo a su mejilla, la cual ya sangraba. Tosió sangre y la escupió. Wei Ying no estaba en mejores condiciones.

—A-Cheng, tienes un gran marido. Qué injusto. —Se burló.

Sin embargo, Jiang Cheng pensó que le estaba recriminando por las anteriores palabras frente a los Wen.

—Tonto, sabes muy bien que ese juramento lo disolveré en el futuro cuando estés seguro. Podrás casarte si es lo que quieres. —Aclaró.

El mayor río por no haber sido comprendido.

—No por esto te lo dejaré más fácil. —Soltó.

Se lanzó al ataque, pero Jiang Cheng ya lo esperaba. Cuando Jiang Cheng estaba por girar, Wei Ying ya había aparecido a Subian de nuevo para dar un giro veloz mientras cortaba a su hermano por el brazo. Una herida abierta y sangrante hizo que Jiang Cheng soltase a Sandu. El mayor desapareció nuevamente a su espada y se puso en posición de ataque con las manos extendidas. Jiang Cheng entendió que resolvería eso con solo artes marciales, tal y como había sido su última contienda. Wei Ying le había vencido sin usar armas antes.

Los movimientos de Wei Ying eran veloces como recordaba, su ferviente energía le recubría y arremolinaba dándole un aspecto temible; pero guardó paciencia, esperando su momento, recordando que su marido lo apoyaba. No podía avergonzarlo. Aguantó las dos palmas de Wei Ying con su brazo herido, sintió como si ese brazo se saliera de su lugar y reprimió el enorme quejido que iba a salir. El otro omega había esperado que usase su brazo sano para defenderse, pero esa era su oportunidad. Logró mantenerse dentro de la línea, liberó una mano con la cual dio de lleno en el estómago de Wei Ying. Este se quedó sin aliento. Aprovechando esos segundos de turbulencia y debilidad en el mayor, Jiang Cheng logró darle otro golpe, esta vez en el pecho, sacándole de la arena.

Betrayal LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora