Capítulo 17: Alfa y omega

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Traición, lo que sintió en su pecho fue el duro golpe de la traición inesperada. ¿Cómo podría adivinar que Xichen lo reemplazaría tan fácilmente? Aquel alfa era puro, sincero, amable, dulce ¿Cómo estaba lastimándolo tanto? Sentía como si le abrieran el pecho con un puñal. Todas sus ilusiones cayeron destrozadas, pisoteadas y escupidas.

Ellos venían caminando hacia la biblioteca de la secta Lan. Y es que Nie Mingjue los vigilaba para que Meng Yao y Huaisang cumplieran con su castigo. Así como en Qinghe, Meng Yao conocía las mejores rutas para pasar desapercibidos por lo que los guío por esos rumbos. Nunca pensó en encontrar a Xichen en un lugar donde ambos se reunieron para disfrutar su tiempo juntos.

De la humillación y la tristeza, su cuerpo fue invadido por la ira: Meng Yao tenía la mirada de fuego, los puños cerrados, no pensaba con claridad. No toleraría que su ex amante se besara tan dulcemente con otro omega.

—Se lo diré. —Murmuró siendo escuchado por los hermanos Nie. Ya nada importaba. Xichen estaba disfrutando, mientras él aun lloraba su separación. No dejaría que aquel joven maestro disfrutara del amor que a él se le negó.

Mingjue sintió que si no lo detenía terminaría por revelar la relación que mantuvo con Xichen. Lo atrapó, se puso delante de él. Mingjue también se quedó sorprendido del avance de su amigo de infancia. No pensó que se tomaría tan fácil su consejo de intentar avanzar su relación con el joven amo Jiang.

—No puedes, es una orden. —Demandó el mayor.

—No me importa.

A Mingjue solo le quedó apretarle las muñecas y jalonearlo hacia el sentido contrario, pero Meng Yao abrió la boca dispuesto a gritar. Mingjue tuvo que ser drástico, le cubrió la boca, aguantó la mordida que le dio. Debía darse prisa o todo caería, le cargó con el brazo libre. Por suerte, Meng Yao era ligero y bajito. De inmediato se dirigió de regreso hacia los aposentos de los Nie.

Huaisang se quedó sorprendido por toda la situación, así que solo atinó a seguir a su hermano. Una vez dentro de los aposentos Nie, lanzó a Meng Yao contra el lecho.

—¡¿Qué intentas hacer?!—Se exasperó el alfa.

—Pensé que Xichen era inocente, pero le gusta ese mocoso. —Rugió el omega mientras algunas lágrimas se asomaban. Sentía ira mezclada con tristeza.

—Estoy seguro que lo prevenías. — Replicó el alfa.

—Me estaba usando, como tú una vez. —Acusó. —Los odio, le gritaré toda la verdad a ese joven amo.

Estaba perdiendo el control de su faceta sonriente y delicada, su rostro se había desfigurado del odio que sentía contra ambos. Pensó que Xichen era un ser incapaz de fingir, incapaz de hacer promesas vacías. Le perdonó lo sucedido pues pensó que Xichen sufriría la separación, que solo aceptó tal matrimonio llevado por la justicia, que lamentaría cada día de su vida el haberlo perdido. Si podía besarse de tal manera con aquel joven, solo podía indicar que no le amó de verdad jamás.

—¡¿Y qué piensas conseguir con ello?!—Exclamó el alfa. — ¿Acaso no decías amar a Xichen? ¿quieres que sea expulsado de su secta?

—¡Sí!

Mingjue solo había visto esa mirada de decepción y odio cuando todo se rompió entre ellos. Le dolía verlo tan trastornado por Xichen.

—Hermano, me encargaré de A-Yao—Intervino Huaisang.

—No. Lo haré yo.

El alfa sacó a Huaisang de la habitación. Lanzó un sello y creo una barrera. Además, llamó a dos de sus discípulos de confianza y les ordenó vigilar aquella habitación día y noche. Debía evitar a toda costa que Meng Yao se escapase para gritarle la verdad a Jiang Wanyin.

Betrayal LoveWhere stories live. Discover now