Capítulo 12: El rompimiento de nuestros lazos.

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El joven omega Jiang lloró hasta que sus cuencas no pudieron producir más lágrimas. Sentía su espíritu desolado, machacado, sin energía. Nunca imaginó que su sueño de comprometerse en matrimonio con su persona amada se tornaría en pesadilla. ¿Cuántas veces había imaginado cómo sería ver a Xichen pidiéndolo en matrimonio ante sus padres? Sin embargo, su futuro lucía gris.

Wei Ying estaba a su lado, durmiendo. Le había acompañado y llorado junto a él. Era por esos momentos que valoraba tanto que su hermano hubiese llegado a su vida.

Intempestivamente, la puerta fue corrida y su madre ingresó. Su hermano se levantó por el ruido. Al ver a la señora Yu se sentó correctamente. El propio joven Jiang sintió que la vergüenza lo hundía, no sabía cómo mirar a su madre, jamás imaginó causarle una decepción así.

—Te quedarás. —Declaró. —No volverás a Lotus Pier hasta que te hayas casado con el joven maestro Lan y nos hayas dado un nieto que repare este error y tome tu lugar como heredero de la secta Jiang.

Jiang Cheng quería hablar, pero las palabras se atoraron en su boca nuevamente ¿qué podía ofrecerle a su madre? Nada, en ese momento no tenía nada. Aun así, dolía saber que no era bien recibido en su hogar. Ni siquiera pudo despedirse de Muelle de Loto. Pensar en tener un cachorro con Xichen le traía más miedo que anhelo.

—Señora Yu, pero si descubrimos quien...—Intervino Wei Ying.

—Aunque lo hagas, eso no cambiará nada ¿Quién querrá casarse con un omega con tan mala fama? Debes dar gracias que Lan Xichen aceptó tomar la responsabilidad. Con esas pruebas pudo negarse.

El solo escuchar el nombre de Xichen ponía nervioso a Jiang Cheng. No sabía cuáles eran los sentimientos de Xichen. Sabía que había aceptado casarse con él, pero ¿le creería? Quizás solo lo hacía por lastima, por culpa. Su madre lo había acorralado, le había hecho sentir culpable hasta que solo le quedó "tomar la responsabilidad", una que ante los demás no debería ser tomada por Xichen.

—¿Se irán? —Preguntó.

—Por supuesto que nos iremos. Me llevaré a tu hermana. Intentaré reparar nuestro honor para poder casarla con alguien adecuado. No sabes el daño que has ocasionado a tu hermana.

Jiang Cheng apretó los labios, su voz quebrada quería salir, deseaba rogar a su madre porque no le dejase ahí, pero ni siquiera le quedaba vergüenza para hacerlo.

—Madre...

—Ya no importa lo que digas, conseguiste lo que querías. —Sentenció la mayor. —Te casarás con el joven maestro Lan y deberás permanecer a su lado como su consorte. De ti depende que comiences a gustarle o se torne una pesadilla y te desprecie. —Continuó ella con el ceño fruncido. —Los Lan no practican la poligamia, pero hubo excepciones y esta podría ser una. Ten en claro algo, hijo, nadie te quiere a su lado y todos lucharán porque te desprecie.

—Por favor...

—Ni se te ocurra huir. Los Jiang no huyen de sus problemas, enfrentan la responsabilidad. —Sentenció. —Piensa en tu hermana, si huyes, ella no podrá casarse.

Su madre tenía razón. Recordó perfectamente las miradas de desprecio de los Lan. Tendría que quedarse sin su familia, con un prometido del cual no conocía sus sentimientos, con una familia política que lo despreciaba. Y si optaba por huir, solo hundirían aún más en la vergüenza a su secta, nadie le tendería la mano, nadie los tomaría en serio.

Madam Yu se giró hacia el otro omega.

—Wei WuXian, puedes escoger, quedarte o regresar a Muelle de Loto con nosotros.

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