Capítulo 73: ¿Asesinos o héroes de guerra?

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Los días rodeados de imperecederas montañas pasaban uno detrás de otro para A-Yao, casi parecía que el tiempo era irrelevante. Estaba tentando a no moverse de ahí, pero su madre habría querido que finalmente tuviera el apellido paterno, aunque aquel padre fuera un desgraciado. En algunos días partiría hacia Torre de Koi para reunirse con su hermano Zixuan, el líder Jin. Seguramente Jin GuangShang no le reconocería, pero como nuevo líder de secta y de la familia, Zixuan podía hacerlo, además, la mayor parte de la secta Jin estaba a favor de tal aceptación.

Meng Yao se encontraba nervioso. Ya había estado en ese lugar y la respuesta que recibió fue ser enviado como obsequio al líder Nie. Toda su desgracia provenía de ese momento. Si tan solo su padre se hubiera comportado como uno y lo hubiera recibido... Seguramente no lo trataría bien, pero tenía entendido que Zixuan era un buen hermano, había tomado el liderazgo para proteger a sus hermanos. Si su padre lo hubiera recibido, entonces, al menos habría recibido afecto de su hermano, al menos no habría pasado hambre, hubiera crecido protegido y con la oportunidad de desarrollar un buen cultivo. Era en esos momentos, que esa espinita de rencor contra su padre crecía, presionando dolorosamente en su pecho. Se refugiaba en la idea de que el viejo Jin estaba pagando su culpa encerrado en Torre de Koi. Esperaba que Zixuan nunca lo liberara, aunque le habían llegado rumores de que existía una parte de los miembros de la secta que se preguntaban por qué Zixuan aún no lo liberaba.

Para contener esa espina de rencor contra su padre, se aferraba a su guqin, el guqin de su maestro y tocaba sin descanso. Funcionaba, luego de una larga sesión de práctica se sentía más liviano, la espina en su pecho menguaba y su espíritu se sentía más liviano. En esos meses se había vuelto un experto en muchas técnicas de la secta Lan, en su mayoría técnicas para calmar la agitación del núcleo y otras para atacar.

—Eres muy talentoso, A-Yao—Alabó Xichen sentándose a su lado debajo del árbol.

Eso le habían dicho varios maestros Lan. Al parecer, tenía un talento innato para la música que si hubiera entrenado desde niño, seguramente hubiera tenido un nivel equiparable a los jades. Aún así, estaba dispuesto a entrenar muchísimo hasta realmente convertirse en un maestro en el guqin.

—Gracias, hermano marcial ...— Le llamó Meng Yao sonriendo.

Habían pasado algunos días desde que el alfa despidió a su familia. Casi todos los días, ambos terminaban conversando.

—Solo dime Xichen, por favor. —Solicitó el alfa sin observarlo, solo observando las montañas imperecederas que los rodeaban.

—Está bien.

Ambos se quedaron en silencio simplemente acompañándose.

—Mañana es tu castigo...—Susurró Meng Yao mientras deslizaba sus dedos por la cítara. Luego observó a Xichen, el cual parecía no haber dormido bien esas noches, sus ojeras estaban marcadas, las cuales contrastaban con la piel pálida del alfa.

Betrayal LoveWhere stories live. Discover now